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Más de 60 mil muertos covid; el escenario catastrófico de López-Gatell

El Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington, estimó que para el 1 de diciembre México podría alcanzar 118 mil 810 muertes

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Escrito en NACIÓN el

“Mi papá seguiría vivo si hubiera habido otra estrategia del gobierno”, afirmó Vanesa Huerta, quien el 1 de junio sufrió la pérdida más grande que ha vivido. Salvador es una de las más de 60 mil historias de dolor por causa del covid-19... y por los errores del plan del gobierno para enfrentar la pandemia.

“El mínimo era 6 mil, otro escenario era 8 mil, otro era 12 mil 500, que lo presentamos en una conferencia de prensa el 27 de febrero, allá en Lieja, en la Secretaría de Salud, y teníamos así hasta 28 mil, que se redondea a los 30 mil, incluso un escenario muy catastrófico que pudiera llegar a 60 mil (muertes por covid)”, declaró Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el pasado 4 de junio. Esta tarde, México alcanzó las 60 mil 254 defunciones, lamentablemente se cumplió ese catastrófico presagio.

Con 644 decesos confirmados en las últimas 24 horas, nuestro país llegó a un acumulado de 60 mil 254 muertes por coronavirus, aunque los fallecimientos estimados son 62 mil 69 muertes estimadas.

Asimismo, se incrementó la cifra de contagios que aumentó a 556 mil 216, los casos activos estimados son 42 mil 859 casos activos estimados, hay 83 mil 146 casos sospechosos casos sospechosos y 614 mil 070 casos negativos dieron negativo. 


Tuvieron que pasar 157 días desde el primer deceso por covid-19 para llegar a la cifra catastrófica que dijo Hugo López-Gatell, los 60 mil.

Del primer fallecido por covid-19 en fecha del 18 de marzo, pasaron 76 días para llegar a los 10 muertos. Sin embargo, el ritmo de decesos se aceleró; los 20 mil llegaron apenas 18 días después, el 19 de junio. La cifra de los 30 mil tardó sólo 15 días, el 4 de junio.

La covid-19 tardó 17 días (21 de julio) en rebasar los 40 mil fallecimientos y 16 días en superar los 50 mil decesos, que fue el 6 de agosto. Ahora, sólo pasaron otros 16 días para rebasar las 60 mil muertes por el coronavirus.

El 4 de junio, tras haber estado en sesión en la Cámara de Diputados, el subsecretario López-Gatell aumentó a 30 mil la estimación de muertes por coronavirus, explicó que desde el inicio de la pandemia hicieron estos cálculos considerando cómo estaba avanzando en China.

Con el paso de los meses, todas estas estimaciones se vieron rebasadas, las 6 mil 90 el 20 de mayo, 8 mil 134 el 26 de mayo; 12 mil 545 el 4 de junio, 30 mil 366 el 4 de julio, 35 mil 006 el 12 de julio y las más de 60 mil que se han acumulado hasta ahora, el escenario catastrófico que preveían las autoridades y que sigue en aumento, aunque de manera menos acelerada.

Las familias de más de 60 mil mexicanos sufren por la pérdida de un ser querido. La Silla Rota entrevistó a personas que lamentablemente vivieron en carne propia la muerte de un familiar por covid-19, quienes consideran que falló la estrategia de las autoridades y que también falta una cultura de cuidado y empatía entre la población.

“CON OTRAS MEDIDAS, MI PAPÁ SEGUIRÍA AQUÍ”

“Yo la verdad considero que sí son más muertes las que se han vivido y la verdad es que de desde un principio el subsecretario de Salud no hizo una medida exacta, la verdad es que nunca tomaron medidas de seguridad y siguen sin tomarlas, seguimos con esta contingencia que  las personas no respetan y tampoco hay reglas”, destacó Vanesa Huerta Meza.

