Personal poco profesionalizado, carencias tecnológicas y poca vigilancia de instituciones y ciudadanía para la rendición de cuentas “propician el ambiente adecuado para la corrupción”, advirtió el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO).
En el libro La corrupción en México: transamos y nos avanzamos, Carlos Grandet y César Reséndiz, investigadores del IMCO, consideraron que en el ámbito municipal se genera “un hábitat natural” para múltiples casos de corrupción.
“Los municipios en México propician el ambiente adecuado para la corrupción. Sus frágiles instituciones cuentan con personal poco profesionalizado y diversas carencias operativas; existen, por ejemplo, oficinas sin los servicios básicos de cómputo, a lo que se le añade la carga regulatoria excesiva y la poca vigilancia por parte de instituciones de rendición de cuentas y de la ciudadanía en general”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG 2013), el 76 por ciento de los mexicanos considera que las prácticas corruptas son frecuentes o muy frecuentes en este nivel de gobierno.
“Los municipios son responsables de otorgar licencias y permisos para operar un negocio, para construir vivienda o para realizar una conexión a la red de agua, entre otras facultades, lo que los convierte en una pieza central del desarrollo económico y urbano de México, al mismo tiempo que genera oportunidades para que los funcionarios actúen con discrecionalidad”, se expone en el apartado Corrupción en gobiernos municipales.
El documento recuerda dos casos emblemáticos de corrupción municipal: en Acapulco después del huracán Paulina, se evidenció el peligro de otorgar licencias irregulares, ya que se permitió construir en zonas que eran calificadas de alto riesgo; sobornaron a autoridades municipales de San Juan Teotihuacán modificaron el uso de suelo que prohibía construir en una zona cercana a las pirámides, que involucró a la empresa Walmart.
El IMCO señala que “la opacidad sobre los procesos de ciertos trámites o inspecciones es un incentivo para que los servidores públicos generen obstáculos (como requisitos o procedimientos inexistentes) para facilitarlos a cambio de una compensación económica”.
Los municipios asignan pocos recursos a la transparencia, solamente 12 por ciento de los municipios, es decir 308, cuentan con una dependencia encargada de la transparencia municipal a la que se le asignan recursos económicos y humanos.
Los investigadores expusieron que la generación de información es un mecanismo para reducir la corrupción en dos frentes, “mayor transparencia y mayor eficiencia del gobierno”.