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Revela Segob conversaciones entre policías y Guerreros Unidos

En mensajes se ubica el momento en el que presuntamente detienen a normalistas para ser entregados al crimen organizado; ONG critica divulgación de informes

Escrito en NACIÓN el

La Secretaría de Gobernación (Segob) difundió este viernes conversaciones vía SMS que involucran a presuntos policías de Guerrero y delincuentes que formaban parte del grupo delictivo Guerreros Unidos, como parte de los hallazgos que el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió divulgar en referencia al caso Iguala donde desaparecieron los 43 normalistas de la escuela rural de Ayotzinapa.

La divulgación de la  información fue criticada por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez debido a que puede ser imprudente revelar datos de una investigación en curso.

¿QUÉ DICEN LOS MENSAJES?

El presunto jefe de Guerreros Unidos pide a un policía no identificado que le entregue los 21 detenidos que estaban en un autobús, además de otros 17 que estaban en una cueva y responde que los detenidos están listos “pa’ que los revienten ustedes”. “Sí, entrégame todos los detenidos”, responde ‘Gil’.

En un comunicado, la Segob indicó que la conversación difundida esta tarde corresponde a una “primera entrega”, sin embargo, no se especifican fechas para la presentación de las siguientes.

“Informa CoVAJ sobre documentos relacionados con el caso Ayotzinapa. Por instrucción del presidente @lopezobrador_ , la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa pone a disposición información relevante que entregó la @SEDENAmx”, posteó en Twitter la Segb.

En un comunicado, la Segob señaló que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) envió estas conversaciones a la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa (Covaj) antes de ser divulgada.

La publicación consta de dos páginas que refieren una conversación vía mensajes de texto entre Francisco Salgado Valladares, segundo comandante de la policía municipal de Iguala, Guerrero, y Gilberto “N” alias “Gil”, jefe regional de la organización criminal Guerreros Unidos, cártel presuntamente responsable de las desapariciones y asesinatos de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

En esta conversación también aparecen Alejandro Palacios “Cholo” y una más identificada como Ramón.

De acuerdo con la Segob, estas conversaciones divulgadas ocurrieron el 24 de septiembre de 2014, es decir, dos días antes de la fecha en que se señala el asesinato de los normalistas de Ayotzinapa, y el 4 de octubre de 2014.

En la primera conversación aparecen mensajes atribuidos entre Gil, el jefe regional de Guerreros Unidos, e Ignacio, quien no fue identificado por la Segob en el comunicado. Ambos refieren al momento en el que presuntamente detienen a varios normalistas de Ayotzinapa para luego ser entregados a ‘Gil’.

Gil pide a Ignacio que le entregue los 21 detenidos que estaban en un autobús, además de otros 17 que estaban en una cueva. Ignacio le responde al jefe regional de Guerreros Unidos que los detenidos están listos “pa’ que los revienten ustedes”. “Sí, entrégame todos los detenidos”, responde ‘Gil’.

Al final del chat publicado se lee que Gil le dice a Ignacio que reporte a las autoridades que no se detuvo a nadie. “Así mero le dije al ‘secre’ que no se hizo ninguna detención”, se lee en un mensaje atribuido a Ignacio.

SEGUNDA CONVERSACIÓN

En la segunda conversación, correspondiente al 4 de octubre del 2014, intervienen las personas identificadas como Alejandro “Cholo” Palacios y Ramón, este último un “posible” policía del municipio de Tepecoacuilco, Guerrero.

El Cholo comenta a Ramón que acababan de encontrar una fosa clandestina en Pueblo Viejo y “todas las fosas” de ‘Gil’, jefe regional de Guerreros Unidos. Sin embargo, no detalla quiénes la hallaron.

“Algún 28 abrió la boca… Querían que les soltara aunque sea 10 como estuvieran para calmar un poco”, se lee en un par de mensajes atribuidos a Ramón, el presunto policía.

CRÍTICAS DEL CENTRO PRO JUÁREZ

En Twitter, la ONG criticó que ante la posibilidad de que se trate de intervenciones ilegales de comunicación llevadas a cabo por el Ejército, se debe aclarar cabalmente el origen de las mismas.

Además, advirtió que los documentos abren líneas de investigación, incluso sobre perpetradores y paradero, que aún deben agotarse.