El pasado 1 de junio Vanesa vivió la pérdida más grande que ha tenido en su vida, la muerte de su papá Salvador Huerta Muñoz, quien tenía 54 años de edad, presuntamente por covid-19, al menos eso dice en su acta de defunción, aunque la familia nunca conoció el resultado de la prueba que le hicieron en el Hospital General La Villa.

A dos meses de distancia, ella relató que fue muy complicada la situación que enfrentaron en el hospital, porque no había un neumólogo que lo atendiera y cuando lograron que uno particular fuera, ya era demasiado tarde.

“Yo creo que mi papá seguiría aquí si hubiera habido otra estrategia, si hubieran cerrado fronteras, si hubieran restringido el servicio en el aeropuerto, si el gobierno hubiera pagado por más pruebas. Yo creo que hubiera protegido más a la gente”, enfatizó. 

A la familia le ha costado trabajo el duelo, todavía tratan de asimilar que él ya no está y a veces hasta piensan que está de viaje, como lo hacía cuando estaba trabajando. “La situación no ayudó mucho en el sentido de que no puedes verlo, no lo puedes creer, no te puedes siquiera despedir de él. Ni siquiera reconocer el cuerpo. La verdad sí ha sido bastante difícil”.

Respecto a la situación que se vive actualmente en el país por el coronavirus, Vanesa enfatizó: “Yo en general lo sigo viendo mal, cuando mi papá falleció iban más o menos en 8 mil, 8 mil 500 muertes, la verdad es que yo no creo que sean cifras exactas, los fallecimientos no creo que sean las cifras reales”.

Señaló que sigue viendo mal la estrategia y que teme que las cosas se compliquen en los próximos meses, cuando llegue la influenza y la temporada invernal, porque además todavía hay mucha gente que no cree en el virus.

“PERDÍ A DOS FAMILIARES”

Rafa perdió a dos familiares por la covid-19: primero a su hermano Jesús, el 3 de junio, y una semana después, el 10, a su papá, Rafael.

Además, él se contagió de covid, junto con su mamá, Guadalupe; sus hermanos Gaby y Diego, así como Ana, y Nataly, esposas de Jesús y Diego, respectivamente, aunque estas dos últimas resultaron asintomáticas.

Pero Rafa fue el encargado de ir al hospital para recibir el certificado de defunción y hacer los trámites funerarios, que se modificaron y ya no hubo la oportunidad de organizar un sepelio con toda la familia para despedir tanto a Jesús como a don Rafael.

Rafa aún recuerda ese proceso con dolor, pues el cuerpo de su hermano pudo verlo a lo lejos, en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). No fue así en el caso de su papá, fallecido en el Ángeles Mocel, a quien ya no pudo ver. Es algo que todavía lo recuerda con coraje.

Sobre cómo cambió su vida por el fallecimiento de su papá y su hermano, expresó que fue de manera drástica, ya que todos convivían en una misma casa.

“Todos vivíamos en casa, el trato era diario, si bien no era el mejor, era verlos diario, y el lazo y sentimiento familiar cambia drásticamente. La familia queda unida, ya no los ves, te quedas con la sensación de si sufrieron o no, si los mataron o no. Aunque sabemos que el virus está fuerte, del lado de mi papá, me pregunto por qué si iba tan bien porque de un día a otro fallece”.

Rafa expresó su sentir sobre los casos de contagios y decesos que aún continúan en México y que esta semana alcanzaron la cifra de 60 mil muertos, un escenario que fue considerado “catastrófico” hace unos meses por el subsecretario López-Gatell.

“Entra mucho la cultura de los mexicanos, somos los culpables nosotros en mayor o menor medida. En el caso de mi hermano, él pudo contagiarse donde pululaba mucha gente (por su trabajo de vendedor debía ir a la Central de Abastos) sin medidas de higiene. En el caso de mi papá pues mi hermano nos contagió”.

Considera que muchos mexicanos no entienden la dimensión de la enfermedad e incluso sospechan que es algo causado por el gobierno.

