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Rebasa México los 100 mil muertos por covid

"Hoy en México tenemos 100 mil personas que han perdido la vida por la covid, esta es una cantidad desde luego inusual", declaró López-Gatell

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En nueve meses de pandemia, México rebasó los 100 mil muertos por covid-19, todos ellos eran personas que son recordadas con amor por sus seres queridos. Por eso La Silla Rota decidió publicar la historia de algunos de ellos, con el objetivo de honrar su memoria.

"Hoy en México tenemos 100 mil personas que han perdido la vida por la covid-19, esta es una cantidad desde luego inusual, no tenía ningún antecedente previo la sociedad mexicana de una enfermedad infecciosa aguda que pudiera causar una propagación tan rápida y afectar la vida de tantas personas", declaró Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

La Secretaría de Salud informó que hay 100 mil 104 personas que han fallecido por coronavirus en el país desde el pasado 18 de marzo, cuando ocurrió el primer deceso oficial en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, esta tarde se confirmaron 576 defunciones más. 

Con 4 mil 472 casos nuevos, la cifra acumulada de contagios aumentó a millón 019 mil 543 casos confirmados de covid-19. Asimismo, hay un millón 180 mil 922 casos estimados y 37 mil 473 casos activos estimados, que son los que actualmente están enfermos de coronavirus. 

Asimismo, hay 15 mil 483 decesos sospechosos de covid, algunos a los que no se les tomó muestra, otros que sí se les hizo prueba y hubo problemas al procesarla, y otros de los que todavía se puede saber su resultado. Sumando las muertes confirmadas y sospechosas, México podría tener ya 115 mil 587 fallecimientos. 

Salud reporta que hay un millón 244 mil 739 casos negativos, 384 mil 718 casos sospechosos, y que se han recuperado766 mil 361 personas que tuvieron coronavirus en toda la República. 

Lamentablemente, se cumplieron las estimaciones que dio a conocer desde mediados de año el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, que actualmente prevé que para el 1 de marzo en nuestro país fallezcan 145 mil 423 personas, que podrían incluso llegar a 152 mil 415 si se relajan las medidas de protección. 

A ANTONIO LA VIDA LE DIO DOS MESES PARA DESPEDIRSE DE SU FAMILIA

Antonio de Luna Díaz fue un caso de covid-19 muy peculiar, porque permaneció 84 días intubado luchando y la vida le dio un tiempo extra para convivir con su familia y despedirse de ellos, ya que dos meses después murió a causa de los daños que el virus ya había provocado en su cuerpo. 

“Mi papá pudo salir, pudo ver a su familia antes de finalmente irse. Porque muchos entran al hospital y no salen. Por una parte tuvimos la oportunidad de verlo y tuvo la oportunidad de vernos", enfatiza su hijo Andrés de Luna, quien lo cuidó durante sus dos últimos meses de vida.

La Silla Rota publicó el 19 de agosto la historia de Antonio, quien en ese momento era la segunda persona que había permanecido más tiempo intubado y había logrado recuperarse. 

La covid-19 llegó a su vida el 15 de mayo, cuando comenzó a tener síntomas como de una alergia, que se agravó con el paso de los días. Permaneció 84 días intubado en un hospital privado de Mexicali, Baja California, donde vivía.

“Él fue eventualmente conocido como el caso milagro, por haber estado tanto tiempo intubado y aun así haber logrado combatir el covid, pero el daño que causó el virus en un inicio y todo el tiempo que él permaneció en el hospital lo deterioró por completo. Era un daño muy grande”, indicó su hijo. 

LA COVID-19 CAUSÓ UN DAÑO IRREPARABLE EN ANTONIO

Antonio fue dado de alta el 14 de agosto, comenzó a avanzar en sus terapias y parecía estar mejorando, los doctores incluso le dijeron a su familia que para diciembre o enero era probable que pudiera volver a caminar. 

El destino tenía otros planes. El 28 de septiembre entró a urgencias por un broncoespasmo, los especialistas les explicaron que su tejido pulmonar estaba muy dañado debido a la covid y que después de esto le esperaba una recuperación muy lenta. 

Una semana después logró salir, pero su estado de ánimo se fue para abajo. El 26 de octubre le vino otro broncoespasmo, su estado era crítico y los médicos le adelantaron a su familia que era muy probable que no lograra salir con vida. 

El sonido del teléfono despertó a la familia De Luna la madrugada del 28 de octubre, eran las 4:00 de la mañana. Al otro lado de la línea estaba alguien del hospital que les dio la noticia que tanto temían, Antonio acababa de fallecer. 

FUE MUY LINDO PODER CUIDARLO, EXPRESA SU HIJO

La familia De Luna cree que los doctores sabían que Antonio sólo tendría unos meses de vida, pero dieron su mayor esfuerzo para que tuviera la oportunidad de recuperarse y despedirse de su familia.  

