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Oficinas de gobierno, con personal reducido al mínimo

Dependencias de gobierno trabajan con el mínimo de empleados; quienes entran tienen la consigna de “favor de usar tapabocas”

Escrito en NACIÓN el

Con acceso restringido y solo con el personal indispensable, este viernes las oficinas del gobierno federal funcionaron tras el anuncio dado anoche para enviar a trabajar a casa, a la mayor parte de su personal no esencial en la administración pública. Desde las nueve de la mañana, las oficinas centrales de la Secretaría de Hacienda -ubicadas frente a la Alameda-, abrieron sus puertas para recibir a pequeños grupos de empleados a quienes gafete en mano, se les permitió el paso a áreas y oficinas estratégicas.

Dos de ellos explicaron brevemente a LSR -omitiendo sus nombres-, que era la instrucción recibida pues el estar en la fase 2 de la pandemia del coronavirus, no permitía al gobierno federal darse el lujo de paralizar una matriz de las finanzas públicas federales, toda vez que eran días para que personas morales y físicas presentarían su declaración anual vía electrónica. Y precisaron que, además, era necesario recibir ingresos económicos para contar con mayores recursos financieros en las próximas semanas, dadas las afectaciones económicas que se avecinaban a nivel local y nacional.

La misma estampa se miró en la Secretaría de Relaciones Exteriores donde el mínimo de personal administrativo se presentó con su respectiva identificación cerca de las diez horas, para que policías apostados en la entrada verificaran su temperatura corporal, previo a su ingreso.

Tres mujeres esperan en la entrada del Tribunal de Justicia y no es para laborar porque no trabajan allí; sino para esperar su respectivo acceso. Un letrero recibe a los escasos visitantes que llegan: “favor de usar cubrebocas”. El policía de la entrada informa a LSR que las labores se encontraban suspendidas hasta el 20 de abril; y que solo contaban con personal esencial, en este caso, para quienes deben entregar y recibir pensiones alimenticias, mismas que son inmunes al covid-19.

El Banco de México también abrió sus puertas a personal esencial; por eso el policía de la entrada solo da acceso a uno que otro empleado con vestimenta informal, que ingresó con su identificación de empleado. “Disculpa, no te puedo dar una entrevista ni mayores detalles de las áreas que seguirán en funciones aquí”, explica una de ellas.

La oficina de la representación del estado de Nuevo León, pese a no ser oficina de gobierno, también está cerrada. Prueba de ello son las tapias de madera colocadas en la entrada y que fueron colocadas como medida de protección previo a la marcha del 8M, día internacional de la mujer. Pero no las quitaron, ahí se quedaron.

Desierta esta también la sede del Congreso de la CDMX, aunque todavía hay un poco de movimiento humano en sus oficinas administrativas de la Plaza de la Constitución. Por eso una enfermera -gel antibacterial en mano-, recibe en la entrada a uno que otro empleado que se presenta; pero la realidad es que son escasos.

En la sede del gobierno capitalino la escena es similar; solo hay dos grupos apostados en la entrada principal: uno de policías para resguardar la sede en caso de registrarse problemas con la manifestación de diableros que se ubica a escasos metros del lugar; y otro de fotógrafos que espera una conferencia de gobierno con la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Fuera de ellos, no hay nadie más en el primer cuadro.

Palacio Nacional luce desierto igual que la plancha del Zócalo. En la sede presidencial hay pocos funcionarios dentro y no se necesita entrar para comprobarlo; basta con caminar por la calle de Moneda que está limpia de las tradicionales filas de camionetas y automóviles de funcionarios de gobierno, que se estacionan ahí sin permiso alguno.

En cumplimiento a la instrucción dada anoche, sí, hoy solo se quedó a laborar el personal esencial. Y eso incluyó a los policías que resguardaron la entrada de edificios de gobierno; pero también a los barrenderos del Centro Histórico, cuyo sector proveyó de caretas estilo soldador como una forma de enfrentar la pandemia.

(Sharira Abundez)