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Microempresarios: de la ilusión con AMLO... al desencanto

Pequeños empresarios y profesionistas coinciden en el hartazgo con gobiernos anteriores; unos se dicen desencantados de AMLO, otros dan un voto de confianza

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Escrito en NACIÓN el

Hasta antes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Mariana Reyes -psicóloga con estudios de posgrado, 54 años de edad-, se percibía a sí misma como parte de la clase media. Ahora ya no.

“Voté por él, pero veo que está terminando con lo poco de país que quedaba. Es peor que los anteriores presidentes. Mis amigos y conocidos opinan igual que yo: fuimos unos tarados al votar por él”, dice.

Chef e historiador, Rodrigo Llanes es el otro lado de la moneda: él aún confía en el presidente. “AMLO está haciendo lo que tenía que hacer. Sigo con él, me parece que ha hecho un buen trabajo. No creo que sea un gran administrador, pero está administrando en forma ética muchas cosas; siempre tiene una visión política en todo y le está regresando a la presidencia un poder; no lo comprendieron los panistas y con Peña Nieto fue el pillaje absoluto”, considera.

¿Está enojada la clase media con AMLO? Héctor Aguilar Camín afirmó a LatinUS tener conocimiento de una declaración hecha en privado por el presidente. “Sabemos que tenemos perdida a la clase alta, sabemos que probablemente hemos perdido ya la clase media, pero con lo que queda nos alcanza para ganar la elección”, relató. Luego opinó “están completamente equivocados, si pierden la clase media no hay manera de que ganen la elección”. ¿Es esto real?

Entonces ¿Llegaría dividido este sector a las elecciones 2021? Miremos atrás. Datos oficiales del INE arrojan que Andrés Manuel, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, obtuvo el 53.19% de los votos (30.1 millones de votos) de los cuales el 45% lo aportó Morena, 6% el partido del Trabajo y 2.7% Encuentro Social.

En su análisis muestral de participación ciudadana el INE encontró que en la elección presidencial el mayor número de votantes fue de entre 40 y 80 años, y en menor medida de entre 19 y 34. Las mujeres votaron más que los hombres. Los estados con mayor participación (de 60-70%) fueron Yucatán, Tabasco, CDMX, Campeche y Chiapas. Los de menor (de 50-60%) estuvo en ambas Baja Californias, Chihuahua, Guanajuato y Sonora. ¿Estaba ahí la clase media? El INE concluyó que “se muestra la dificultad de encontrar factores que explican la participación ciudadana de manera integral para todas las entidades”. 

La encuestadora Parametría, con base en los datos del PREP (programa de resultados preliminares, julio 2018) concluyó que AMLO logró el 63% de los sufragios entre personas de 26 a 35 años, con mayor escolaridad (65% de estos contaba con estudios de universidad o más); y refirió que el 64% de estos eran personas con mayores ingresos. "Los perfiles sociodemográficos indican que el voto ganador de la contienda electoral proviene de clase media y no de la gente con menores ingresos como han argumentado algunos analistas".

Pero la pandemia cambió los números. En 2014 el Inegi estimó (con base en datos del censo 2010) que eran un promedio de 44 millones. Un informe de la OCDE de 2019 (previo a la pandemia) señaló que la clase media mexicana era mucho menor que el promedio (45% vs 61%) y que su tamaño se había mantenido relativamente estable; precisó que ésta era cada vez más altamente calificada y que sus gastos en vivienda absorbían una proporción más pequeña de su presupuesto que el promedio de la OCDE (22% vs 32%). 

Pero la analista y doctora en gobierno por Harvard, Viridiana Ríos, publicó en julio en el New York Times un dato más actualizado: 15 millones con un ingreso promedio de tres salarios mínimos al día (16 mil pesos mensuales). “Están en peligro de extinción… tienen mayor probabilidad de volverse pobres que de ser ricos”. 

El Inegi indicó en junio que 12 millones de personas quedaron en desempleo temporal o definitivo; en septiembre dijo que 7.8 millones habían recuperado su empleo. Paradójicamente Coneval informó el 20 de noviembre que el porcentaje de personas que tiene un ingreso menor al valor de la canasta alimentaria en el país pasó de 35.7 por ciento a 44.5 por ciento en el último año.

La Silla Rota habló con cuatro profesionistas y pequeños empresarios clase media quienes expresaron su actual sentir político. De los cuatro, tres votaron por el presidente en 2018 por considerar que podría lograr un cambio en el país; pero hoy, de estos cuatro, solo uno volvería a votar por él.

¿AMIGOS O ENEMIGOS DE AMLO?