Su hijo Andrés agradece mucho el que hayan podido verlo y estar con él. “Sin lugar a dudas fue muy hermoso, fue muy lindo el estarlo cuidando, el hecho de que él se abría un poco más hacia nosotros, el que estaba teniendo ya una mentalidad de ser más open mind, de dejar de trabajar, de dedicarse más a su familia, pero la vida no es un cuento de hadas y pasó esto”, dijo. 

Antonio tenía 52 años, era abogado y su mayor afición era el futbol, un seguidor fiel de la Selección Mexicana y fanático de Diego Maradona. Su carácter siempre fue el de una persona introvertida, pero siempre estaba para su familia y amigos cuando lo necesitaban. 

El recuerdo que Andrés atesora de su padre es su último cumpleaños, el 11 de septiembre. “Ese día, mi papá estaba en su casa, como si fuera un día regular, como si él no estuviera en la cama. Me dijo, hijo, estoy muy orgulloso de ti, me da mucho gusto poder celebrar otro cumpleaños contigo. Fue un momento muy bonito, fue un momento en el que también me abrí hacia él y le dije que el hecho de que estuviera ahí con nosotros era el mejor regalo que podía tener”, enfatiza. 

SALVADOR ERA BROMISTA Y DISFRUTABA COCINAR PARA SU FAMILIA

“Mi papá era un buen hombre, sin vicios, trabajador, que le apasionaba lo que hacía y que amaba a su familia”, así describe Itzel Vanessa Huerta Meza a su padre, Salvador Huerta Muñoz, quien falleció el 1 de junio por covid-19. 

En febrero, Salvador celebró su cumpleaños número 54, el último que compartió con su familia, que lo recuerda como un hombre súper bromista, que siempre tenía una actitud positiva y una sonrisa.

Era arquitecto y hasta sus últimos días trabajó en una constructora con la cual hizo proyectos de remodelación de sucursales bancarias en varios estados de la República. Vanessa relata que desde niño ya tenía la vocación para esta labor, ya que cuando era pequeño sus papás compraron un terreno y él les ayudaba en la construcción. 

Uno de los principales talentos de Salvador era cocinar, actividad que disfrutaba mucho. Su especialidad era la lasagna, le gustaba preparar pastas, mariscadas y carnes. Incluso solía bromear con su esposa diciéndole que él cocinaba más rico. 

LO RECUERDO MÁS QUE NUNCA, ENFATIZA VANESSA

El sábado 16 de mayo los síntomas respiratorios de Salvador se agravaron, por lo que su familia decidió llevarlo al Hospital General de La Villa, en la alcaldía Gustavo A. Madero. La Silla Rota publicó el día 28 de ese mes el llamado a auxilio que hizo Vanessa para conseguir un neumólogo que atendiera a su padre. 

Conforme avanzaron los días su condición de salud se volvió más crítica el 1 de junio lamentablemente murió por covid-19. A cinco meses de distancia, ella relata que fue muy complicada la situación que enfrentaron en el hospital, porque no había un neumólogo que lo atendiera y cuando lograron que uno particular fuera, ya era demasiado tarde. 

Su muerte ha sido un golpe muy fuerte para Vanessa y para su mamá, quien llevaba 27 años de casada con Salvador más otros tres de novios. Como todos los matrimonios tuvieron altas y bajas, pero siempre trataron de dar el 100 para sacar a su familia adelante.

A pesar de que han pasado varios meses desde que Salvador murió, su hija Vanessa expresa: "Lo recuerdo creo que más que nunca, diario, todos los días, yo creo que conforme va pasando el tiempo los recuerdos te surgen, tanto como haces tu rutina, cuando íbamos al mercado. Él y yo éramos en esa parte muy unidos y se te llenan la cabeza de recuerdos y dices mi papá decía esto, hacía lo otro, me acompañaba aquí, ahora lo tengo que hacer sola”.

BONIFACIO, AMERICANISTA HASTA LA MUERTE

Cuando Bonifacio Estrada Ávila murió por covid-19, el pasado 17 de octubre, muchas personas que lo conocían por su trabajo vendiendo veladoras y cirios pascuales en iglesias se acercaron a su familia para expresarles cuánto lo apreciaban. 

“Se siente muy bonito, me siento muy orgullosa, pero a la vez me siento muy triste porque él ya no está y no va a saber cuánto lo estimaba la gente”, expresa su hija Mariana Estrada, quien señala que incluso los sacerdotes han oficiado misas para pedir por él sin que ellos tengan que pagar nada, sólo porque lo consideraban un amigo.

