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Para Vale no importa el Día del Niño; desea que su familia esté segura

Vale cursa tercero de primaria, tiene nueve años y entiende perfectamente la crisis de sanidad ante el covid-19

Escrito en NACIÓN el

La carita de Valentina no es la misma. Embozada, como la mayor parte de los adultos en esta fase tres de la pandemia por coronavirus, pasea a su perro schnauzer acompañada por su mamá. En este parque de Iztapalapa, una de las principales alcaldías con mayor contagio de casos por covid-19, da una breve vuelta a unas horas de que se celebre el día del niño; en realidad no corre ningún riesgo porque el parque se encuentra vacío y no tardará en regresar a casa. “Me siento un poco incómoda y me da mucho calor” cuenta a La Silla Rota, refiriéndose al cubrebocas. “A veces le hago así”, y señala cómo se lo quita por momentos para refrescarse, “me lo quito así y me lo vuelvo a poner”.

Vale cursa tercero de primaria, tiene nueve años y entiende perfectamente lo que sucede a su alrededor, aun cuando nació un año después de la pandemia por el virus AH1N1 sucedida en 2009. “Estamos en la cuarentena y es una situación muy difícil por la enfermedad que está ocurriendo en este momento. Paso mucho tiempo encerrada, no me la paso muy bien, me siento aburrida”, platica mientras sus ojos comunican de manera expresiva.

No obstante, en este momento sabe cuál es el mejor lugar para ella. “Pienso que por lo menos yo estoy segura en mi casa porque muchas personas no tienen casa y yo podré pasar mañana un buen día del niño con mi familia. Mis primas están igual; de hecho ya nos acostumbramos. El otro día salí de la casa para verlas, pero no tuvimos ningún contacto y no nos saludamos. Fuera de eso nos hablamos por videollamada para jugar porque tenemos un juego en línea en el que adoptamos mascotas, o jugamos a los blocks. También con otros jugadores usamos unas pistolitas de color y si nos quitan un punto y así”.

Hay algo que emociona a Vale y es que la próxima semana que inician sus clases escolares en línea, podrá ver a sus amiguitos, aunque sea de lejos. “Estoy un poco triste porque tenía muchos amigos en la escuela y pues ya no los puedo ver; también extraño mucho a las misses pero ya no puedo dar abrazos ni nada. ¿Mañana? Pues la verdad no importa mucho el día del niño, tampoco importa comprar un juguete, sino que mi familia y yo estemos seguros”.