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PAN va por renovación de su dirigencia; se expande la grieta de la división

Este es el momento que definirá el futuro próximo del único partido con peso opositor en el sexenio que está por iniciar

Escrito en NACIÓN el

La crisis interna del PAN inició con una elección presidencial y se agudizó con una elección por la dirigencia nacional.

Este domingo, mediante el voto directo de la militancia, se designará al nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional albiazul, proceso en el que dos personajes son protagonistas: Marko Cortés, ex coordinador de los diputados federales designado por el ex líder del panismo nacional, Ricardo Anaya; y Manuel Gómez Morín, nieto del fundador de este instituto político que ha otorgado y retirado su apoyo a grupos internos opuestos.

Después de las elecciones del 1 de julio, donde el ausente Ricardo Anaya dio a su partido la peor votación de los últimos 20 años, perdiendo con una diferencia de 30 puntos porcentuales contra el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, este es el momento que definirá el futuro próximo del único partido con peso opositor en el sexenio que está por iniciar.

Cualquiera que sea el resultado de las votaciones, el panorama no luce terso para el panismo. La unidad se antoja lejana pues por un lado hay amagos por parte de figuras como el expresidente Felipe Calderón, quien prepara la creación de un nuevo partido como plan de escape, y por el otro con reclamos de mandatarios estatales que exigen una renovación profunda.

LOS FACTORES DE DIVISIÓN; EL FANTASMA DE RICARDO ANAYA

El PAN arrastra su peor crisis desde octubre de 2016, cuándo Ricardo Anaya empezó a mostrar su interés por la candidatura presidencial, siendo al mismo tiempo dirigente del panismo nacional, hecho que le generó una serie de reclamos que lo siguieron hasta la carrera hacia Los Pinos.

En aquellas fechas personajes que más tarde serían considerados como los “rebeldes del PAN”, encabezados por Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuart, así como su antecesor y ex aliado Gustavo Madero, demandaron al entonces dirigente nacional “definirse”, y conducirse con ética e imparcialidad.

Para noviembre de ese año, un grupo de reconocidos panistas que apoyaban las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala -quien desde 2015 buscó impulso para entrar a la contienda presidencial, a través de una candidatura por la diputación federal que le fue negada por el propio Anaya-  le pidieron al ex dirigente dejar de promover su imagen mediante los mensajes institucionales del partido.

DISPUTA CALDERONISTAS - ANAYISTAS

La disputa entre calderonista y anayistas se intensificó con el paso de los meses y fue en mayo de 2017 cuando se dio uno de los mayores factores de división: la ruptura entre Margarita Zavala, la apuesta de los calderonistas, y el entonces dirigente nacional.

La esposa del ex presidente Felipe Calderón endureció su discurso contra el líder albiazul a quien acusó, desde entonces, de aprovechar su posición para buscar auto designarse candidato presidencial de este instituto político. Y aunque sostuvo que no solicitaría la renuncia de Ricardo Anaya pese a considerar que su actitud dividía al partido, para septiembre cambió de postura y pidió la salida del hoy candidato a la presidencia de la República de la coalición “Por México al Frente”.

No obstante, luego de un mes de jaloneos, finalmente fue Margarita Zavala quien el 6 de octubre entregó su renuncia al partido en el que militó durante 33 años. En un mensaje posterior anunció que competiría por la vía independiente en la contienda electoral, ruta que no concluyó.

CRISIS POST ELECTORAL

No fue sino hasta el 9 de diciembre de 2017, cuando Ricardo Anaya solicitó licencia para dejar la dirigencia del PAN, y así contender por la presidencia bajo el abanderamiento de la alianza “Por México al Frente” que también integraron PRD y MC.

En ese momento dejó al mando a su principal aliado, Damián Zepeda, a quién más tarde le aseguraría un escaño en el Senado. El hoy senador también aseguró la coordinación del grupo parlamentario.

La alianza suscrita por Ricardo Anaya causó nuevamente confrontación pues sus opositores lo acusaron de ir en contra de los valores y principios partidistas. No recibieron bien ir coaligados con partidos de izquierda que al final le dieron apenas cuatro puntos porcentuales.

Tras la elección del 1 de julio que dejó al PAN su peor derrota desde 1994, se alzaron llamados de liderazgos albiazules para renovar la dirigencia nacional.

Al interior de la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), los mandatarios panistas José Rosas Aispuro Torres, de Durango; Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas ; Carlos Manuel Joaquín González, de Quintana Roo ; Francisco Domínguez Servién, de Querétaro y Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes, pronunciaron en un mensaje conjunto la urgencia de que "el PAN se reencuentre con sus orígenes, ideales y principios”.

El llamado fue interpretado por algunos como una advertencia a los cercanos de Ricardo Anaya para dejar de aferrarse al control de Acción Nacional.

CONVULSIÓN EN PLENA RENOVACIÓN DE LA DIRIGENCIA

Siguió el proceso hacia su cambio de dirigencia y entonces un grupo de notables militantes mostraron su rechazo ante el método de elección por considerar que el excandidato presidencial colocó a gente cercana con el objetivo de conservar el control, en referencia a Marko Cortés que más tarde intentaría cortar vínculos con el otrora abanderado presidencial.

El 8 de Agosto, Marko Cortés Mendoza se deslindó de Ricardo Anaya.

“No me hice en tres años, me formé en Acción Juvenil. Pero como presidente del PAN no caería en la continuidad en el Comité Ejecutivo Nacional”, expresó.

Hoy día pocos creen en esa ruptura aún cuando Cortés insiste en “cambiar reglas” en el Comité Ejecutivo para prohibir que el presidente en turno aspire a un cargo de elección popular como lo hizo el político queretano.

Quien también busco un deslinda, es su contrincante Manuel Gómez Morín  quien el 18 de junio se había sumado al proyecto de Anaya. "Me estoy incorporando a este proyecto, a un proyecto que le está apostando por el futuro de México, no a un proyecto que solamente está viendo al pasado, un pasado que ya no queremos volver a vivir, porque muchos de los problemas que está viviendo hoy este país, son precisamente consecuencia de ese pasado”, declaró entonces.

Cuatro meses después se refirió al mismo Ricardo Anaya como “un muchacho estúpido” que sumió en crisis al PAN.

AJ