Bonifacio tenía 68 años de edad y se dedicaba a vender veladoras y cirios pascuales en iglesias de la Ciudad de México. Fue el 6 de octubre cuando comenzó con síntomas de coronavirus  y aunque su familia hizo todo lo que estuvo en sus manos para que se recuperara, no fue posible. 

Durante 19 años vendió veladoras y cirios pascuales. Su familia destaca que era muy trabajador e incluso a veces acudía los domingos a las iglesias porque era un buen día para su labor. 

Él también era americanista de hueso colorado, por eso la playera de este equipo de futbol se encuentra justo al lado de la urna donde yacen sus cenizas. Su hija recuerda que cuando era niña acostumbraba acompañar a su padre a ver los partidos y disfrutaba ese rato con él. 

ME DOLIÓ NO PODER PAGAR UN HOSPITAL PRIVADO, EXPRESA SU HIJA

Bonifacio tenía que salir a trabajar, pero se cuidaba de la covid-19, siempre usaba cubrebocas y constantemente utilizaba gel antibacterial, además usaba su automóvil para trasladarse de un lado a otro. 

Su destino cambió el 22 de septiembre, cuando le robaron su automóvil en Coacalco, Estado de México. La familia sospecha que fue en el asalto o en el Ministerio Público donde pudo haberse contagiado. 

El 6 de octubre se sintió mal, pensó que se trataba de gripa, porque no tenía fiebre ni tos, sólo se sentía muy cansado. Al ver que no mejoraba, el viernes de esa semana le hicieron la prueba de diagnóstico del virus Sars-CoV2 en un laboratorio particular, el lunes les informaron que el resultado era positivo y fueron con un neumólogo.

Mariana relata que buscaron atención en varias partes, primero fueron a un hospital privado, donde les pedían pagar 30 mil pesos de inicio y hacer un depósito por 250 mil pesos. En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias les dijeron que no tenían espacio y fue finalmente en el Centro Médico Nacional La Raza en donde lo aceptaron. 

Un paro bronco respiratorio fue el detonante de la muerte de Bonifacio, quien estuvo menos de una semana hospitalizado, en su acta de defunción se especifica que la causa del deceso fue covid-19.

“Me siento muy mal, porque mi papá no era una persona perfecta, pero conmigo siempre fue muy amoroso, fue una persona con la que yo siempre conté. Me dolió mucho el hecho de no tener los medios económicos para poder pagar un hospital privado, a lo mejor hubiera tenido el privilegio de estar en contacto con su familia”, destaca su hija.

Mariana lo recuerda como el padre que siempre estuvo para apoyarla, en las buenas, en las malas y en las peores; como el abuelo amoroso que llamaba “hijos” a sus nietos y les daba domingo, y como un gran fanático de The Beatles que era muy alegre. 

LEA, LA ACTIVISTA TRANS QUE SOÑABA CON COMPRAR UNA CASA PARA SU FAMILIA

Lea Aldana González soñaba con poder comprar una casa para su familia, pero la covid-19 le robó esa oportunidad. Ella falleció el pasado 7 de mayo en el Hospital General de México “Eduardo Liceaga”, aunque su acta de defunción indica que fue por coronavirus, su familia indica que nunca les mostraron el resultado de la prueba. 

Ella era una mujer trans, tenía 49 años, era estilista y activista de derechos humanos que luchó mucho por los comerciantes. Su familia la describe como una persona que siempre se preocupaba por ellos y los cuidaba. 

Su sobrina Génesis relata que todo comenzó el 25 de abril, cuando presentó malestar en la garganta, pero su doctor particular le dijo que sólo era una infección. Dos días después su condición se agravó porque no podía respirar bien, una radiografía de sus pulmones mostraba que había daño, lo que hizo pensar a los doctores que se trataba de covid-19. 

Ese día ingresó al Hospital General, donde estuvo hospitalizada en la Torre de Cardiología, Angiología y Neumología, en la cama 452, en el cuarto piso, bajo el diagnóstico de neumonía. 

“TE AMO BEBÉ”, LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE LEA

A Lea le permitieron tener un celular, medio a través del cual estuvo en contacto con sus seres queridos. El 29 de abril fue el último día que hablaron con ella, pero se escuchaba mucho peor, casi no podía hablar y tenía dificultad para respirar. Una doctora les informó que estaba muy grave y necesitaban intubarla, pero la familia se negó. 

El jueves 30 de abril, Lizbeth ya no pudo llamar, pero les envió un mensaje de texto. "Nos dijo que pues sí se quería intubar porque ya estaba sufriendo mucho. Le respondí: ‘tía, tranquila este es un procedimiento nada más, vas a salir de esto, todos estamos orando mucho por ti’.

