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Neptalí y Miriam no quieren ir a EU, sino quedarse en México

Porque huyen de la violencia, padecen pobreza o por motivos de salud, más de 3,200 migrantes centroamericanos solicitaron refugio

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Escrito en NACIÓN el

Hace más de tres meses a Neptalí Ramos lo amenazaron de muerte integrantes de la pandilla Mara Salvatrucha por negarse a vender drogas para ellos. Él trabajaba como albañil y vivía con su familia en Tela Atlántida, una ciudad costera de Honduras.

Neptalí, su esposa y dos hijos viajan en la Caravana Migrante. Huyen de la violencia y pobreza que prevalece en su país desde hace varios años. Ellos no buscan llegar a Estados Unidos, sino que su meta es quedarse en México como refugiados.

 “Todo está muy feo en Honduras. Hay mucha violencia y la economía no alcanza para nada. Es un país que se ha vuelto invivible. Tenemos que buscar un futuro mejor para los hijos”.

Neptalí Ramos. (Fotos: Sharenii Guzmán)

El pasado domingo llegó el primer grupo de la Caravana Migrante a la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, donde en el Estadio Jesús Martínez Palillo el gobierno capitalino implementó un albergue provisional. Hasta este miércoles se tenían contabilizadas a más de 5 mil 500 personas, de las cuales 86% son hondureños, informó la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

Hasta el último corte, el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) informaron que tres mil 230 centroamericanos han tramitado su solicitud de refugio en México.

La Secretaría de Gobernación informó que de los más de cinco mil 300 centroamericanos que están en el albergue de Ciudad de México podrían sumarse otros de las demás caravanas y alcanzar un total aproximado de siete mil. También precisó que la cifra de tres mil 230 que  solicitaron refugio no crecería mucho más de 100. Incluso, el albergue principal en Chiapas quedó vacío.

Desde que proliferaron los maras en Honduras, la mayoría de la familia de Neptalí ha sido víctima de la violencia. Incluso dos de sus hermanos ya migraron a Estados Unidos por esa razón.

Antes de que lo amenazaran, Neptalí ya había pensado migrar a cualquier otro país. No necesariamente a Estados Unidos. 

“Siempre ha sido la idea de buscar otro lugar que sea mejor para vivir y darle un mejor futuro a mis hijos. La mayoría de la gente quiere cruzar para los Estados Unidos, pero en lo personal yo quiero pedir asilo en México. Ya hice todos los trámites”.

Dice que le gusta mucho la Ciudad de México. Es la primera vez que la conoce y ya se enamoró de ella, por eso hará todo lo posible para quedarse legalmente. Su idea es conseguir un trabajo y residir de manera permanente. Ya no quiere regresar a Honduras. Nunca.

 “Ya salimos a pasear. Nos fuimos en el Metro. Es muy bonita la Ciudad de México, me encanta. Justo aquí me quiero quedar”.

Comenta que en caso que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) no apruebe la solicitud hay otra oportunidad, eso le dijeron los miembros de la asociación civil que le ayudan a tramitar su permiso de estancia y trabajo en México.

“Ya no quiero estar en Honduras por las cosas que me han pasado, las amenazas que tengo. Para qué arriesgar mi vida y la de mi familia”.

Neptalí era albañil en su país. Construía casas. Relata que un día “los mareros” lo buscaron y le pidieron que trabajara para ellos como vendedor de drogas.

 “Yo me negué rotundamente a eso y me dijeron que me tenía que ir inmediatamente de la ciudad, sino me iban a matar. Querían reclutarme. Eso no va conmigo, no me gusta. Me amenazaron con que si me veían por las calles me iban a asesinar”.

Después de que lo amenazaron se fue de Tela Atlántida, la ciudad donde vivía con su familia. Le pidió asilo a su hermana por unos días que también reside en Honduras, pero en otro lado. Ahí se enteró que saldría la Caravana Migrante y sin pensarlo, tanto él y su esposa, tomaron la decisión de irse y no volver.

Para Neptalí la vida en Honduras ya quedó atrás. No le da miedo empezar de cero y en otro país que no es el suyo. Al contrario, está emocionado por lo que pueda venir. Confía que la Comar lo acepte como refugiado y así poder trabajar de lo que sea. Es movido y se acopla a su realidad. Al llegar a la CDMX compró varias cajetillas de cigarros para venderlos sueltos entre los integrantes de la caravana. 

 “Vendo cigarros sueltos para poder juntar dinero, de aquí a que los compañeros se vayan de la ciudad y eso poder usarlo para rentar algo, aunque sea un cuarto y ya quedarnos acá”.

 “Ya no aguanto el camino por mi embarazo”

Miriam salió de Honduras el 12 de octubre. Se unió al éxodo migrante para buscar una vida mejor. Cuando dejó su país tenía tres meses de embarazo. Para ella el viaje ha sido mucho más difícil y pesado. Se cansa más rápido, tiene que alimentarse para dos y dormir ocho horas.

Aun así no quiere regresarse a su país y Estados Unidos le queda muy lejos. Su mejor opción es quedarse en México. Ya realizó su solicitud para pedir refugio o asilo. Ahora solo le queda esperar a que sea aceptada.

 “Allá todos estamos en crisis, no vivimos bien, no tenemos trabajo, lo único para lo que nos alcanza a veces es para la comida y más para uno que tiene hijos. Es más complicado y ahí los únicos que viven bien son el presidente y su familia. Para ellos somos como basura, no valemos nada”.

Comenta que a pesar de los peligros de este viaje, muchas madres con hijos se arriesgan para poder ofrecerles algo mejor. Ella viene acompañada de su esposo.

“Yo me estoy arriesgando porque no quiero que este bebé nazca en Honduras. Ya teníamos pensado venirnos y pedir ayuda, pero vimos la Caravana y nos unimos a ellos”.

La idea original era llegar a la frontera norte. Sin embargo, debido al embarazo de Miriam y lo pesado del viaje, ella y su esposo decidieron intentar residir en México. Ya hicieron la solicitud de refugio.

Los requisitos para ser refugiado en México

Tomás Becerril de la asociación civil Casa de Refugiados explica que de las situaciones que se contemplan para dar refugio en México es que los solicitantes hayan sido víctimas de violación, testigos de algún crimen o sean perseguidos por ideologías diferentes, orientación sexual o por pertenecer a grupos étnicos.

 “Estas personas estarían aplicando a lo que es la figura de refugiado en México. Para iniciar este proceso ellos deben de acercarse a lo que es Comar. En este caso por motivos de la caravana, nosotros Casa de Refugiados estamos iniciando este procedimiento con un preregistro donde vamos a recoger su nombre, edad, país de origen y si son casos familiares el nombre de todos ellos”.

Agrega que al tener el preregistro se envía a Comar para que ahí se concluya el trámite. “Se les da una hoja de canalización, que indica que se está regularizando su situación migratoria en México. Ello no es un visado, sino es para que las autoridades no los puedan deportar durante este proceso para ser refugiado. Ante la ley el periodo de respuesta es de 45 días, pero por motivos relativos al sismo del año pasado, ha habido procedimientos que se han quedado estancados, por lo que se están tardando hasta 90 días”.

JGM