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Romo, el conflicto de interés; Dos Bocas y cancelación del NAIM, en contra: Urzúa

El extitular de la SHCP revela detalles en las entrañas de la “Cuarta Transformación”, tunde a Alfonso Romo y a Manuel Bartlett, así como a proyectos estructurales de AMLO

Escrito en NACIÓN el

Carlos Urzúa renunció el pasado 9 de julio a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) con una dura carta acusando posibles conflictos de interés dentro de la dependencia y varios desacuerdos en materias de políticas fiscales.

A menos de una semana de su dimisión, Urzúa dio una entrevista a la Revista Proceso, donde acusa al jefe de la Oficina de Presidencia de estar detrás del supuesto conflicto de interés, a la vez que refiere los desacuerdos con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Carlos Urzúa califica a Alfonso Romo como un personaje de extrema derecha, que oscila entre el Opus Deis y los Legionarios de Cristo. Para uno de los hombres más cercanos de Andrés Manuel, la duda de como un admirador de Augusto Pinochet y Marcial Maciel acabó en el primer círculo del presidente.

Urzúa acusa a Romo de intentar apoderarse de las Secretarías de Economía y Hacienda, pero el presidente lo impidió, lo que López Obrador no logró, según Carlos, que se apoderada de los Servicios de Administración Tributaria (SAT).

“(Alfonso Romo) sí pudo imponer a Margarita Ríos-Farjat en el SAT y a Eugenio Nájera en Nafinsa y Bancomext […] es precisamente él a quien aludo en mi carta”

Para Urzúa, lo que Romo busca es volver a ser lo que era, es decir, ser un empresario reconocido y aparecer de nuevo en la revista Forbes.

El extitular de la SHCP también aborda los desacuerdos con los proyectos estructurales de López Obrador.

Urzúa se opuso a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) en Texcoco, porque había mucho dinero de por medio y ya estaba casi terminado.

Tampoco le parece la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, asegura que costará alrededor de 15 mil millones de pesos y que no se hará en tres años, propone destinar ese dinero en exploración y producción de crudo, mismo que ayudaría a revivir Pemex.

En contraste, cree que la propuesta del Corredor Interoceánico es una gran propuesta para competir con el canal de Panamá.

Urzúa rechaza que en el presupuesto del primer año se destinara recursos a proyectos que no pueden “despegar rápido”, como el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía. Este tipo de decisiones, sostiene Carlos, provocaron la caída de la inversión pública.

Con Romo no fue el único que tuvo diferencias graves, Carlos Urzúa tuvo roses con Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El exsecretario relata que Bartlett vio en el contrato y la construcción del gasoducto que va de Texas a Tuxpan un robo a la nación.

Urzúa precisa que en efecto la construcción salió cara, pero que era un contrato de hace cinco años, mismo que ya está terminado. Bartlett propuso la cancelación del contrato y su renegociación, misma que provocaría una demanda que muy probablemente el Estado perdería, problema legal que duraría años y que provocaría no utilizar dicho gasoducto.

El problema de no utilizar el gasoducto es que este abastece de un tercio de la demanda de gas en el país. De ahí los apagones que en las últimas semanas tuvo la península de Yucatán. Por si fuera poco, el plan de Manuel Bartlett pondría en riesgo el T-MEC.

Cuando Urzúa le planteó dicho escenario al presidente, este lo calificó de neoliberal y le dijo que como se atrevía a cuestionar al titular de la CFE, a quien calificó como un gran abogado.

Pese a todo, Carlos Urzúa ve con buenos ojos a Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como el mejor político vivo que existe en México.