Recordado como un símbolo de la libertad de expresión en México, el periodista Manuel Buendía Tellezgirón salía de sus oficinas cuando un hombre se le acercó por la espalda y le disparó cinco veces antes de subirse a su motocicleta y huir del lugar. Sucedió el 30 de mayo de 1984.
Buendía era conocido por su trabajo en diarios como Excélsior, La Prensa y El Universal, donde cubría temas como narcotráfico, corrupción en el gobierno y las operaciones del la CIA en nuestro país. El asesinato fue considerado por columnistas y especialistas como crimen de estado.
El periodismo no fue su única labor. También fungió como profesor de la escuela “Carlos Septién García” (1952 a 1967), y maestro de asignatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de 1973 hasta el día de su fallecimiento.
La información que brindaba era única en aquellos años y su columna “Red Privada” era la más leída y respetada en México.
Nació en Zitácuaro, Michoacán, el 24 de mayo de 1926 y descubrió su vocación por el periodismo cuando tenía 14 años, empezando a colaborar con una revista llamada “La Nación del Partido Acción Nacional”.
Tiempo después, el diario La Prensa lo contrató como reportero de guardia y pronto ingresó a la fuente policiaca, donde desarrolló sus habilidades. Esto lo llevó en poco tiempo a cubrir las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores y posteriormente lo que hacía el entonces presidente Adolfo Ruíz Cortines.
“Quince meses después de iniciados los trabajos del fiscal, su oficina obtuvo las primeras pruebas y testimonios que, tras profundizarlas, permitieron solicitar las órdenes de captura contra el director de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla Pérez
Las acusaciones contra el exfuncionario fueron: dos homicidios calificados, en grado de coautoría, cometido contra Manuel Buendía y el abogado José Luis Esqueda Gutiérrez”, detalla la Sociedad Interamericana de Prensa.
Pero la censura no ha terminado. Treinta y seis años después de su muerte, los periodistas siguen siendo callados de distintas maneras como el asesinato, la amenaza y las desapariciones.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México señala que Manuel, como muchos periodistas en nuestro país, fue asesinado debido al ejercicio de su libertad de expresión y que su legado se ha consolidado en la Fundación Manuel Buendía, que fue creada el mismo año de su muerte y trabaja en la promoción y formación de recursos humanos enfocados al periodismo y a la comunicación social por medio de proyectos y programas como la Unidad de Libertad de Expresión, la Unidad de Internet, la Revista Mexicana de Comunicación y el Fondo Editorial.
Con información de CDHCDMX y Sociedad Interamericana de Prensa
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