El gobierno de Enrique Peña Nieto heredó a la actual administración del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) 72 clínicas y hospitales con equipamiento eléctrico obsoleto, situación que pone en riesgo la atención médica que reciben los derechohabientes de 16 entidades del país, ya que se ven afectadas las consultas e incluso las cirugías. Para reemplazarlos se requiere de 258 millones 570 mil 492 pesos.
De acuerdo con el Programa de sustitución de Equipo Eléctrico para Establecimientos Médicos 2019, elaborado por la administración anterior, estas unidades médicas del IMSS presentaban problemas con su equipamiento eléctrico, porque ya rebasó su periodo de vida útil que es de 15 años o porque sufrieron daños por una sobreutilización.
“Debido a la obsolescencia del equipamiento eléctrico (transformadores, plantas de energía, etcétera), 72 unidades médicas presentan interrupciones en sus principales servicios médicos (medicina familiar, consulta de especialidades y cirugías)”, se detalla en el documento.
Las 72 clínicas y hospitales se encuentran distribuidas en 16 entidades de la República, Jalisco es en donde se encuentran 12 de estas unidades médicas con problemas eléctricos, la mayoría tiene 24 años de antigüedad, pero las instalaciones de la Central de Servicios ya cuentan con 35 años de vida útil, más del doble del tiempo recomendado.
Le sigue el Estado de México, en donde 11 centros hospitalarios presentan afectaciones en transformadores y subestaciones, entre otras. En el caso de esta entidad el equipamiento tiene hasta 44 años de utilización, como en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 224 en Zinacantepec o el de la UMF 226 en Ixtlahuaca, donde la planta de emergencia tiene 43 años.
En Michoacán se encuentra la subestación eléctrica con más antigüedad, está en la Hospital General de Zona 2 en Zacapu, que tiene 57 años de uso. En este estado del país hay 8 clínicas y hospitales con problemas en sus instalaciones eléctricas.
Mientras que Puebla tiene también ocho unidades médicas en esta situación, la diferencia es que en estos casos los transformadores o las plantas de emergencia tienen 24 años de uso, cifra menor que en otros casos, pero que supera la vida útil.
Chihuahua y San Luis Potosí tienen, respectivamente, seis clínicas y hospitales con problemas de equipamiento eléctrico; Coahuila tiene 4 y Sinaloa 3. Los estados de Morelos, Chiapas, Nayarit, Baja California, Zacatecas y Querétaro reportan 2 unidades médicas en esta condición, mientras que Aguascalientes y Campeche tienen 1 cada uno.
“Actualmente, las unidades de medicina a nivel nacional operan con equipamiento en malas condiciones u obsoleto que afecta de manera directa la infraestructura médica y, por ende, la calidad de los servicios que ofertan los establecimientos de salud del IMSS. Específicamente en el caso del equipamiento eléctrico, la problemática actual se conforma de dos factores importantes derivados por la obsolescencia de los equipos; los altos costos de mantenimiento y la afectación que los servicios médicos tienen, aunado a las interrupciones del servicio provocado”, se indica en el informe.
El proyecto para solucionar esta situación en las 72 clínicas y hospitales del Seguro Social consiste en la adquisición de 213 equipos en 2019, por un monto total de 258 millones 570 mil 492 pesos, lo que incluye su precio y su costo de operación y mantenimiento hasta el año 2034.
El IMSS indica que “el buen funcionamiento de los equipos eléctricos en las Unidades Médicas del Instituto son de suma importancia para mantener la calidad en los servicios ofertados por las unidades, el equipo que se pretende sustituir no ha sido reemplazado en la mayoría de las unidades por al menos 16 años, l cual rebasa su tiempo original de vida, con la ejecución original del proyecto se beneficiará aproximadamente al 85% de la población derechohabiente a nivel nacional”.
fmma