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Personal de salud, agotado tras 9 meses de pandemia; y viene lo peor

A nueve meses del primer caso confirmado de covid-19 en México, el personal de salud sigue al pie del cañón, pero con un importante desgaste físico y mental

Escrito en NACIÓN el

“Regularmente sí nos sentimos un poco cansados. Hay gente que desde el principio ha estado en la misma área y ha tratado la misma cantidad de pacientes y cada día se enfrenta con la frustración de que esto no cambia, se va un paciente de alta y llega uno nuevo y empezamos a poner más camas porque ya no caben, entonces eso genera frustración”, relató el doctor Orlando Pérez Nieto, especialista en Urgencias y Cuidados Intensivos, quien ha estado en la primera línea de batalla contra la covid-19.

“En los servicios de áreas críticas como Urgencias, Medicina Interna, Terapia intensiva, el trabajo no para, no es como que un paciente se opera y se va de alta, un paciente llega grave, se maneja, se va de alta y llega otro más. Actualmente sabemos que hay hospitales con lista de espera para pacientes que no han tenido cama”, destacó.

A nueve meses de que se diera a conocer el primer caso confirmado de covid-19 en México, el personal de salud sigue al pie del cañón, pero se encuentra con un importante desgaste físico y mental, derivado de las largas jornadas de trabajo, el estrés de atender a pacientes en estado crítico y la frustración de ver que a pesar de sus esfuerzos, muchos de ellos mueren. 

Asimismo, enfrentan la falta de sensibilidad y de empatía de las autoridades y de la sociedad. Especialistas señalan que el gobierno ha sido omiso al no tener un plan para tratar de paliar el burnout del personal y a esto se suma que la población no cumple las medidas mínimas como quedarse en casa y usar el cubrebocas, que los ayudarían a no infectarse y por lo tanto no requerir atención hospitalaria. 

“Estamos frente a un crecimiento de la pandemia muy fuerte y mucho más preocupante que el primero, pero el punto es que el personal de salud está muy cansado, muchos se han muerto, muchos se han contagiado y la han librado, algunos se están recontagiando. Sus condiciones físicas los pone todavía más vulnerables”, alertó Marcela Vázquez Coronado, investigadora del Centro de Investigación en Políticas Población y Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM. 

De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud al 23 de noviembre, 151 mil 857 trabajadores de salud se han infectado de coronavirus, mientras que 2 mil 301 lamentablemente fallecieron. 

MUERTE, LÁGRIMAS Y FRUSTRACIÓN

El doctor Pérez Nieto trabaja en un hospital en el estado de Querétaro, una de las entidades que actualmente reporta un aumento importante de contagios. Lo más difícil que le ha tocado enfrentar en estos meses es ver morir en sus manos a familiares de amigos suyos, a pesar de todo el esfuerzo que hizo.

“Ha habido dos casos por lo menos entre conocidas mías, a pesar del manejo médico, a pesar del manejo farmacológico, de los mejores cuidados, el gasto energético, del personal médico, de enfermería y demás personal en su atención, desafortunadamente llegaron a fallecer, no eran cercanas a mí, pero eran cercanas a algunos amigos y eso obviamente genera frustración, es horrible cuando se genera este tipo de circunstancias y a los médicos que son más empáticos les pega más.

“Hay médicos que tienen un poquito más de distancia con esa situación y seguramente lo toman de la manera más fácil, pero tengo también compañeros que lloran todos los días con las muertes que se suscitan en sus hospitales. Le ha pegado mucho a mucha gente, a mí me pasaron con dos casos, donde me sentí con rabia, con frustración de que no pudieron salir adelante cuando confiaban en mí, que a pesar de todo lo que se les intentó hacer, aún así hay cosas que son irreversibles”, expresó. 

Muchas personas tienen la idea equivocada de que hay una deshumanización del personal de salud, claro que tienen que ser fuertes porque tienen vidas en sus manos, pero también se derrumban al ver a sus pacientes fallecer. 

