El pasado 6 de abril, el expresidente Vicente Fox denunció que un grupo armado intentó ingresar a su rancho en Guanajuato y demandó seguridad a Andrés Manuel López Obrador.
En respuesta el presidente ordenó la creación de una guardia de seguridad militar “sin excesos” para el panista, además, confesó que desde tiempo atrás el exmandatario Felipe Calderón también tenia seguridad.
Estos hechos contradecían las promesas de campaña de López Obrador, quien aseguraba la desaparición del Estado Mayor Presidencial (EMP) y, por ende, la protección de los expresidentes.
Al respecto, Andrés Manuel señaló que Calderón Hinojosa le había pedido a principios de año que le otorgara seguridad pues temía por su vida y la de su familia.
Hoy, casi dos meses después de que se diera a conocer dicha información, se difundió a carta que la Calderón envió a López Obrador para solicitarle seguridad.
En ella, el expresidente asegura: “mi familia ha quedado desprotegida y en consecuencia vulnerable” de atetados de “quienes mi gobierno combatió tal y como era mi deber”.
Calderón Hinojosa sostiene que no tiene los ingresos suficientes para pagarse su propia seguridad, pues no se enriqueció del cargo.
“Entiendo también que, para algunos, los expresidentes debemos contratar por nuestra cuenta tal protección. Es posible que algunos expresidentes estén en una situación de solvencia económica que no tengan ningún problema para hacerlo. No es mi caso. Contrario a lo que pudiera decirse, nunca robe ni me enriquecí en el desempeño del cargo, y mi ingresos actuales, que son variables e inciertos no me permiten pagar los servicios de seguridad”.
El expresidente califica como “injusto” que su familia, entre ellos su hijo menor de edad, esté desprotegida y en riesgo “por razones políticas completamente ajenas a su voluntad, y en circunstancias de riesgo que son claramente evitables a través de medidas de protección”.
Para el expanista sus demandas son “razonablemente obligadas de proveer”, es decir, el presidente tiene la obligación de otorgar seguridad a él y su familia.
Tanto al principio como al final de la carta, Felipe Calderón hace énfasis en los buenos deseos para el presidente y su gobierno, pues –pese a sus diferencias– el bienestar de México está por encima de ambos.
Eso sí, el expresidente sostiene que estará siempre ha disposición para, si así lo solicita Andrés Manuel, le haga saber su opinión “dadas las buenas y malas experiencias vividas en tan delicado cargo”.
Esta carta fue dada a conocer por Jesús Ramírez, coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República.