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Miedo, estrés, ansiedad y consumo de sustancias, los estragos de la pandemia

Entre 2020 a septiembre de 2021 se ha recibido 66 mil 786 solicitudes de apoyo sicológico

Escrito en NACIÓN el

Mayté no se ha contagiado de covid-19 y además ya cuenta con ambas vacunas. Pero ha resentido los estragos de la pandemia a través de la ansiedad, estrés y depresión que le ha dejado el miedo a contagiarse, el enterarse de amigos y familiares suyos fallecidos, y la frustración de no visitar a sus seres queridos con la frecuencia con que lo hacía antes.

“He sufrido ansiedad a raíz de la pandemia. También ha habido días con depresión. Además, he notado miedo. Cuando inició la pandemia no sabía por dónde podía llegar el virus a la casa, por donde te podía minar, luego vino el insomnio y la ansiedad, porque no podía ver a mis seres queridos”, describe esos primeros meses en que prevalecieron el encierro y la incertidumbre.

Con algunas enfermedades que la hacen vulnerable, Mayté apenas está comenzando a salir más a la calle, siempre armada con cubreboca, careta y recelosa de quienes no cuidan la sana distancia o de los que ya olvidaron que la primera vacuna era el tapabocas.

“Da miedo salir, no tanto porque uno tenga un descuido, sino por el hecho de que hay personas que no se cuidan, que no se vacunaron, no usan el cubrebocas o no cumplen las medidas higiénicas”, critica.

Aunque evita los espacios cerrados, hace unos días debió ir a uno, por cuestiones de trabajo, y ese día se le alteraron los nervios y sintió miedo.

“Me duró 3 días el dolor de cabeza por el estrés que me dio. Tengo miedo a salir y estoy tomando terapias virtuales para eso y espero que pronto lo supere”, expresa, con un quiebre en su voz.

Mayté es una de las tantas personas que han visto su salud mental deteriorada por el miedo a contagiarse de la covid-19, así como por las medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus.

Al miedo a salir de casa, a perder a un ser querido, a quedarse sin trabajo, a enfermarse, se ha sumado a la frustración de no ver a la familia, a los amigos y a no socializar.

DUELO, RUPTURA, PROBLEMAS FAMILIARES…

El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México informó en el Reporte 2020-2021 Salud Mental, que entre 2020 a septiembre de 2021 ha recibido 66 mil 786 solicitudes de apoyo sicológico, y que, entre enero y septiembre de este año, se registró un incremento de 121 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado.

De acuerdo con sus estadísticas, 69 por ciento de quienes piden apoyo, son mujeres, y por edad el rango que más lo hace es el que comprende entre los 12 a 20 años, con 36 por ciento. Precisamente en este grupo el problema que más se presenta se refiere a problemas familiares; entre los de 21 a 30 años lo que más les aflige son los problemas con su pareja o ruptura; entre los de 31 a 40 años, el tema con mayores solicitudes es la violencia familiar.

Entre los de 41 a 50 es el duelo por la pérdida de un ser querido o una situación como el trabajo; de 51 a 60 años, por problemas familiares; entre los de 61 o más, es una mezcla de preocupación por la familia y el duelo por procesar.

De las solicitudes, mil 292 personas fueron atendidas, de las cuales el 81 por ciento fueron mujeres. El 29 por ciento de las atenciones fueron por violencia familiar; el 12 por ciento por situaciones de duelo; el 11 por ciento por ansiedad o depresión; el 10 por ciento ante conductas de riesgo suicida y el 6 por ciento a víctimas de delitos.

SE DESPLOMAN CONSULTAS PRESENCIALES

Según una solicitud de información hecha por La Silla Rota a la Secretaría de Salud capitalina, en 2018 las consultas atendidas por salud mental por la dependencia fueron 107 mil 288; en 2019 fueron 98 mil 101; en 2020, ya con la pandemia sumaron 57 mil 476 y hasta junio de este 2021, no sumaban ni la mitad del año pasado, al ser 10 mil 050.

Los trastornos mentales y del comportamiento en 2018 fueron 17 mil 601; un año después aumentaron a 21 mil 424; en 2020 descendieron a 14 mil 640 y hasta junio de este año sumaban 6 mil 121.

Los trastornos con más casos son los de comportamiento debido al uso de sustancias psicoactivas, que entre enero y junio de este año sumaban 4 mil 579; trastornos neuróticos, relacionados con el estrés y trastornos somatomorfos, con 1 mil 070; ansiedad, en el mismo lapso alcanzaba 421.

