A menos de un mes que se cumplan el ataque y desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, “Forensic Architecture” presentó una plataforma interactiva que facilita la comprensión del caso de desaparición forzada de la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre del 2014.
El caso Ayotzinapa, cartografía de la violencia, fue realizado por la agencia de investigación, en colaboración con el Centro Prodh, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac).
La plataforma interactiva presenta un mapa detallado con casi 5 mil datos del crimen y tiene como fin la comprensión y el esclarecimiento del caso Iguala.
Este mapa recrea en tercera dimensión los escenarios en los que se realizaron los ataques y son navegables en espacio y tiempo.
Es posible, por ejemplo, ir al cruce de las calles Juan N Álvarez y Periférico de Iguala, donde policías municipales emboscaron a parte de los estudiantes, que iban a bordo de tres autobuses.
O a las afueras del pueblo, junto al palacio de justicia, donde agentes municipales agredieron a otro grupo.
Las fuentes del trabajo son los dos informes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), el libro Una Historia Oral de la Infamia, del periodista estadunidense John Gibler, así como diversas notas periodísticas.
“Forensic Architecture” es un grupo interdisciplinar de arquitectos, abogados, periodistas, especializado en armar narrativas innovadoras de hechos complejos.
A su vez ha trabajado con plataformas similares y temas delicados como el de Iguala. Entre ellos está el campo de tortura en Camerún, el ecocidio en una región de Indonesia y el ataque a un hospital gestionado por Médicos Sin Fronteras en Siria.
La plataforma hace, además, su conclusión del caso:
“Esta reconstrucción demuestra que las diferentes fuerzas de seguridad estuvieron presentes en las escenas del crimen. Policías Municipales de tres localidades distintas, Policías Ministeriales, Estatales y Federales, el Ejército y miembros del crimen organizado estuvieron activos en diferentes niveles durante toda la noche como perpetradores u observadores de la violencia. Estos agentes usaron ampliamente la infraestructura diseñada para proveer seguridad como el C4 o las patrullas de la policía, para perpetrar este ataque.
Esta reconstrucción también demuestra que los episodios de violencia, incluyendo la desaparición forzada de los estudiantes, tuvieron lugar casi simultáneamente en presencia de diversos agentes del Estado y diferentes partes de la ciudad. Estos hechos apoyan la conclusión de que agentes del gobierno se coordinaron y coludieron para perpetrar los ataques. Todas las agencias se movilizaron, pero ninguna evitó los actos de violencia de aquella noche, lo que convierte al aparato gubernamental mexicano corresponsable del asesinato de civiles y la desaparición forzada de los 43 normalistas que persiste hasta hoy”.