Mariana Reyes relata su cansancio frente a los gobiernos del PRI y PAN porque no le gustó la forma en que gobernaron; sin embargo, la 4T no mejoró sus expectativas profesionales. “Perdí mis oportunidades laborales y con ello no tendré una pensión mínimamente digna. Creí que López Obrador era una opción viable para un cambio en cuanto a corrupción, seguridad y mejoras en el aspecto laboral; pero fue un fraude y salió peor que los otros. Desde la pandemia debo invertir en cuidarme porque el gobierno no lo hace y por ello, menos dinero me queda. Además, no encuentro ofertas laborales en ningún lugar”, lamenta.

Al hilo, suelta estos adjetivos contra él. “Es un corrupto, inútil, pésimo gobernante, inculto, rencoroso... Vi al verdadero AMLO cuando vi cómo cambió a sus cuates en puestos directivos por pagarles el favor, además del nepotismo ¡y luego el manejo de la pandemia, los medicamentos para el cáncer! En fin. Me duró poco el engaño. Lo que hoy sé es que en las próximas elecciones esto está perdido ¡Ni a quien irle! Seguramente anularía mi voto, nunca votaré por Morena”.

Desde su perspectiva como pequeño empresario restaurantero con 47 años de edad, el chef Rodrigo Llanes considera que el desencanto a la 4T viene más de personas que tienen o tenían dependencia directa de sus ingresos por parte del Estado. “Muchas personas con las que me relaciono del mundo de la cultura imaginaban que la llegada de Andrés Manuel haría un sexenio y un presupuesto extraordinario para todos ellos. El presupuesto a Chapultepec y la eliminación de fideicomisos les ha causado desencanto. Tengo amigos que lo odian desde antes de las elecciones y lo seguirán odiando el resto del sexenio, se quejan porque pertenecen a la burocracia de grandes sueldos y privilegios; y con el cambio de sexenio y el ajuste con la austeridad, decidieron ingresar a la iniciativa privada”.

“Creo que hay poco análisis a las iniciativas del presidente y más bien actúan por prejuicio y odio irracional hacia su persona. Las personas que no hacen análisis se van a una sola fuente de información, leen a los columnistas más anti AMLO y yo reviso columnistas de distintos medios para ver diferentes posiciones. Me parece que está seleccionando muy bien las tuercas que está apretando: logró que pagaran impuestos las grandes empresas, el combate a la corrupción en sectores estratégicos como las medicinas, creo que su cálculo es realista respecto al petróleo para que no se termine en lo inmediato. Tengo también amigos que lo ven con mucho entusiasmo y compromiso ideológico incluso con el gobierno de la CDMX. Y el beneficio más directo que veo son los programas sociales que están funcionando”.

En la zona oriente Jonathan Gómez lleva poco menos de ocho años sosteniendo una pequeña clínica veterinaria: Comevet. En 2018 no pudo votar pues perdió su credencial en un asalto; si lo hubiera hecho, dice, le habría dado su voto al presidente.

“Desde mi punto de vista era el único que podía hacer un cambio, no sé qué tan bueno o malo sea. Sí me pareció una persona enferma de poder, pero ninguno de los candidatos me convenció. Hoy sé que si hubiera votado por él, ya me habría arrepentido. Si hubiera reelección, no volvería a votar por él”.

El manejo gubernamental de la pandemia le hizo cambiar de parecer. “Sé que es mundial, pero a mí no me gusto cómo se manejó. Se preocuparon más por la economía que por la salud pública, tienen miedo que se contagie mucha gente y colapse sector salud; pero si desde el día uno él hubiese cerrado fronteras y parado la economía en seco, se hubiera solucionado mucho. Y ahora ésta es una cola que se arrastrará por, al menos, un año”, considera.

Gómez tampoco ve con buenos ojos la totalidad de los apoyos sociales. “Está bien apoyar a los más vulnerables, pero el que termina pagando impuestos somos nosotros. Tanto estudiar, chingarse y trabajar ¿para que él lo reparta así? No me parece buena idea. La pendejada del avión presidencial que vuelve a rifar y el pueblo vuelve a pagar los boletos de la rifa ¿dónde está el dinero en real? Sinceramente me quedan dudas”. Por eso adelanta que no daría su voto a un partido de izquierda.

“Hace poco conviví con un médico que está en una colonia pobre. Platicando con él justamente me decía que estaba encantado con Obrador porque su familia estaba recibiendo más de seis apoyos sociales diferentes; él es el único profesionista de la familia y estaba feliz; pero son diferentes formas de pensar. Si le preguntas a un médico de otra zona de la ciudad, estoy seguro que estará desencantado”.

