Más allá de la reforma de la Curia Romana o la creación de un Banco Vaticano, Jorge Mario Bergoglio ha puesto sobre la mesa temas como el aborto, la homosexualidad o el divorcio, con los que pretende transformar y modernizar la última gran monarquía: la Iglesia Católica, una institución que ha encontrado en México y en el mundo un confort en la clase política y en los denominados poderes fácticos.
En entrevista con LA SILLA ROTA, el especialista en temas religiosos Bernardo Barranco analiza la llegada del papa Francisco a México, la cual, a su parecer, traerá grandes cambios no sólo para los millones de creyentes, sino para la iglesia católica mexicana, una organización con aires anacrónicos considerada una de las más conservadoras de América Latina.
El papa Francisco “lo que pretende es que el Episcopado Mexicano deje de sobrevalorar la agenda moral; el aborto, el divorcio, los homosexuales o las nuevas parejas. Francisco ha dicho ya que la Iglesia católica está obsesionada y no puede estar condenada la agenda moral”.
“Ha dicho también que (la iglesia) debe tener un compromiso social; los derechos humanos, la justicia, lo que sea por los pobres y las variantes que esto representa; adultos mayores, enfermos o discapacitados”.
De esta manera, con su visita a Chiapas, Morelia y Ciudad Juárez, el Papa hace un llamado a los obispos para que entren en nuevas rutas, “más frescas, más modernas y que no pertenezcan a la persecución de las buenas costumbres, en una sociedad que ya ha evolucionado”.
A decir de Bernardo Barranco, la Iglesia mexicana “tiene aires anacrónicos” y la verdadera intención del Papa es que se actualice para que tenga la suficiente sensibilidad para enfrentar el mundo contemporáneo.
Si bien Francisco tendrá la oportunidad de hablar con la cúpula de la iglesia católica durante su visita a la Catedral Metropolitana, el Papa “no viene a regañar” a los cardenales y obispos. “Viene a invitarlos, a seducirlos para que las reformas que tiene no sólo se queden en el Vaticano, sino que aterricen a todas las parroquias”.
“Francisco necesita el apoyo, la complicidad de las iglesias locales para cumplir su misión. No es que sea el patrón que va a darles con el fuete, viene a tatar de convencerlos de que sus reformas tendrán como resultado una iglesia mucho más actualizada”.
¿Qué tipo de actualización pretende hacer el papa Francisco?
En el sentido estricto, “la Iglesia Católica es la última gran monarquía, es centralista, autoritaria”, afirma el especialista. Y aunque Francisco sí viene a decir y a determinar, es muy consiente, él busca una iglesia más colegial, más abierta, más en conjunto, “No viene a golpear a los obispos mexicanos a que renueven sus formas pastorales”.
Bernardo Barranco hace un pronóstico de la visita del papa Francisco y asegura que su llegada a México definitivamente sí marcará un hito en la conducción de la Iglesia mexicana, una iglesia que se ha acomodado mucho con el poder.
“Es una iglesia que ha encontrado mucho confort, confort en los poderes fácticos y creo que la invitación de Francisco es precisamente a que la Iglesia se ponga las pilas. Que salga con la feligresía, que tenga baños pastorales, que tenga evangelización y una actitud misionera”.
Porque, a su parecer, en el fondo de la gran reforma no es la Curia, el Banco Vaticano, o limpiar la Iglesia, “la gran reforma no sólo es limpiar la imagen, sino la gran reforma es la de la pastoralidad, es decir, la formación de auténticos pastores que dejen los lujos y las monarquías, que sean pastores que sirvan a la sociedad y no que se sirvan de la sociedad”.