LAS ADICCIONES, UNA BARBARIDAD

De acuerdo con el subdirector de Actividades Institucionales de la Secretaría de Salud capitalina, José Antonio Alcocer, una de las enfermedades mentales que más se ha presentado son las adicciones a sustancias. Entrevistado por La Silla Rota, explica que se tiene detectado que en la ciudad el consumo de alcohol y tabaco ha aumentado entre 20 y 30 por ciento.

Es una barbaridad, es muy preocupante, el tema va de la mano por la ansiedad de salir en la calle y el miedo a contagiarse o la angustia de tener un familiar enfermo y decir ‘sigo yo'

Pero también el consumo de las drogas ilegales ha aumentado y sustancias como la cocaína, piedra y los inhalables se han incrementado hasta 10 por ciento. Otro dato que preocupa es que tienen detectado que menores de hasta 8 años ya han comenzado a tener sus primeras experiencias con inhalables como thinner o cemento.

Aunque las sustancias son buscadas como un refugio de los problemas, se traducen en más problemas como violencia intrafamiliar, abandono de trabajo, problemas económicos y en términos físicos en daños al hígado, al riñón, al páncreas, e incluso al cerebro, que como consecuencia de una sobredosis puede sufrir un infarto o crearse un accidente cerebrovascular y causar que quien lo tenga, quede como vegetal.

Hay un dicho que dice que en el consumo uno entra riendo y sale llorando

ATENCIÓN VIRTUAL

Sandra Ferrer es investigadora en el Instituto de Psicología de la UNAM y también forma parte de la clínica Mi salud, que brinda atención sicológica virtual. Explica cuáles son las situaciones más comunes.

“De las problemáticas con mayor frecuencia y que se han seguido presentando son situaciones relacionadas con depresión, ansiedad, estrés, de violencia. De los profesionales de la salud en primera línea en atención de la covid, registran estrés, fatiga por depresión y burning out”, dice, entrevistada por La Silla Rota.

Explica que con el cierre de actividades presenciales debido a la pandemia y al no tener interacción tan de cerca, la UNAM buscó tener alternativas para brindar atención, al considerar que la salud mental es una prioridad. Lo hizo con un conmutador con más de 30 líneas telefónicas donde dan atención sicológica.

En el sitio misalud.unam.mx, con un cuestionario se identifican riesgos a la salud mental. “Al responder quien llama recibe retroalimentación sobre los riesgos de depresión, de síntomas de ansiedad, estrés, de consumo de sustancias y si da su consentimiento, se le canaliza con un profesional de la salud y se le puede atender mediante vía telefónica o con Zoom”.

En la plataforma participan instituciones del tamaño de la Facultad de Psicología de la UNAM, la Secretaría de Salud y el instituto de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente.

De acuerdo con las consultas, al inicio de la pandemia fue cuando se registró el mayor aumento de consumo de sustancias, ya que estaban accesibles el alcohol y el tabaco en las casas. En el caso del primero, lo que llama la atención es el incremento del consumo explosivo, el de beber grandes cantidades en poco tiempo, lo que genera problemas a la salud física y mental, asociado a violencia y accidentes.

“Ante situaciones de estrés buscan medios que les ayuden a manejarlo, es una vía que consideran les puede ayudar, no les ayudará a disminuir el estrés, pero sigue siendo visto como alternativa”, agrega la maestra en psicología.

MIEDO Y DUELO

Las consultas también han sido sobre el insomnio, síntoma que se puede presentar en situaciones de estrés o depresión. “Puede que duerma más o les cueste más hacerlo, es un síntoma recurrente”.

-¿El miedo?

-Había muchas llamadas de miedo al contagio y a no querer salir, ahora con más información y la vacuna, se ha ayudado a reducir, y el que se tenía al contagio ha bajado, pero puede continuar porque mucha gente ha perdido a su familia y su trabajo.

-¿Ahora qué les preocupa?

-Ahora las problemáticas han cambiado, al perder a familiares y amigos, constantemente las llamadas que tenemos son por procesos de duelos. Cuesta trabajo afrontarlos, gente que no pudo despedirse, o muertes repentinas y por los cuales se comunican con nosotros.

