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PRI cumple 91 años; exdirigentes hablan sobre la renovación del partido

La exdirigente del PRI Dulce María Sauri señala que el primer paso para renovarse es pedir perdón a los mexicanos

Escrito en NACIÓN el

El tricolor cumple 91 años y lo hace con dos millones 400 mil militantes, según su listado oficial tras la depuración de “militantes fantasmas” en el Instituto Nacional Electoral. Su campaña “Échale la culpa al PRI”, a decir de su presidente nacional Alejandro Moreno “Alito”, no fracasó por el hecho de que ese mismo día Emilio Lozoya haya sido detenido. Al contrario -declaró en entrevista a Salvador García Soto-: le fue bien porque iba dirigida a la militancia y los millennials. ¿Cómo explicar entonces algunas de las respuestas que recibieron en redes sociales? “Desvergonzados, bastardos rateros”, les decían.

No. Los viejos priistas de aquella época de oro, la de matracas, confeti y mítines multitudinarios, no lo aceptan abiertamente pero su postura se advierte entre líneas. No les gustó la campaña porque consideran, no va a ningún lado. “No podemos vivir de la historia, hay que vivir el presente y construir el futuro”, afirma René Juárez, exdirigente del partido, exgobernador y actual coordinador de bancada en San Lázaro. “Tenemos que avanzar en la unidad, la reconciliación hacia dentro, ser profundamente autocríticos”.

Pareciera que desde este papel de oposición, que muchos califican como gris, la única voz autocrítica es la de otra exdirigente nacional, ex gobernadora y hoy legisladora, Dulce María Sauri. “Yo he dicho que el PRI tiene que pedir perdón, aunque no sé si nos perdonen. No lo sé, pero el primer paso es ese”, advierte. “Lo dije en un foro de la Fundación Colosio, con reacciones muy diversas de mis compañeros. Una compañera me dijo ¿Y yo por qué tengo que pedir perdón por César Duarte? ¿Yo qué tengo que ver con él? Efectivamente, nosotros no tenemos que pedir perdón no por él ni por ningún priista que transgredió la ley, lo que tenemos que pedir es justicia. Pero hay que pedir perdón porque este partido permitió que sucediera y nadie levantó la voz, porque todos pasivamente aceptamos las cosas. Y las cosas pasaron y nos arrollaron”.

Desde su cuenta de Twitter, “Alito” bombardea con mensajes que hablan de su trabajo como dirigente, en un momento en el que heredó pedazos de lo que fue el primer partido en la historia política del país; y el partido en gobierno por décadas. Por ejemplo, tuiteó parte del discurso que pronunció en un acto interno para dar a conocer que el Instituto Reyes Heroles les capacitará en diversos temas. En otro tuit, agradece la visita de miembros de la Internacional Socialista.

Pero ¿A dónde va el PRI? “Eso es lo que vamos a ir a discutir a la 23 Asamblea Nacional, un partido moderno, de centro izquierda, socialdemócrata que discuta todos los temas y derechos fundamentales con los ciudadanos. Eso es lo que necesitamos”, responde en un video.

Y no solo eso. Meses después de la detención de exgobernadores acusados de robo, como Javier Duarte en Veracruz y César Duarte en Chihuahua -entre otros-, “Alito” también exalta a quienes lo escuchan, para tener primero lealtad con su instituto político, antes que cualquier aspiración personal. Mientras en otro discurso pregona “que el partido tome un rumbo claro, con destino, ruta y nos regrese a volver a ganarnos la confianza de los ciudadanos”.

-¿Le quedó grande la silla a su dirigente?, pregunta LSR a Sauri.

-Yo creo que está sentado en una silla que no es tan grande como era hace 20 años; pero está bien sentado.

-¿Su figura es como la de otros exdirigentes?

