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Médicos y enfermeras lanzan SOS: vamos a la guerra y sin fusil

Médicos de toda la República denunciaron las medidas poco eficientes y la falta de insumos, además de protocolos para combatir el covid-19

Escrito en NACIÓN el

Un trabajador de Salud en Arriaga, Chiapas, muestra un cubrebocas que se transparenta. Sostiene una pancarta en la que dice: “Con estos cubrebocas moriré en la trinchera, me estás enviando a la guerra sin fusil. También tengo familia y me necesita”.

La guerra contra el covid-19 en México apenas empieza, médicos y enfermeras de todo el país afirman estar listos para librar esta batalla y proteger a la población, sólo piden una cosa antes: que las autoridades les brinden las armas necesarias para el combate.

México está en fase dos de transmisión comunitaria de coronavirus y se espera que el brote llegue a su etapa máxima el próximo 18 de abril, cuando podríamos pasar a fase 3. Los trabajadores del Sector Salud son quienes van a atender a todas las personas que se contagien con el virus Sars-CoV2, pero algunos de ellos todavía no cuentan con los insumos ni el equipo de protección que requieren.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en los hospitales estatales hay 207 neumólogos, 174 infectólogos, 440 epidemiólogos, mil 284 urgenciólogos, 37 mil 596 médicos generales y 112 mil 042 enfermeras.

En el Instituto Mexicano del Seguro Social hay 67 mil 301 médicos en total, mil 126 de ellos están en áreas de Terapia Intensiva y 6 mil 540 en Urgencias, así como 114 mil 601 enfermeras. A ellos se suman los 16 mil 750 médicos que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional y que formarán parte del Plan DN-III.

De ese tamaño es el ejército contra el covid-19, pero el temor por la falta de equipo e infraestructura los tiene en pánico en muchos casos.

En las últimas dos semanas se han registrado protestas en varios hospitales del país en las que el personal de salud denuncia la falta de insumos básicos como jabón y gel antibacterial, aunado a esto, no cuentan con equipo de protección, en este caso lo que menos hay son mascarillas N95.

A esto se suma la falta de protocolos en varios de los “hospitales covid-19”, es decir, aquellos a donde se atenderá casi de manera exclusiva a personas contagiadas con este virus. Sin embargo, los médicos y enfermeras están dispuestos a dar lo mejor de sí para hacer frente a esta pandemia.

“Antes que ser médicos especialistas de lo que sea, somos médicos, entonces parte de nuestra ética es ayudar. Esto es algo que nos sobrepasa como humanidad, pero sabemos que es nuestra guerra y nosotros tenemos que entrarle para tratar de dar lo mejor para la sociedad. Sabiendo que existen riesgos, cuidando a nuestros familiares también, pero esta es una cuestión en la que nuestra profesión tiene que sacar la casta y tratar de apoyar para que nos vaya lo mejor posible”, enfatizó José Juan Quilantan, médico residente de cuarto año de la especialidad de Ginecología en el Hospital Civil de Guadalajara.

En entrevista con LA SILLA ROTA, explicó que contrario a lo que se vive en otros hospitales, en el Civil de Guadalajara no les ha faltado el equipo de protección e incluso tienen la indicación de no entrar a atender a los pacientes si no tienen su material.

Detalló que desde hace dos semanas comenzaron a recibir capacitación, principalmente para que sepan cómo colocarse y retirarse el equipo de seguridad para evitar riesgo de contagio. Asimismo, tienen reuniones todos los días para conocer cómo va avanzando la situación.

José, quien también es presidente de la sociedad de médicos residentes de este hospital, dijo que “existe el temor (de contagio), pero yo creo que las capacitaciones que se han dado han ayudado a disipar este miedo y prepararnos.

“La urgencia que llevo a esta situación nos ha hecho que haya gente que reaccione de diferentes maneras, algunos que decían que por qué nuestro hospital iba a atender a gente con covid-19 o gente que decía que no iba a tener acceso al material, algo que la verdad, tengo que decir, nuestros hospitales, el civil nuevo y el viejo, han tenido mucha precaución para contar con el material y no exponer de más a las personas que van a atender a los pacientes”, indicó.

