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Presupuesto 2020: las similitudes de Morena con el PRI hegemónico

Pese a que en el Presupuesto para el próximo año se eliminan los llamados “moches”, el corto margen de reasignaciones muestra una “imposición presupuestaria”, aseguran

Escrito en NACIÓN el

La mayoría de Morena en la Cámara de Diputados facilitó que el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020 fuera aprobado con pocas modificaciones al documento enviado por Andrés Manuel López Obrador, lo que recuerda a la época en que el Partido Revolucionario Institucional reinaba en el Congreso y ejercía la imposición presupuestaria del jefe del Ejecutivo en turno.

“Muchos de quienes la semana pasada pugnaban por no cambiar una sola coma a la propuesta de López Obrador, acusaban al PRI de ‘oídos sordos’ cuando eran oposición”, exponen Ximena Mata y Luis Carlos Ugalde en la revista Nexos.

Asimismo, ponen de relieve que, luego de la hegemonía del PRI en que el Congreso aprobaba la distribución sin aplicar cambios, el estudio La Negociación Política del Presupuesto, 1997-2018, elaborado por Integralia, muestra que la bolsa negociable durante este periodo, con el PAN en el poder Ejecutivo y el PRI con mayoría en el Legislativo, tuvo un promedio de 142 mil millones de pesos, es decir, 3.5% del presupuesto total. 

En contraste, en los dos presupuestos aprobados por esta primer legislatura que acompaña la presidencia de AMLO, se nota que la bolsa negociable para 2019 fue de 40 mil 524 mdp y 2020 de 26 mil 74 millones, esta última cifra corresponde al 0.4% de los seis billones 107 mil mdp que se distribuyeron para el próximo año.

LOS MOCHES

Al respecto, Mata y Ugalde resaltan que durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, el peso opositor en el Congreso era tal que tuvo que “institucionalizarse” un sistema clientelar en cuanto a la obtención de votos por parte del Pleno a través de las partidas de libre asignación -los llamados “moches”-, las cuales se han eliminado para el Presupuesto 2020. 

Estos “moches”, argumentan algunos legisladores, son necesarios para hacer política local con gobiernos municipales y estatales, para orientar recursos hacia infraestructura pública. 

Sin embargo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto los diputados se repartían bolsas individuales que oscilaban entre los 10 y 20 millones de pesos, misma que algunos “vendían” al mejor postor, lo que permitió “comprar” la gobernabilidad” que permitió la aprobación de las reformas del llamado Pacto por México.

“La llegada del nuevo gobierno ha eliminado la práctica de sobornos, pero no ha estimulado una función legislativa profesional y responsable para que el Congreso sea un vigilante de los gastos del gobierno. Al contrario: la política de “no cambiar una sola coma” reproduce la lógica de la era hegemónica del PRI: la economía se maneja desde Los Pinos (hoy desde Palacio Nacional) y poco importa la opinión de los diputados. Resultado: un gobierno que diseña y ejecuta el gasto sin rendir cuentas. La mejor receta para la equivocación”.

DESCONTENTO

Esta política de no permitir cambios significativos en la asignación presupuestal causó la molestia de distintos sectores, principalmente de campesinos y gobernadores municipales y estatales, quienes se manifestaron a las afueras de Palacio Nacional. Los primeros, montaron un plantón en San Lázaro que orilló a los Diputados a retrasar la sesión donde se votaría el dictamen del presupuesto, además de tener que hacerse en una sede alterna.

Por su parte, algunos diputados, incluidos de Morena, refirieron que este contexto podría costarle las elecciones legislativas al partido que impulsó a AMLO a la presidencia de la república.

Esta división interna de Morena también retrasó por un tiempo que los diputados pudieran llegar a un consenso antes de someter a votación el presupuesto.



djh