México no ha logrado integrar una política pública nacional que impulse el tratamiento de los fumadores y también ha fallado en la atención a aquellos que consumen tabaco de manera ocasional, dijeron expertos consultados por Efe.
"Hemos fallado. Aún tenemos grandes retos como país: que la brecha entre el fumador y la persona que ofrece el servicio de salud desaparezca y contar con estrategias contra el tabaco a nivel nacional", afirmó Guadalupe Ponciano, directora de la clínica contra el tabaquismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el marco del Día Mundial contra el Tabaco.
Hace unos días, el Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo (CMCT) presentó el informe "¿Cómo se han avanzado las políticas públicas para el control de tabaco en México?".
El estudio señala que México califica con 5,5 en una escala de 0 a 10, por sus retrasos en las políticas para proteger a la población del humo de tabaco, hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio, y aumentar los impuestos al tabaco.
Según cifras oficiales, entre 14 y 17 millones de personas consumen tabaco en México, de las cuales al menos la mitad son fumadores ocasionales que no tienen una gran dependencia, pero "necesitan un impulso para dejar de fumar", indicó Ponciano.
México, aseguró, ha estado a la vanguardia en establecer clínicas especializadas, las primeras datan de principios de la década de los ochenta, pero al ser centros muy especializados, solo atienden a fumadores con alta dependencia.
"Necesitamos que esto salga del modelo especializado hacia el primer nivel de atención e integrar estrategias de cesación al sistema nacional de salud", apuntó.
La especialista dijo que no contar con un contacto desde el primer nivel de salud permite que esta adicción se mantenga en personas que podrían dejar de fumar con tan solo un consejo o advertencia de los daños que causa el cigarro.
Anualmente, el impacto económico de las enfermedades asociadas con el consumo del tabaco para el sector salud es de entre 60.000 y 70.000 millones de pesos al año (entre 3.213 y 3.745 millones de dólares).
Así, Ponciano destacó la necesidad de tener políticas públicas integrales que se apliquen en todo el país. "Nos hacen falta campañas nacionales, coordinadas por la Secretaría de Salud", señaló.
"Hay que involucrar al sistema como un todo, a nivel nacional, ese es el reto", incorporar a la Secretaría de Hacienda para que suba "el precio de los cigarros", aseveró.
Patricia Sosa, directora para Latinoamérica y el Caribe de la ONG Campaña para Niños Libres de Tabaco, dijo a Efe que México está atrasado en la prohibición total de publicidad, así como la aprobación de una reforma legislativa que prohíba fumar en espacios interiores en todo el país.
El fumador mexicano es social en su mayoría y, por ello, "es muy importante prohibir fumar en sitios interiores" como restaurantes y bares para lograr resultados en el combate a esta práctica, aseveró la experta, quien atribuyó el retraso en esta materia que han prevalecido los intereses de las tabacaleras.
Ponciano también resaltó la importancia de combatir esta adicción, ya que la industria tabacalera planea modificar en un futuro sus productos del tabaco.
"Marcas como Philips Morris han anunciado que en un futuro ya no van a fabricar los productos de tabaco como los conocemos ahora, sino que van a fabricar híbridos que se parecen mucho a los electrónicos", indicó.
Tienen la forma del cigarro tradicional, pero "son vaporizadores de nicotina, que es lo que causa la adicción", explicó.
Los niños y jóvenes son los más vulnerables frente las campañas de mercadotecnia de los fabricantes de cigarros, pues "entre más pequeño se empieza a fumar, hay un proceso de adicción más rápido".
El director general del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Jorge Salas Hernández, alertó que el consumo de tabaco ha aumentado en la población infantil que cursa quinto y sexto de primaria.
En la actualidad, el tabaco causa la muerte de casi seis millones de personas al año en el planeta y, según datos de la OMS, cada día 100.000 niños de entre 12 y 15 años prueban su primer cigarrillo.
jamp