En la Ciudad de México, en el Centro Médico Nacional La Raza, las enfermeras también están al pie del cañón, pero piden que les brinden todo lo que requieren. Una de ellas, quien pidió que no se publicara su nombre, enfatizó: “Tenemos miedo, pero también tenemos una obligación como trabajadores de asistir y pues la vocación de ver por nuestros pacientes, por el Instituto y por el sistema de salud”.

Comentó que en este centro hospitalario del Instituto Mexicano del Seguro Social lo que más les hace falta son los cubrebocas N95, ya que comenzaron a llegar ya algunos otros insumos.

Ella hizo un llamado a la población a mantenerse en casa como se ha indicado, porque aunque se están haciendo esfuerzos para habilitar más espacios en los que se atenderá a pacientes con covid-19, en el Sector Salud no hay ventiladores ni camas suficientes si se registran muchos casos.

Resaltó que esta semana les dieron la capacitación y el protocolo para atender a las personas con Sars-CoV2, por lo que en esa parte las enfermeras y el personal de salud del IMSS ya se siente más tranquilo.

Tania, quien también trabaja en La Raza, pero en otra área, destacó: “creo que para todos, o por lo menos con los que yo he platicado, nuestro temor es más contagiar a nuestras familias, a nuestros amigos, siento que va más en eso, pero como personal de salud siento que somos más aguerridos, que ya estamos visualizados a que es nuestro trabajo, es nuestra tarea y tenemos que estar ahí”.

Dijo que también hay enojo de los trabajadores porque todavía no se les brindan todos los insumos, “dices híjole, cómo poder defendernos si ni siquiera tenemos las herramientas para hacerlo”.

Para Tania, hubiera sido mejor idea concentrar a todos los pacientes con covid-19 en un solo hospital como lo hizo China, ya que así como están actualmente, hay varias personas contagiadas en diversos centros hospitalarios lo que eleva el riesgo de contagios.

Señaló que los trabajadores del IMSS son muy criticados por la población, por los tiempos de espera, por los trámites pero ella aseguró: “estamos comprometidos de verdad, pero estamos sin armas, estamos con la mejor disposición, nadie se está negando, nadie está poniendo excusas, simplemente si nos brindaran toda esa protección haríamos mucho mejor las cosas”.

La demanda de equipo de protección se repite en varias zonas del país, como en el Hospital General de Culiacán, donde labora Jair Antonio Bojórquez, médico residente de Cirugía General del tercer año.

Explicó que no les habían dado cubrebocas normales ni mascarillas N95, por lo que entraron en asamblea para tratar de llegar a un acuerdo con los directivos para que les dieran el equipo que requieren.

Dijo que ese tema ya se solucionó e hicieron un stock por servicio para tener en caso de emergencia, pero no les han dado capacitación. Apenas se publicó el flujograma de cómo se va a atender a estos pacientes y se implementó una nueva área para atender a personas con enfermedades respiratorias.

Aunque en el Hospital General de Culiacán hasta ahora no han tenido casos confirmados, Jair señaló que “no se habían estado haciendo las pruebas necesarias, de hecho no se estaban haciendo pruebas a los casos sospechosos, más que de pacientes que vinieran con algún tipo de exposición”.

Al ser cuestionado sobre el sentir del personal de salud en este nosocomio, expresó: “Sí tenemos miedo, pero es la carrera que queremos, no estamos en la negativa de atender pacientes, pero sí que nos den el equipamiento necesario. Se siente bien poder ayudar a la población en general, pero sí que nos den armas para protección de nosotros”.

Una mujer que trabaja en él sector salud en Chiapas difundió una imagen donde se ve a un trabajador de salud en Arriaga, Chiapas, con un cubrebocas que se transparenta, él sostiene una pancarta en la que manifestó: “Con estos cubrebocas moriré en la trinchera, me estás enviando a la guerra sin fusil. También tengo familia y me necesita”.

No es la única escena. Muchos médicos y enfermeras están denunciando en sus redes sociales el peligro.

Otro médico, este de Yucatán, mostró fotografías el 22 de marzo pasado de una sala de Urgencias saturada en un hospital del IMSS en Yucatán que reflejan lo que es un día normal para los trabajadores, pero alertan del riesgo de que el servicio no sea suficiente ante la contingencia.

“Esa es la razón por la cual los médicos sabemos que sí este problema escala, va a ser una tragedia, ¡por eso insistimos tanto en que se queden en su casa!”, se indica en el mensaje en Facebook.

