Main logo

La semana difícil de López Obrador

A cuentagotas llegan indicios al gabinete de Andrés Manuel López Obrador sobre implicados en huachicoleo

Escrito en NACIÓN el

Martes. El Presidente camina despacio como si contara los pasos que da desde el Salón Tesorería hasta su oficina en el ala sur de Palacio Nacional. Se dirige pensativo hacia el Patio de Honor donde, además de estar su oficina, todos los días se estaciona su automóvil blanco. 

Tras la conferencia mañanera se aleja en compañía de Octavio Romero Oropeza, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien gesticula, hace ademanes y le explica algo que se pierde en medio de la inmensidad del Patio Central de Palacio. Ese día estalló la crisis en la Ciudad de México, pero ya arrastraba el conflicto en media docena de estados desde el jueves anterior. 

Esa imagen, la de AMLO alejándose en compañía del titular de Pemex se volvió recurrente durante la semana de desasosiego por la falta de combustible en las gasolineras de varias entidades, incluida la Ciudad de México. 

A excepción del lunes, cuando aseguró que el desabasto se había “magnificado” gracias a una campaña emprendida desde la “prensa fifí”, los demás días el control de daños ha orillado al Presidente a la cautela y a tomar medidas como hacerse acompañar en las reuniones del gabinete de seguridad por Romero Oropeza. Además, se tomó la decisión de que sólo él fungiera como vocero. 

Elementos de la Policía Militar custodian el paso del mandatario cada día al terminar la mañanera. El principal objetivo es evitar que alguien se le acerque. En las semanas previas varias personas han podido colarse hasta el interior de palacio, sin ser periodistas. 

Miércoles. A mitad de semana el discurso oficial pasa de denunciar una campaña mediática a reconocer que un daño colateral de la estrategia contra el huachicoleo es el desabasto, pero lo refieren de manera eufemística –en consecuencia piden a los ciudadanos que “resistan”–. Ese día sale a relucir Eduardo León Trauwitz, general de División Diplomado del Estado Mayor, quien fue escolta del expresidente Enrique Peña Nieto. 

El general existe”, explica el mandatario, y agrega que está en una lista de involucrados en el huachicoleo a gran escala. Trauwitz era el encargado de cuidar los ductos de Pemex y además es amigo de Peña Nieto, a quien custodió durante su época de gobernador y también en los días de campaña por la presidencia. Después iría a un cargo de seguridad en Pemex.

En los pasillos de Pemex, específicamente en las subdirecciones encargadas de la logística y la seguridad, se sabe que desde los años dorados de la administración de Peña que el Presidente le bautizó al menor de los hijos al general. 

López Obrador inclina la balanza de la responsabilidad y ha repartido la culpa. Aprovecha para reiterar que Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto toleraron, en una especie de “pacto”, el robo de gasolina. Calderón le revira en redes sociales. Los otros callaron.

Ante la ola de cuestionamientos por la revelación y la petición de detalles como las cantidades de dinero que se invirtieron en seguridad para los ductos, el jefe del Ejecutivo Federal da una orden apenas terminada la conferencia matutina del miércoles. Pide a su jefe de gabinete, el empresario Alfonso Romo que para el siguiente día se convoque a los integrantes del gabinete relacionados con la estrategia contra el huachicoleo. 

El presidente guarda silencio ante el desplegado publicado en prensa por el líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, donde le expresa su total respaldo al presidente en el combate al huachicoleo. Lo que no dice el desplegado es que mientras ordenaba publicar el documento estaba solicitando un amparo, como revelaría el viernes el diario Reforma. 

Jueves. Otros nombres aparecen de presuntos nexos con el huachicoleo: Sócrates Herrera, Emilio Goscaya, Francisco Casas y  Marcelino Mesinas, todos subalternos del general Eduardo León Trauwitz y a quienes desde 2017 se acusó ante la Procuraduría General de la República de coordinar a huachicoleros para abrir tomas clandestinas y borrar las huellas de esos trabajo. 

López Obrador pide que el encargado de despacho, Alejandro Gertz, responda los cuestionamientos. Pero Gertz, con experiencia en estos lances, capotea y no da nombres para evitar afectar el debido proceso. Lo cierto es que no hay reportes oficiales de personas detenidas.

Olga Sánchez Cordero, la secretaria de Gobernación, declara que ya hay cuentas bancarias congeladas y hasta detenidos por los supuestos sabotajes a ductos que abastecen de combustible a la Ciudad de México. Miembros de su equipo agregan fuera de micrófonos que entre las personas que se han puesto a disposición del Ministerio Público Federal no hay integrantes del sindicato petrolero ni del Ejército. 

En los celulares de estos funcionarios hay fotografías de mantas colocadas en distintos puntos de Puebla –no especifican los lugares exactos– en las que se exige a trabajadores de Pemex que “cumplan” con lo acordado y cuiden las tomas clandestinas que se abrieron con su consentimiento. 

Todo esto es parte de la investigación”, dicen.

Viernes. El presidente López Obrador admite que por tercera ocasión sabotearon ductos de Pemex que van de Tuxpan a Azcapotzalco, en la Ciudad de México. Las filas a cualquier hora del día en las gasolineras no cesan. Una encuesta de Reforma muestra que avalan las acciones de López Obrador 62% de los consultados en siete estados con problemas de abasto.

El presidente López Obrador asegura que el lunes 14 responderá todas las preguntas relacionadas con los procesos judiciales iniciados. Se compromete a dar detalles de las inversiones que se hicieron en seguridad para los ductos y también dice que contestará por qué frenó, a principios de diciembre, una licitación abierta a empresas privadas que vigilarían que no se robaran el combustible. 

En el Patio de Honor el auto blanco permanece con el tanque lleno.

fmma