“Me siento feliz y contento porque yo sé que pronto todos los niños vamos a recibir esta quimio que hemos estado esperando”, dice con una gran sonrisa Erick Indo González, quien padece leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo, tras haber dialogado con el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Este niño de 10 años de edad fue el primero en alzar la voz para denunciar la falta de metotrexato en el Hospital Infantil de México Federico Gómez. Su video en el que le pide ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador se viralizó en redes sociales el pasado fin de semana, después empezaron las protestas de padres de familia.
“Le pido, señor presidente, que nos ayude con las quimioterapias en el Hospital Infantil de México Federico Gómez. No me quiero morir, yo estoy luchando cada día con esta enfermedad para salir victorioso”, fue el llamado que hizo al mandatario.
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Relata que el video que grabó “representa que todos los niños necesitamos esta quimio, porque sin esta quimio no podemos salir adelante, podemos retroceder y morirnos”.
Ahora que el medicamento fue entregado al hospital y que el secretario de Salud les garantizó que habrá abasto por el resto del año, el ánimo de todos los padres de los menores cambió, ahora dicen estar tranquilos porque pueden volver a dedicarse a cuidar a sus hijos.
El pequeño Érick, visiblemente alegre, agradeció al secretario de Salud y al presidente López Obrador. Añade que se siente con mucho ánimo porque todos los niños van a salir adelante con su tratamiento.
Este viernes, el menor originario de Minatitlán, Veracruz, recibirá su sesión de quimioterapia número 86, de un protocolo de 120. En esta ocasión le administrarán vincristina, aunque su tratamiento también incluye metotrexato.
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A Érick le apasiona el beisbol, también disfruta jugar a las atrapadas y a las escondidas con sus amigos. Al hablar de su futuro, dice que “de grande quiero ser doctor para curar a todos los niños y poderles cumplir su sueño”.
Su mamá, Erika González, narra que el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo llegó en julio de 2017. Durante un tiempo vinieron a vivir a la Ciudad de México, pero por cuestiones personales tuvieron que regresar a Minatitlán y ahora viajan cada 15 días para que su hijo reciba el tratamiento.
Ahora que la situación de abasto de medicamentos se normalizó, Erika expresa: “Realmente estoy muy contenta porque es para todos los niños que están adentro y afuera del hospital con esta terrible enfermedad, que todos sabemos que es el cáncer. Todos sabemos que el cáncer no espera y que bueno que ahora sí ya se pudo solucionar esto, realmente es una bendición para tantos niños”.
MJP