-Recuerdo cuando inicié en la dirigencia nacional del PRI, el 30 de noviembre de 1999, una caricatura ilustraba lo que un amplio sector pensaba de mi persona: era mi cara como un globo sostenido por Esteban Moctezuma, él era el niño que llevaba el globo ¡Fíjese cómo es la vida! Me tocó la derrota en el 2000 y hacerle frente; y eso me permitió apoyar al partido en su proceso de reconstrucción en 2001.

Un juicio a “Alito” en este momento es muy temprano. Su prueba de fuego es en 2021 porque este año solo vendrán dos “fueguitos”, comenta la legisladora yucateca en referencia a las elecciones en junio en Hidalgo y Coahuila donde se renovarán ayuntamientos y Congreso.

-¿Existen como oposición?, pregunta LSR a René Juárez.

- Respeto las opiniones de quienes dicen que ni siquiera lo somos, pero no las comparto. Hoy aquí en la Cámara de Diputados somos factor de gobernabilidad; en momentos difíciles de gobernabilidad hemos sido factor de estabilidad, de generar acuerdos porque de eso se trata la política, no de andarnos mentando la madre. Hay dos tipos de oposición; estamos acostumbrados a la oposición que grita, que reclama, porque así ha sido la oposición. Hoy los que gobiernan eran los que tomaban Paseo de la Reforma, pozos petroleros: el PRI no ese tipo de oposición. Nuestras formas son otras, refiere.

“Alito” confirma que, en efecto, sus formas son otras que no incluyen ni pedir perdón ni pelear su territorio, tal y como se apreció el 22 de febrero, cuando en el Monumento a la Revolución el presidente López Obrador encabezó un acto masivo por el aniversario de la CTM, organismo sindical que en el pasado fuera uno de los principales proveedores de votos priistas. Pero Alejandro Moreno destaca en sus tuits frases hechas tales como “lo mejor está por venir”, “diálogo y unidad”, “debate, no discusión”, “regresar al territorio”.

“Tenemos que actuar con humildad, generosidad y que nos pongamos a tono a los nuevos tiempos que hoy exigen muchos más”, recomienda Juárez. “La confianza restaurada que la gente nos dio en 2012 fue sumamente frágil y nosotros fallamos”, reconoce Sauri. “Tenemos que tejer muy fino si queremos aspirar a empezar a reconstruir confianza ¡Y hay que acelerar el paso! La cobija que el PRI arrastra es muy sucia”, advierte.

Sin el reino que fue mantener la presidencia, el PRI seguirá aferrándose a esa balsa en mar abierto, llamada curul en el Poder Legislativo, desde la cual goza de empleo, certeza económica y un papel como minoría que se resume dar su voto al mejor postor.

“El PAN tiene una vocación opositora como nosotros tenemos una posición gobiernista”, describe Sauri. “Está en ADN de los partidos; le reconozco al PAN que es una verdadera oposición al gobierno, pero no podemos comportarnos como ellos que son una oposición sistemática al gobierno, como Morena lo es también. Nosotros, aun como oposición, pensamos en la gobernabilidad”. ¿Qué le faltaría al PRI de “Alito” para tener la visibilidad que tiene el PAN, pero sin seguir sus pasos? Sin dudarlo mucho, Sauri responde directamente. “Creo que nos faltan las tácticas para que la sociedad sienta que esos, a los cuales rechaza por lo que hicieron seis años, están enmendando el camino. Ojalá la dirigencia nacional se dirija a esa parte, en este próximo aniversario”.

-¿La campaña priista de “Échale la culpa al PRI” habla del tamaño del dirigente que tiene el tricolor?

-No. “Alito” hizo un intento que lamentablemente coincidió con la detención de Emilio Lozoya, pero una campaña que pudo ser polémica, se perdió. El contenido es relevante, pero no sostenible. Me hubiera gustado más pedir perdón, ese es el futuro inmediato porque la sociedad no vive en el pasado, sino en el presente.

-¿Y podrá entenderlo el resto de los priistas?

Lo voy a seguir intentando, lo peor que puede pasar es que me tiren de a loca.

(Luis Ramos)