El Sector Salud ha informado que cuenta con 103 mil 663 piezas de respirador N95, 4 millones 361 mil 252 guantes de exploración, 4 millones 758 mil 105 cubrebocas, 32 mil 887 litros de alcohol en gel y 5 mil 779 litros de jabón líquido. Asimismo, ya está en proceso una compra extraordinaria para contar con más materiales.

En lo que llegan más recursos, la entrega de médicos y enfermeras ha llevado a que en diversas partes del país ellos busquen la manera de contar con el material que requieren, algunos han elaborado máscaras con botellas de pet y otros han hecho cubrebocas con tela y otros insumos. Ellos son los que van a librar esta batalla por todos los mexicanos.

La alerta está puesta: están yendo a la guerra y sin fusil, pero aún así están dispuestos a dar la batalla, según los testimonios obtenidos.

Don Manuel, el doctor yucateco que no le teme a las epidemias

Manuel Humberto Pérez Carrillo tiene 65 años de edad y 32 de experiencia en la medicina. Ha luchado contra epidemias, como el cólera en 1995, el dengue en 1997 y la crisis de la influenza en 2009. Y su trabajo no ha sido frenado ni por los siete huracanes en los que prestó asistencia médica en la península de Yucatán.

Hoy le toca coordinar toda el área que atenderá a pacientes con síntomas del covid-19 en el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán.

Para él, sentir miedo no es una opción y aunque sabe que estará en primera fila en esta batalla, no desistirá de su labor.

“Yo me siento seguro, no he tenido pánico, ni temor, he afrontado las cosas con la responsabilidad que se debe, aseo de manos, uso un gorro y cubrebocas, todo esto que en un momento dado me protege, a mis compañeros y a mi familia cuando salgo de aquí”, cuenta.

Recuerda que solo en una sola ocasión ha sentido que el mundo se caería. “Creo que el caso que viví fue en 1985, a las 7:10 de la mañana en el Distrito Federal”, dijo en referencia al terremoto que arrasó con la capital de México.

El doctor Manuel compara la pandemia del covid-19 con la influenza de hace poco más de una década. En aquella ocasión, rememora, se mudó 15 días a vivir en la delegación donde trabajaba y atendió, junto a sus demás colegas, a más de 100 personas.

“La verdad que fue algo similar, restringimos el estado de Quintana Roo, nadie salía de sus casas, todo era por teléfono. Trabajábamos desde casa, salíamos lo menos a la calle y había más casos. De una consulta de ver 50 en un día, subimos a 120”.

Reconoce que las acciones de las autoridades, federales y estatales, para evitar los contagios son positivas y referente a las reacciones de pánico de algunos mexicanos dice que es algo normal. “Cuando la gente empieza a ver y no tiene información, entra en pánico y, por ejemplo, compra papel porque el vecino le dice”.

Aunque se declara dispuesto a trabajar las horas que sean necesarias en caso de que la situación lo requiera, también confiesa que su labor siempre la lleva a cabo pensando en su familia.

Además, a pesar de las largas jornadas, dejar la bata blanca en el hospital al terminar el turno tampoco lo tiene fácil, ya que le ha tocado aclarar las dudas de los vecinos de la cuadra donde vive.

En otras ocasiones también brinda charlas reconfortantes a su equipo. “Cuando hay desinformación, sobre todo en camilleros, nos acercamos a platicar con ellos y cuando ven el riesgo y magnitud, trabajan con el mismo animo que los demás”.

La pandemia del covid-19 no solo ha puesto a prueba a todos los mexicanos, los doctores y el personal médico de los hospitales que se encuentran al frente de la línea de guerra también deben prepararse para enfrentar nuevos retos.

Quizás para algunos no sería la primera vez, pero la labor que realizan no les permite, como a la gran mayoría de los mexicanos, quedarse en casa y resguardarse.

El ex secretario de Salud, José Narro Robles, publicó este domingo un texto en el que destaca el trabajo y esfuerzo del personal de salud que enfrentará esta pandemia en México, a pesar de la adversidad. 

Indicó que “mujeres y hombres valientes han estado luchando por contener las consecuencias de una falta de planeación y prevención oportuna. Hoy los trabajadores de la salud se han convertido en verdaderos héroes. El desafío que encuentran no es menor y, desafortunadamente, el panorama se complicará más en las próximas semanas”.

(Ameyaltzin Salazar)