Una fuente de sodas con 18 años de antigüedad ubicada en un punto clave cercano a avenida Reforma, pide reservar su nombre y el de su propietaria. Un negocio clase media que hoy apenas recuperó el 10% de sus ventas, preparando alimentos para empleados de gobierno de tres dependencias cercanas y vecinos del mismo nivel económico. Poco a poco ha logrado superar las consecuencias económicas de la pandemia, pese a que no recibió ayudas el gobierno federal ni local.

“Los días que reabren oficinas de gobierno suben las ventas entre el 40 y 50%, no más. De volver a un escenario de confinamiento no sé qué pase, aunque tenemos la fortuna de dar servicio a domicilio. El gobierno nos ha tratado bien en general al permitirnos no cerrar; quisiéramos que nos ayudara más. Las demás personas nos platican que las ayudas que reciben sus hijos, sus adultos mayores; pero a nosotros no nos dieron ayudas. Inclusive, si en la pandemia dabas de baja a alguien en el IMSS no te daban el préstamo del gobierno. Aquí ese fue el caso: no nos dieron el préstamo”, lamenta.

“No era mucho, 10 mil pesos, ni siquiera alcanzaba para una renta, tal vez solo para resurtir. Pero no. De haberlo recibido creo que lo apropiado hubiera sido que nos lo condonaran. Estéticas y papelerías recibieron el apoyo. Nosotros lo solicitamos con tiempo, estábamos bien con los impuestos, todo al corriente; y nos dijeron que no, que lo rechazaban. No voté por AMLO en 2018; hoy, tampoco lo haría”.

¿RENOVARÍAN SU VOTO?

Los analistas consultados por La Silla Rota describen los escenarios. “López Obrador no llegó al gobierno por la clase media, eso hay que reconsiderarlo”, afirmó Viridiana Ríos. “Según los datos de Evalúa CDMX sólo 15% de la población nacional es clase media; la gran mayoría de los votantes no es clase media. Creo que a veces confundimos a la clase media con la clase alta informada o la clase alta politizada”. En su opinión, el sector se ha visto beneficiado con algunas acciones de gobierno como las reformas secundarias de la reforma laboral y el aumento al salario mínimo.

“Creo que la clase media votará, probablemente, conforme a su evaluación de los efectos económicos de la pandemia; de ser así, a quién más le pegó fue al trabajador formal que ganaba entre uno y dos salarios mínimos, y al trabajador informal que tampoco puede clasificarse como clase media por sus carencias elevadas”. Y refirió “las encuestas muestran que López Obrador tiene más aprobación que desaprobación. Y si hoy fueran las elecciones, él ganaría”.

En su opinión, “hizo falta más Estado, más apoyo y una visión más estratégica para la recuperación económica” frente a la pandemia. “Hubiera querido un gobierno que apoyará los programas sociales más allá de los beneficiarios que ya existían, que los créditos a la empresa hubieran sido más extensos hubiera llegado a personas que no estaban en el censo de Bienestar e implementar una reforma fiscal progresiva”, enlista. Pero, advierte: “si la clase media estuviera contra López Obrador se vería en las encuestas; y eso no se ve”.

Para el politólogo y académico del CIDE José Antonio Crespo la clase media obradorista ahí sigue “aunque seguramente hay muchos desencantados, sigue teniendo seguidores y simpatizantes, no creo que se pueda decir que toda la clase media se está sintiendo afectada por este gobierno”.

En su análisis enlistó haber encontrado tres posturas: los que votaron por el presidente y siguen entusiasmados; los que votaron por él y ya se desencantaron; y los que votaron por PRI o PAN y no se ven reflejados en el actual gobierno. “No hay cifras, pero hay quienes me han dicho claramente ‘me siento huérfano de partido, no voy a votar por nadie, ni por el PRI, PAN ni Morena porque no me está gustando’. Serán ellos quienes probablemente no vayan a las urnas en 2021, o no voten, o anulen su voto”, advirtió.

Soledad Loaeza, analista y profesora e investigadora del Colegio de México, expuso en su ensayo publicado en la revista Nexos de julio que la 4T “se ha propuesto eliminar del horizonte de millones de mexicanos una meta de largo plazo, ‘acceder a la clase media’, que fue un poderoso motor de cambio social desde los años cincuenta… La condición de clase media ha sido y es uno de los objetivos más claros y precisos de millones de mexicanos. Si Benito Juárez no lo hubiera perseguido, y conseguido, no sería Benito Juárez”.

Concluyó que las clases medias no son las favoritas del presidente por una razón: cuestionarlo todo.  “Son un adversario exasperante, porque están en los medios, en las redes sociales, en la investigación científica e histórica, en las instituciones educativas y culturales; y desde ahí ofrecen interpretaciones alternativas a las presidenciales, y las cuestionan”.