Leila regresó a Brasil, su país natal, el 28 de junio pasado. Lo primero que hizo fue hacerse una prueba covid, pero no porque se lo pidieran las autoridades de su país, sino que salió de su propia iniciativa. El objetivo era evitar un posible contagio a su familia, y porque regresaba de México, otro país latinoamericano donde los contagios y las muertes se han disparado, sólo detrás del país sudamericano y de Estados Unidos.
Entrevistada por La Silla Rota, ya habla como mexicana y dice que a su regreso en el vuelo humanitario organizado por las autoridades de su país, a los pasajeros no les hicieron exámenes para detectar si alguno era posible portador del temible coronavirus.
“Aquí les vale madres eso. No hicieron ningún tipo de medición de temperatura o algo cuando llegamos. Solamente cuando salimos de México”, explica.
“Estoy en cuarentena por precaución”, añade.
NO FUE FÁCIL
Leila es estudiante y cursaba una maestría en la Universidad Autónoma de México. Le gusta México, pero se quedó sin recursos y al detenerse los estudios y el covid causando estragos, decidió regresar a Brasil, pero no fue fácil.
Ya había habido dos vuelos humanitarios previamente, pero el cupo seguía siendo insuficiente para el número de brasileños varados en México. Algunos se quedaron sin trabajo, otros que estaban en la frontera en busca de cristalizar el sueño americano, llevaban meses a la espera de una respuesta de las autoridades estadounidenses, cuando apareció la pandemia.
El consulado brasileño se había visto renuente a organizar un vuelo más, pero la difusión de los casos de brasileños que pedían ayuda para volver a su país, algunas de cuyas historias publicó La Silla Rota, pudieron ser los detonantes para realizar el vuelo, que a inicios de junio parecía inviable, ya que la promesa es que hiciera quizá en julio, relata la estudiante.
LES PARECIÓ CHISTOSO
Reconoce lo curioso que fue estar en un país que ha escalado puestos como uno de los que más casos contagios, y llegar a otro que lo supera.
“A unos amigos les pareció chistoso porque aquí las cosas están peores pero había gente en el vuelo que estaba en la frontera”, dice.
Se refiere a los brasileños que estaban en el albergue Leona Vicario, en Ciudad Juárez, que junto con personas de otras nacionalidades fueron puestos en cuarentena hace unas semanas, luego de presentarse un brote del covid-19.
Me senté al lado de un señor que intentaba cruzar la frontera, lo arrestaron y después lo deportaron a México, estaba en un albergue en Ciudad Juárez. Una historia bien triste pero dijo que aquí en Brasil tiene chamba trabaja en algo de transporte
De vuelta en Sao Paulo, de donde es originaria, lo que sí notó es que hay más gente en situación de calle, concluye.
(María José Pardo)