“Desafortunadamente cuando estamos en el problema ahí sí solicitamos ayuda gubernamental pero mientras no ocurre eso achacamos todo al gobierno, no sabemos acatar órdenes, pensamos que es un juego, que nos están viendo la cara”, dijo.

“ES PEOR MORIRSE DE ESTO”

A partir de que su papá, Heriberto Pastor enfermó y necesitó conseguir oxígeno, Edgar Pastor se hizo de contactos para conseguir tanques que ayuden a quienes se enferman de la covid-19. A pesar de que su padre falleció el 23 de julio, ayuda a quienes se lo piden.

“Me dicen que no hay oxígeno, entonces a raíz de esto a mí en especial me han marcado, me preguntan ‘dónde lo conseguiste’. Conozco mucha gente que nos lo ofreció, y esos contactos se los paso a quienes me lo piden, o amigos que me buscan y me dicen ‘dile a tu amigo que me de chance’ y uno ya empieza a ayudar”, dijo, aún agobiado  por el dolor de la muerte de su padre.

En su opinión, la cascada de fallecimientos que ya suma 60 mil decesos a causa de la covid-19, se debe en gran parte al escepticismo y descuido de las personas.

“Un amigo me dijo ‘de algo nos vamos a morir’. Es peor morirse de esto, le dije. La gente ahora ya está armando hasta fiestas. Dicen que chiquitas, de 20 o 30 personas y luego resulta que la mitad ya se contagió, y esos contagian a otros”, describió una escena que se ve en muchas colonias capitalinas, para fastidio de quienes sí cumplen las medidas sanitarias.

“He visto a personas que decían que el gobierno exageraba, pero cuando tuvieron un fallecido ya mejor se cuidan, sólo hasta que les toca”, agregó.

Con coraje, lamentó que la gente salga a hacer compras de manera desesperada de cosas que quizá no requiera. “Para qué quieres un pantalón o un perfume, si no vas a poder salir, mejor guarda ese dinero para tiempos peores, es de conciencia”.

Incluso él, que tiene una taquería, Los Pastorcitos, famosa porque ha regalado tacos a quienes lo han necesitado en esta pandemia, afirmó que si le piden cerrar con tal de acabar los contagios, lo hará sin remilgos.

Cuestionado sobre la cifra de 60 mil muertes, reiteró que se pudieron haber evitado con conciencia, y lamentó que quien dirige los destinos del país no ponga el ejemplo.

“Si el presidente Andrés Manuel López Obrador no se pone cubrebocas, la gente incrédula dice ‘por algo no se lo pone, nos están engañando’. Él no pone el ejemplo. Si el gobierno se hubiera aferrado a un mayor encierro habrían menos fallecido. Se hubiera evitado esto”, concluyó.

“HAY QUE VIVIR; NO QUIERE DECIR QUE LO VOY A OLVIDAR”

Luciana vio fallecer a su hijo Juan a causa del coronavirus en abril pasado. Entrevistada, dijo que una vecina le comentó que es muy dura, porque no la ve llorar.

“Me dice que ella no podría vivir. Yo le dije que hay que vivir, salir adelante, que si vamos a seguir aquí, tenemos que echarle ganas, no podemos quedarnos sentados. No quiere decir que lo voy a olvidar”.

Luciana tiene otro hijo en su casa, donde también vivía Juan. Insiste en que no hay que venirse abajo. Además, está su hija Laura, que a diario le llama por teléfono y le repite que no salga, y ella obedece. Pero como cientos de personas que no salen o solo lo hacen para lo indispensable, resiente estar entre cuatro paredes.

Dos personas la ayudan al mandado, ya que ella apenas se recupera de una caída que tuvo en enero y que le tronó la pierna. Entonces este año, si ha salido tres veces luego del inicio de la pandemia, son muchas, contó.

