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¿Qué tiene que ver México en la fatal falla del Boeing 737 MAX 8?

A Querétaro le conviene aclarar accidentes del Boeing 737 Max, luego de que una mexicana murió en el más reciente de Ethiopian Airlines

Escrito en NACIÓN el

La yucateca Graziella de Louis Ponce, quien trabajaba para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como traductora oficial, desafortunadamente viajaba en el vuelo fatal de un Boeing 737 Max 8 que se accidentó en Etiopía.

Ese avión es un emblema del avance de la aeronáutica en Querétaro, en donde hace un año Safran, de Philippe Petitcolin, inauguró una atípica planta de fabricación de álabes de motor, que son las paletas de esa especie de ventilador que es la parte visible de una turbina vista desde el frente.

Su peculiaridad radica en que se trata de álabes que no están hechos de metal, su estructura está compuesta de miles de delgadas fibras tejidas hasta formar un pequeño ''tapete'' grueso de medio metro de largo, que luego es cubierto con una resina que lo solidifica. Esas partes las hacen los queretanos que trabajan en esa fábrica que de acuerdo con Petitcolin costó 100 millones de dólares.

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Esa infraestructura no es la primera inversión de Safran en México, sino más bien la consolidación de su apuesta, asegura Jonathan Ruiz Torre, en su columna en El Financiero.

Safran está presente en México desde hace más de 20 años, principalmente en el mercado de la aeronáutica. Su presencia local responde a tres objetivos: acercarse a sus clientes del continente americano, diversificar sus zonas de producción y conquistar nuevos mercados.

En la actualidad, con más de cinco mil 400 colaboradores distribuidos en siete sitios de producción, de mantenimiento o de ingeniería, Safran es el primer empleador de la industria aeronáutica en México”, advierte la compañía en su sitio de internet.

Asimismo, presume de que dicho motor Leap al que aporta los álabes es el mejor vendido para aviones de corto y mediano alcance.

Luego de la tragedia, autoridades aeronáuticas de diversos países, incluido México, suspendieron las operaciones de los Boeing 737 Max hasta determinar la razón detrás del accidente que acabó con la vida de la mexicana Graziella de Louis Ponce y 156 personas más, además de una tragedia previa ocurrida en Indonesia el año pasado.

Analistas del sector advirtieron recientemente que esa suspensión puede ser una útil excusa para aerolíneas que ante la desaceleración económica de Europa, China y Estados Unidos, quieran retrasar o cancelar pedidos ya hechos de nuevos Boeing 737 Max. Sólo Aeroméxico, dirigida por Andrés Conesa Labastida, espera recibir este año ocho aviones de ese tipo.

Por otro lado, una eventual cancelación de pedidos no está en los planes de Safran, como tampoco está en los de los queretanos que de a poco se hicieron de una fuerte industria aeronáutica y de una economía que creciendo al 3 por ciento, sigue siendo referencia nacional.

Con información de El Financiero

mlmt