“Otros son por problemas de pareja; a raíz de que muchas actividades se suspendieron como las clases, la convivencia en casa se incrementó. Hubo separaciones, problemas de comunicación, en los niños problemas de conducta, ya que, al tener su rutina de ir a la escuela, permanecían mucho tiempo en casa y eso incrementaba su conducta que preocupaba”.

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Consultada sobre si habrá secuelas, luego de que la pandemia sea controlada, algo que está a punto de ocurrir en la ciudad, como ha dicho la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, Ferrer adelanta que es probable que sí y se registren en lo que se conoce como estrés postraumático.

“El estrés, con el paso del tiempo las personas logran afrontar, pero otra parte no podrá hacerlo y requiere de apoyo más especializado y hay que prevenir que se convierta en postraumático. Con la ansiedad pasa algo similar, puede ser identificada de forma oportuna y ser atendida”.

-¿En qué se pueden traducir esos síntomas?

-En problemas de sueño, de pesadillas respecto a la pandemia, miedo a contagiarse, a morir, síntomas de evitar sucesos que recuerden el evento difícil, negarse a salir o a interactuar, o quienes perdieron a familiar, y a evitar hospitales.

LA MITAD DE PERSONAL DE SALUD, CON INSOMNIO

El director de Profesionalización y Desarrollo Interinstitucional, Manlio Fabio Diego Llamas dice que la gran cantidad de problemas de salud mental en la pandemia tiene que ver con determinantes psicosociales como la complejidad de las relaciones interpersonales, las dinámicas familiares, o las cuestiones socioeconómicas.

Al referirse al personal de salud y a sus padecimientos mentales relacionados con la covid, añade que los que están en la atención de primera línea, en contacto con personas graves, tienen sensación de riesgo de contagio, y un estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente revela en cifras los estragos que tuvieron.

“Se encontró que justamente 52 por ciento presentó insomnio, 37 por ciento estrés postraumático y 37 por ciento de depresión, y aunque se manejó una guía para pacientes en el triage, muchas veces las guías o manuales ante un caso atípico como el covid rebasó la salud mental, por la gran carga que hubo en algún momento en la pandemia, primero porque no estábamos preparados y luego porque se generan esas cargas que han afectados a profesionales de la salud”.

ESTRÉS RECARGADO

Respecto a la población en general el problema principal es el proceso adaptativo, como el duelo que generan emociones o procesos de salud encontrados, pueden experimentar enojo, miedo. Este último se divide en distintos tipos que son sentimientos de vulnerabilidad, riesgo, necesidad de supervivencia, hay esta parte de conductas que oscilan entre las heroicas o violentas, y la violencia es un tema importante en esta pandemia dentro de las familias.

Estamos enfrentando una situación que va a requerir de parte del Estado, las academias, universidades, organizaciones y profesionales de la salud mental un esfuerzo homogéneo para dar una respuesta emocional ante este problema de covid. Este tema ya venía de años atrás, en la capital venimos de sufrir un sismo en 2017 y eso también genera estrés que incluso en aquel entonces hubo estudios que decían que se habían elevado las solicitudes de atención en la secretaria de Salud para la atención de ansiedad, depresión y esto rebasa la parte institucional

Prevé que haya olas de casos de salud mental y pide "entender que el regreso a vida cotidiana genera un miedo a lo desconocido, enojo y el impacto de enfermedades crónicas y de la problemática de salud mental que no se ha tratado porque es una camisa de fuerza entre la ciudadanía, de decir no voy al psicólogo porque se me estigmatiza”.

Alerta que la depresión y el suicidio ligados a la covid-19 pueden ser silenciosos, pero son temas que se deben enfrentar, por lo que la salud mental debe formar parte de la agenda legislativa.

POST COVID

César Medina fundó en Facebook el grupo covid-19 persistente México, de pacientes que sufren post covid. Afirma que hay poca preparación en el sector salud para atender a quienes, derivado de haberse enfermado por el coronavirus, sufren malestares físicos como mareos, arritmias cardíacas, debilidad muscular, pérdida de memoria momentánea, síntomas que les generan ansiedad y depresión.

“He hecho encuestas, muchos tenemos problemas con nuestros terapeutas, esta no es la transicional depresión de qué bueno, hay que ver las cosas lindas de la vida, son personas enfermas que no saben que tienen y no hay tratamiento", explica.

“No hay muchas opciones para abordar el tema psicoemocional del post covid aquí en México”, concluye.

MJP