“Aunque para la mayoría son incómodos y molestos los goggles, yo agradezco tanto a Dios llevarlos puestos por todas las veces que detrás de ellos he podido ocultar mis lágrimas. Todas esas veces en las que llegó corriendo a preguntar por mis pacientes, esos que dejé un fin de semana antes y que les pedí, les rogué y supliqué que por favor le echaran ganas, y que nunca están, que siempre hay alguien nuevo, alguien más ocupando esas camas”, expresa una enfermera que brinda atención a pacientes covid. 

SUFREN ANSIEDAD, DEPRESIÓN Y MIEDO

El doctor Pérez Nieto se encarga de siete pacientes, cuando lo recomendado es que atiendan a uno o dos. En esta labor recibe apoyo de médicos residentes, quienes son una pieza clave del personal de salud que ha hecho frente a la pandemia. 

Sin embargo, hay lugares como los servicios de Urgencias en los que un solo médico se encarga de al menos 15 pacientes graves o más, lo que los lleva a priorizar a qué pacientes se les va a dar mayor seguimiento. 

A estas fuertes cargas de trabajo, largas jornadas y dobles turnos se suman también afectaciones en el ámbito personal, ya que muchos de los médicos y enfermeras tuvieron que aislarse por temor de contagiar a sus seres queridos y también por falta de tiempo han dejado hacer actividades que les ayudaban a  relajarse, como el ejercicio. 

“Entonces muchos profesionales de la salud en este momento tienen ansiedad, tienen depresión y tienen inclusive miedo, miedo a contagiarse ahí mismo en el hospital, miedo a contagiar a la gente de su casa”, indicó.

El psiquiatra Samuel Hernández Lira explicó que además del desgaste físico está el emocional, que ha detonado trastornos de ansiedad y depresivos en quienes atienden a pacientes con coronavirus.

“Después de ver tantos pacientes, de estar en contacto con estos desenlaces tan difíciles, que prácticamente muchos casos terminan en la muerte y todavía no encontrar una salida, no ver una resolución o una opción que nos pueda decir ya en tanto tiempo mejorarán las cosas, pues sí está habiendo cierta frustración del personal médico en general”, indicó.  

“RENUNCIÉ PORQUE ME VI REBASADO”

La presión que viven médicos y enfermeras ha llevado a muchos a decir “ya no puedo”, algunos han renunciado, otros han pedido permiso, aunque la mayoría sigue ahí en los hospitales, ya sea por vocación o porque necesitan el trabajo.  

“No sabes cómo me angustia venir a trabajar, siento que nada más le vengo a hacer el mal a los pobres pacientes. El problema es que me considero una pésima profesionista. Tendré que aprender a hacer algo más en esta vida”, es el mensaje que una doctora envió a un amigo, con gran desesperación. 

El especialista Pérez Nieto dijo que en estos meses de pandemia “en algún momento me vi rebasado por la situación” y tomó la decisión de renunciar a su trabajo nocturno. Además de la intensa carga laboral, hubo conflictos entre compañeros, lo que hace más compleja la adecuada atención a los pacientes. 

SE ESTÁ LLEVANDO AL LÍMITE A MÉDICOS Y ENFERMERAS, ALERTAN

La pandemia de covid-19 puso a prueba al Sector Salud, las autoridades se encargaron de desplegar una estrategia de reconversión hospitalaria, se contrató a médicos y enfermeras, pero hasta la fecha no hay un plan para ayudar a que el personal se recupere del estrés y el cansancio. 

Para Vázquez Coronado esto “es una omisión que sí va a tener consecuencias importantes, que no creo que las estén viendo, porque no nada más es el tema de poner en riesgo de vida o muerte al personal. 

"El punto es que estamos llegando a un punto en el que medir camas no está midiendo la capacidad de respuesta real de las instituciones públicas para poder atender esta pandemia, porque no es nada más la cama, sino es la cama, el ventilador, los insumos, los medicamentos y el personal”, destacó.  

La especialista de la UNAM indicó que esto se podría resolver a través de rotaciones y señaló que no necesariamente se tendrían que crear plazas nuevas, sino contratar de manera temporal médicos y enfermeras. 