“Nada más me respondió 'Te amo, bebé', y ya, prácticamente esas fueron las últimas palabras que escuché de mi tía, bueno que vi, porque fue un mensaje de texto", expresó Génesis mientras se le quebró la voz.

Para los seres queridos de esta mujer trans y activista que siempre luchó por los derechos de la comunidad en la que vivía, sobrellevar el duelo ha sido muy complejo. "Era como la mejor persona que puedes conocer en la vida y pues es complicado todo lo que pasó, porque un día estás ahí y la ves…  siempre nos decía ‘hola bebés, ¿cómo están?’, y después ya no", enfatiza Génesis.

MÉDICA Y ENFERMERAS HAN DADO SU VIDA COMBATIENDO A LA COVID

Hasta el pasado 4 de noviembre, habían muerto por covid-19 mil 884 trabajadores de salud, prácticamente la mitad de ellos, el 48%, eran médicos, 30% de diversas áreas, 18% personal de enfermería, 2% odontólogos y 2% trabajaba en laboratorio. 

Asimismo, había 198 defunciones en estatus de sospechosas. El 70% de las mil 884 personas que murieron eran hombres y las entidades donde ocurrieron más de estas defunciones son la Ciudad de México, el Estado de México, Veracruz, Puebla y Tabasco. 

La Silla Rota ha documentado algunos de estos fallecimientos a los largo de nueve meses, como el doctor Alejandro García Morales, quien falleció  el 26 de abril a causa de covid-19. Él era anestesiólogo pediatra en el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, aunque se contagió en su práctica privada.

“Un gran ser humano que siempre se preocupó por los demás. Creaba aparatos para poder dar mejor atención a sus pacientes. Excelente médico, maestro y amigo que merece ser reconocido. Nos sentimos muy tristes por su partida. Siempre en nuestro corazón. Que descanse en paz”, escribió Myriam García en su cuenta de Facebook.

Otro caso fue el del doctor Francisco Brito Barrera, quien laboraba en el Hospital General Regional (HGR) No. 17 de Quintana Roo. Era neurocirujano y tenía más de 18 años trabajando en el Seguro Social, falleció el 27 de abril a los 58 años de edad. 

Con flores rojas y blancas afuera de su consultorio privado, así despidieron familiares y pacientes al médico David Herrera Vara, el pasado 5 de mayo, luego de que el coronavirus le ganó la batalla. Él era hermano del alcalde de Santa Ana Nopalucan, Jaime Herrera Vara. 

El enfermero Miguel Ángel Martínez murió el 13 de abril, laboraba en el Hospital Regional 1 de Octubre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, sus amigos y colegas lo recuerdan como un hombre aventurero, pero sobre todo comprometido con su labor. 

PERSONAJES DE LA FARÁNDULA DEL DEPORTE Y DE LOS VIDEOJUEGOS HAN MUERTO POR COVID

El coronavirus también cimbró a la farándula mexicana, ya que a lo largo de estos meses de pandemia lamentablemente fallecieron actores y cantantes de nuestro país. Uno de los más sonados fue el deceso del cantante Yoshio, quien perdió la batalla contra la covid-19 el 13 de mayo. 

El cantante, quien se llamaba Gustavo Nakatani Ávila, presentó diversas complicaciones como un pulmón colapsado, mientras estuvo hospitalizado en el Hospital General de Xoco, en la Ciudad de México. 

También un día 13, pero del mes de julio, murió el actor Raymundo Capetillo, sólo 8 días después de que se había dado a conocer que se había infectado de este virus. Su carrera inició en la década de los 60 en cine, teatro y televisión, donde participó en las telenovelas Rosa Salvaje y Cadenas de Amargura, entre otras.

El cantautor Óscar Chávez falleció por covid-19 el 30 de abril en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre. El Caifán Mayor dejó en su legado musical canciones como Macondo, La Casita y Por Ti. 

El virus Sars-CoV2 también causó el fallecimiento de las actrices Cecilia Romo, el pasado 30 de agosto, quien luchó durante 169 días contra el virus Sars-CoV2, y Pilar Pellicer, quien murió el 16 de mayo a los 82 años de edad. 

El mundo del deporte también se ha visto afectado por el coronavirus, ya que el 14 de junio murió Aarón Padilla, leyenda del futbol mexicano que fue dos veces mundialista con la Selección Mexicana y era uno de los íconos de Pumas. 

El 2 de noviembre falleció Óscar Yasser Noriega, mejor conocido como “Akira”, fundador de la revista de videojuegos Atomix y Nerdore Podcast. Su esposa Aiko Hosoya informó sobre su deceso a través de Twitter, en donde destacó: Hicimos todo lo que pudimos para salvar su vida, Óscar es mi mejor amigo y mi todo. Óscar tuvo una vida llena de grandes amigos y felicidad”.

(djh)