Tras la detención del general Salvador Cienfuegos en Estados Unidos por narcotráfico, hay más generales en la mira de las autoridades estadounidenses, entre ellos Tomas Ángeles Dauahare, así lo señala César Gutiérrez Priego, experto en seguridad nacional, en su columna Reporte confidencial DEA-1997 en La Silla Rota.
Gutiérrez Priego asegura que Ángeles Dauahare era uno de los mandos militares que se reunía con los jefes del narcotráfico, entre ellos Amado Carillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.
Estas reuniones fueron señaladas, cita el columnista, en un reportaje de Tim Golden en The New York Times, donde refiere que esta información fue dada por la Administración para el Control de las Drogas (DEA) a la entonces Fiscal General de Estados Unidos, Janet Reno.
El especialista señala además que el general colaboró con la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) en trabajos de espionaje en México.
La CIA, cabe mencionar, acusada por la propia DEA, por financiar narcotraficantes a cambio de que estos ayudaran en su combate contra el comunismo en América Latina, según refiere la Operación Leyenda.
La información de los encuentros de generales como Ángeles Dauhare está en manos de las autoridades estadounidenses, señala el columnista.
"Nunca imaginaron que toda esa información del gobierno y fiscalía de Estados Unidos, la utilizaría en algún momento en su contra. En este momento, esa cofradía del poder está empezando a pagar parte de sus pecados e impunidad en México", advierte Gutiérrez quien ya había adelantado la detención de Cienfuegos.
El columnista acusa a Ángeles Dauahare de ser quien se encargó de ordenar la tortura en su contra y los elementos del grupo de información de la quinta región militar que llegaron a trabajar al Instituto Nacional del Combate a las Drogas, y que consta en las diferentes causas penales, denuncias penales y queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Gutiérrez Priego califica a Ángeles Dauahare como un “cínico y cobarde”, que “ha querido hacerse pasar por un héroe ante la 4T”.
En diciembre del año pasado, Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, aseguró que Ángeles Dauahare era un gran y reconocido militar.
"Ángeles Dauahare fue, en el tiempo que estuvo en el activo, un gran militar, un general reconocido por todos nosotros, un general con una preparación profesional excelente, un general de esos que a través de la carrera militar los ubica uno en algún momento y no se le olvidan porque siempre son ejemplo de lo que hacen o de lo que han hecho", dijo Sandoval.
Ángeles Dauahare es nieto del general Felipe Ángeles, el militar revolucionario que tanto admira el presidente Andrés Manuel López Obrador y que dará el nombre del aeropuerto de Santa Lucía.
Fue secretario particular del entonces titular de la Sedena, Enrique Cervantes Aguirre, durante el sexenio de Ernesto Zedillo.
Cervantes, quien es acusado por el mismo columnista de proteger al expresidente y a su familia por supuestos vínculos con el extinto Cártel de Colima hallados por Jesús Gutiérrez Rebollo, quien según su hijo -el propio columnista- fue falsamente acusado de narcotráfico y preso hasta su muerte por dichas indagatorias contra Zedillo y su familia.
Fue encargado del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (Cian), el grupo de la Secretaría de la Defensa (Sedena) que combatía al narcotráfico.
También fue subsecretario de la Sedena durante el sexenio de Felipe Calderón.
Ya en el retiro a finales del sexenio de Calderón, el general fue acusado de presuntos vínculos con el narcotráfico, particularmente con los Beltrán Leyva, exaliados del cártel de Sinaloa y primos de Guzmán Loera.
Sin embargo, al llegar Enrique Peña Nieto a la presidencia, la Procuraduría General de la República (PGR), encabezada entonces por Jesús Murillo Karam retiró los cargos asegurando que no tenía pruebas contra el militar.
En 2013, el general recibió el título Honoris Causa por parte del Instituto Nacional para la Celebración del Día del Abogado.