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Puente Grande: así fue la primera fuga de “El Chapo” Guzmán

A casi 20 años de uno de los pasajes más oscuros de Puente Grande, se anunció el cierre del penal federal de máxima seguridad

Escrito en NACIÓN el

El sorpresivo cierre del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 2, "Occidente", mejor conocido como Puente Grande, en Jalisco, provoca recordar uno de los pasajes más oscuros en la historia.

Se trata de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, exlíder del Cártel de Sinaloa, realizada el 19 de enero de 2001. 

El capo hoy se encuentra encerrado de por vida en una dura prisión de Estados Unidos, sin embargo, cuenta con un historial de haberse escapado en dos ocasiones de penales de máxima seguridad.

Cuando Guzmán Loera fue detenido en 1993 por el asesinato del cárdenal Juan Jesús Posadas Ocampo, lo recluyeron en el penal del Altiplano, en el Estado de México, luego llegó a Puente Grande. 

En el penal jalisciense, el capo criminal vivió una vida de lujos, facilitada por quien sería su socio y compadre, Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, en ese entonces segundo al mando de Puente Grande.

“El Chapo” hacía fiestas, recibía comida especial, alcohol, drogas, presumía lujos, tenía visitas sin límites y demás facilidades, con el apoyo de sus socios desde afuera del penal y dentro del mismo.

La vida de lujos dentro de Puente Grande es narrada por Jesús Lemus en su libro “Los Malditos”. El periodista fue arrestado injustamente y detenido en dicho penal, donde se entrevistó con reclusos quienes le contaron el reinado de Guzmán Loera en el penal. A su salida de la cárcel publicó dos libros.

Aunque la jaula era oro, seguía siendo jaula, por lo que “El Chapo” terminó escapándose de Puente Grande. 

Jesús Reynaldo Zambada García, mejor conocido como “El Rey” Zambada, hermano de Ismael Zambada García, “El Mayo”, líder máximo del Cártel de Sinaloa, narró durante el juicio de Guzmán Loera, cómo fue aquella fuga.

En un relato de más de cinco horas, “El Rey” Zambada contó que a finales del 2000 “El Mayo” le advirtió que Guzmán Loera ya preparaba su fuga de la cárcel de máxima seguridad.

En ese momento, Jesus Reynaldo no conocía a “El Chapo” en persona, sabía que era jefe del cártel, junto a su hermano. 

“El Rey” confirmó la versión que dieron las autoridades mexicanas en su momento: Joaquín Guzmán Loera se escapó de Puente Grande escondido en un carrito de lavandería.

Al salir de Puente Grande, continúa Zambada García, él y “El Mayo” le consiguieron a “El Chapo” un helicóptero para escapar, pues las autoridades ya le seguían el paso al capo.

“El Rey” y “El Mayo” personalmente recibieron al capo en Querétaro para huir en el helicóptero, para luego ser trasladado por el mismo Jesús Reynaldo en carretera a la Ciudad de México.

En la capital, territorio que dominaba “El Rey” Zambada”, Guzmán Loera fue recibido por un grupo de agentes policiales que estaban a su sueldo para darles protección.

Sin embargo, "El Chapo" desconocía que los uniformados estaban de su lado, por ello se puso nervioso cuando una patrulla y una motocicleta interrumpieron su paso.

Zambada intentó calmarlo. “Le dije: ‘No te preocupes’”, le contó al jurado. “Esta es nuestra gente. Están aquí para protegernos”.

Vicente Zambada Niebla, primogénito de “El Mayo” y sobrino de “El Rey”, secundó la versión del carrito de lavandería.

EL CHAPO SALIÓ POR LA PUERTA PRINCIPAL

La versión oficial de la fuga de “El Chapo”, reforzada por miembros del cártel, causó muchas dudas, más cuando versiones periodísticas sacaron a relucir otra versión. 

Anabel Hernández, en su libro “Los Señores del Narco”, asegura que Guzmán Loera se fugó del Puente Grande por la puerta principal vestido con el uniforme de la Policía Federal Preventiva.

Hernández señala que seis horas después de la alerta de fuga, los uniformados entraron al penal con el argumento de buscar a Guzmán Loera, cualquiera pensaría que en ese momento “El Chapo” ya no estaría en la cárcel, sin embargo, la periodista sostiene que él siguió ahí y que los policías solo llegaron para sacarlo. 

Anabel señala que era imposible que “El Chapo” saliera por el carrito de lavandería, pues éste tiene que pasar por las aduanas del penal que cuenta con sensores que detectan el calor y movimiento de un ser vivo del tamaño de un gato.

La versión de la fuga vestido de policía también fue mencionada por Lemus en sus libros “Los Malditos”. Presos de Puente Grande le narraron al periodista que Guzmán Loera escapó uniformado por la puerta principal y que la versión del carrito de lavandería había sido un invento del gobierno.

Los reclusos relataron a Lemus que “El Chapo” se escondió en la enfermería esperando que se alertara su ausencia cuando fuera la cena, luego esperó a que llegaran los policías, se cambió el uniforme y salió del penal. 

“El Chapo tuvo la inteligencia y la sangre fría para permanecer en esta cárcel en máxima alerta cuando todo el mundo lo estaba buscando y se confundió entre los que lo buscaban. Se volvió un policía más y pudo engañar a todos”, se lee en el libro de Lemus.