Puedes comprar un ventilador más, pero dónde sacas a un médico que se dé de baja, que esté cansado y que diga en el mejor de los casos, ya no puedo y que no sea porque se contagió y se haya muerto. Parece muy amarillista, pero es la realidad, dónde encuentras estas suplencias, hasta qué punto vamos a llegar para que al personal de salud lo pongan al límite”, alertó. 

Malaquías López Cervantes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero para la covid-19, señaló que el personal que labora en hospitales covid está llegando a un nivel extremo de agotamiento, ya que están sometidos a altos niveles de estrés. 

“Yo creo que no se ha pensado en cómo diseñar alguna posible recuperación. La cosa es que va a terminar por haber más déficit, cuando los hagan reventar y ya no puedan y qué van a hacer”, manifestó.

El especialista de la UNAM expresó que ha faltado sensibilidad de las autoridades, ya que es necesario considerar lo que significa laborar en una unidad  covid y saber que una vez que  se cruza la puerta ya no  se va a salir, hasta ocho o 12 horas después. 

Sin embargo, ambos expertos consideran que nunca es tarde para actuar y que es necesario que el gobierno  implemente medidas para proteger a los médicos y enfermeras, ya que todavía faltan varios meses antes de que disminuyan los casos. 

POR DÉFICIT DE ESPECIALISTAS, DIFÍCIL QUE GOBIERNO ALIGERE LA CARGA

Hasta ahora el gobierno no ha implementado alguna estrategia para paliar el desgaste que tiene el personal de salud que atiende a pacientes covid. Si bien en algunos hospitales se les otorgó un bono como incentivo, no existe un plan que les permita recuperarse un poco del burn out que viven. 

Sin embargo, hay otra dificultad, el déficit de personal especializado. Desde antes de la pandemia México tenía un déficit de más de 200 mil médicos que ha sido señalado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y aunque el gobierno ha hecho contrataciones, siguen faltando especialistas. 

“Aunque el gobierno dijera sabes qué vamos a buscar estrategias para que descansen los médicos, vamos a contratar más médicos, eso no se puede por las siguientes circunstancias: uno, tratar pacientes graves no es cualquier cosa, se necesitan dos cosas básicas, uno insumos, con qué, y dos que lo trate el especialista en pacientes graves, un urgenciólogo, por ejemplo o intensivistas o especialistas en medicina interna. Si tuviéramos, en el mejor de los casos, insumos, a veces no tenemos al especialista que los sabe utilizar, por ejemplo. 

“Aparte no hay forma de hacer que descansen porque no hay como contratar más personal, ya no queda personal especialista a quien contratar en la mayoría de los lados. El ejemplo más clásico es el ventilador mecánico. Se empezó a comprar a inicios del año ventiladores mecánicos como si salvaran a la gente, cuando no hay nadie que los opere, entonces no hay forma de que contraten más operadores si no hay disponibles”, destacó Pérez Nieto.

HAY PREOCUPACIÓN EN HOSPITALES POR LO QUE SUCEDA EN DICIEMBRE Y ENERO

El presidente López Obrador y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, hicieron un llamado a la población a salir lo menos posible y a mantener las medidas de prevención ante el incremento en las hospitalizaciones.

Los especialistas consultados por La Silla Rota expresaron que la población tampoco ha sido empática con el personal de salud, ya que muchos no utilizan cubrebocas o hacen fiestas, lo que no sólo causa contagios, sino que se saturen los hospitales. 

El doctor Hernández Lira indicó que hay preocupación entre directivos, médicos y enfermeras por lo que podría suceder en las siguientes semanas. “Ahorita todo el personal de salud está buscando estrategias, porque lejos de que diciembre y enero sean meses de carga laboral baja, es lo contrario. Antes incluso se programan vacaciones en estos meses y ahorita se están restringiendo, porque lejos de que vaya a bajar, se está viendo que vuelve el repunte de casos y bueno, para enero vamos a estar viendo todas las personas que en diciembre hicieron reuniones y todo lo demás. 

“Si ya hay un cansancio físico y emocional me parece que para el próximo inicio de año va a haber una mayor carga tanto física como emocional y repercusiones también a nivel emocional del personal de salud, y renuncias constantes, permisos de personas que ya están cansadas de ver lo mismo o no ver para cuándo”, advirtió.

(djh)