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Mexicanos pierden el miedo al covid; pero covid a mexicanos, no

Con 32 mil 014 muertes y 268 mil 008 casos confirmados de covid en México, psicológicamente, las personas dieron lo que tenían y se les agotó en dos meses

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Escrito en NACIÓN el

“A mí la verdad no me da miedo el covid, aquí tengo mi cubrebocas y mi careta, pero sólo es por si me lo piden de la delegación”, destacó Joel, quien tiene una tienda donde recibe a decenas de personas diariamente. En las últimas semanas con la “nueva normalidad” muchas personas comenzaron a salir de sus casas, algunas por trabajo y otras por diversión, pero algunos lo hacen sin las medidas de protección necesarias, como si el virus ya no existiera.

“Víctima de la fatiga y el encierro, la gente está perdiendo el interés en la epidemia. El problema es que la epidemia no está perdiendo interés en la gente”, alertó Alejandro Macías, infectólogo que fue comisionado Nacional para la atención de la influenza en el país.

Con 32 mil 014 muertes y 268 mil 008 casos confirmados de covid-19 en México, quizá la pregunta que queda en el aire es si la población le perdió el miedo al coronavirus ya que no toda la gente que sale a las calles es por trabajo o por motivos económicos.

Especialistas consultados por La Silla Rota coinciden en que en la urgencia de muchas personas por salir de sus casas y perder el temor al virus Sars-CoV2 influyen diversos factores psicológicos y sociales, como ansiedad y hasta el hartazgo de estar todo el tiempo con su familia.

A la tienda de Joel llegan todo tipo de personas, algunas usan cubrebocas, pero la gran mayoría no tiene ninguna medida de protección para evitar contagios. Él señaló que no le teme al coronavirus, aunque sí cree que es real porque ya perdió a una prima por este virus.

Explicó que no le gusta usar el cubrebocas o la careta todo el día porque es incómodo para él, además dijo que ya ha estado así durante estos meses y no le ha pasado nada, por eso no se preocupa.

“Las personas sienten que no pueden estar haciendo lo que quieren”

Para Gabriel Zamora Paz, psicoanalista, hay tres factores que influyen en que la población pierda la percepción de riesgo que implica el coronavirus. Explicó que en la mente humana intervienen tres procesos, la atención, la concentración y la creación de un hábito.

Detalló que estos tres aspectos son importantes porque incluso desde el inicio de la pandemia no toda la gente se concentró en cuidarse, ya que además no se vio la situación como un acto que fuera a llegar incluso hasta 2021, hecho que evitó que se formara un hábito de aceptación de estas circunstancias.

"Creo que un poco la razón de que la gente bajó la guardia muy rápido va por ahí, las personas dieron psicológicamente lo que tenían y se agotó en dos meses”. Le tocó ver en consulta a pacientes que sentían que ya no aguantaban el confinamiento a pesar de que viven cómodamente, "es simplemente la idea de no estar haciendo lo que yo quiero, la idea de que se está imponiendo una situación".

La mentalidad del mexicano de “a mí no me va a pasar”

Sin embargo, la doctora Erika Villavicencio Ayub, coordinadora de Psicología Organizacional en la Universidad Nacional Autónoma de México, detalló que la pérdida del miedo a salir a pesar de que la pandemia continúa está asociada a múltiples factores psicológicos y del entorno social de la persona.

“Yo creo que va a depender mucho de la situación del individuo, no hay una respuesta única. Una tiene que ver con su necesidad social, somos entes sociales y por lo tanto necesitamos relacionarnos. Hay personas que si no tienen contacto empiezan a tener toda una afectación en el estado de ánimo y hasta grados de depresión”, explicó.

"Más allá de que disminuya el riesgo, haz de cuenta que vas poniendo en la mesa diferentes prioridades y hay necesidades que a veces toman mayor peso que el mismo contagio, tontamente, pero pues así pasa", enfatizó Villavicencio Ayub.

El enemigo en casa

La especialista dijo que hay personas que viven condiciones complejas en su hogar, como violencia y por eso les urge salir, ya que están con el enemigo escasa, aunque pueden ser conflictos de diversa índole.

“También tiene que ver con la dinámica constante y eso hay un refrán mexicano muy buen, que el muerto y el arrimado a los tres días apesta, entonces cómo aplicarlo en esta situación, pues no es lo mismo la dinámica que ya se tenía por mucho tiempo previo a la pandemia cuando se veían a ratitos, hay parejas que se veían al despertar y a veces el dormir, no siempre se alcanzaban a ver o a convivir”, expresó. 

En otros casos, señaló que algunas personas perdieron la percepción de peligro de coronavirus porque no han tenido ningún caso cercano o como han tenido que salir constantemente, vieron que no les ha sucedido nada y creen que no les pasará.  

Aunque también hay otro tipo de personas, las que nunca creyeron o sintieron temor a contagiarse. “Ellos han perdido la noción del virus, no habían salido porque no había a donde salir, pero es una mentalidad que tienen muchos mexicanos, de a mí no me va a pasar y tiene que ver con la parte de la educación”, destacó Villavicencio Ayub.

El síndrome de la cabaña, el otro lado de la moneda

La doctora Villavicencio Ayub explicó que también hay otro sector de la población que ha permanecido en confinamiento estricto y que siente mucho temor por volver a salir, a esto se le conoce como el síndrome de la cabaña.

Señaló que para que estas personas puedan retomar sus actividades, lo primero que deben hacer es ser consciente del miedo y no agobiarse de más, sino implementar acciones que no compliquen su angustia, como no sobreinformarse y analizar cuáles son los síntomas que se presentan, como taquicardia, sudoración, pérdida del sueño y pesadillas.

En tanto, el doctor Zamora Paz dijo que esta situación es como si la persona hubiera vivido una situación de trauma y el hecho de sacarla nuevamente a la vida sería como sacarla de un estrés postraumático.

“Lo primero es que la gente debe estar convencida de que no hay opción, por ejemplo, de que tienen que salir de su casa porque tienen que volver a su trabajo o a la escuela, pueden salir un día una hora, que la transición sea de la manera más suave posible”, explicó.

Ambos especialistas coinciden en que para tratar esta situación es importante que la persona empiece a salir de manera gradual, a lo mejor media hora o una hora al día para que poco a poco se sienta más cómoda, pero tomando en cuenta las medidas de protección recomendadas para que se sienta más segura. En caso de que esto persista, es importante que acuda con un especialista.