Unas de sus salidas fue hace pocos días, y lo hizo con cubrebocas y careta, esta última se le empañó, y hasta tenía miedo de volverse a caer, pero se la quitó hasta estar en su casa. También requirió de un bastón para apoyarse.

Luciana dice que no entiende a aquellos que salen sin cubrebocas. Es uno de los pocos momentos en que se impacienta. Ha escuchado que algunos no se lo ponen por pena, pero la pena no los va a salvar de contagiarse, expresa con una lógica irrebatible.

No hay semana que no se entere de algún caso, por lo que cree que la pandemia va para largo. Para ella se hizo tangible desde el 20 de abril.

¿EL DESCENSO EN CASOS Y MUERTES ES PORQUE SE HACEN MENOS PRUEBAS?

Las autoridades de la Secretaría de Salud han destacado que desde hace dos semanas se ve una disminución en las cifras de muertes y de casos confirmados; sin embargo especialistas cuestionan si esto se debe a que se han hecho menos pruebas de detección.

“Igual y puede no ser una tendencia, igual y puede volver a subir, ya ha pasado en semanas anteriores que de repente tenemos un número bajo y después repunta, entonces yo creo que la golondrina no hace verano, hay que esperar, enfatizó Malaquías López Cervantes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero para la covid-19.

Mientras que el doctor en Ciencias Matemáticas, Arturo Erdely,  quien ha dado seguimiento a las cifras oficiales, explicó que los nuevos casos confirmados presentan una ligera tendencia descendente,  pero “nos vemos en una situación de como se dice coloquialmente, qué fue primero, la gallina o el huevo".

“Yo he buscado dar algunas posibles explicaciones, sospecharía más que sí tiene que ver con el bajo número de pruebas que se están aplicando en México, ése ha sido un tema que se ha cuestionado mucho”, dijo.

Esta semana el subsecretario López-Gatell indicó en la conferencia de covid-19 que la situación es al revés, ya que disminuyó el número de pruebas porque bajó la cifra de contagios.

De cualquier manera, México hace menos pruebas que las que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que tendrían que ser alrededor de 129 mil a la semana, es decir 18 mil 407 diarias.

"Para que te des idea, en México ahorita se están aplicando en promedio poco menos de 12 mil 500 pruebas, habíamos llegado a mitad de julio a las 13 mil 700 pruebas promedio por día, pero eso ha ido bajando.

“De por sí no llegamos ni de cerca al número mínimo de pruebas que establece la Organización Mundial de la Salud en proporción a nuestra población y luego vemos que de la mano con el descenso de nuevos casos se está dando la menor cantidad de pruebas, ese me parece un dato que hay que resaltar de porque no hay que echar las campanas al vuelo”, señaló Erdely.

¿HACIA DÓNDE VA LA PANDEMIA DE COVID EN MÉXICO?

El cierre de 2020 no parece tan prometedor, a pesar de que la posibilidad de tener una vacuna contra covid-19 se ve cada vez más cerca, ya que además del riesgo de rebrotes, viene la influenza que podría causar otros problemas de salud.

“Las noticia de Europa creo que son muy inquietantes, está subiendo muchísimo el número de contagios en España, en Italia, en Alemania, en Francia y esa es la prueba de que estamos en mucho riesgo de que vuelva a subir el número de casos muy pronto, ya va a empezar la temporada de influenza y corremos muchos riesgo, porque la gente cada vez se confía más”, alertó el doctor López Cervantes.

Respecto a la pandemia, el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, estimó que para el 1 de diciembre México podría alcanzar 118 mil 810 muertes por covid-19, prácticamente el doble de las que hay actualmente. Se podrían reducir a 104 mil 803 con el uso generalizado del cubrebocas, pero las defunciones podrían triplicarse y llegar a 151 mil 280 si se relajan las medidas de prevención.

Mientras que Erdely dijo que “analizando la tendencia de las defunciones confirmadas por covid, a pesar de que ya es descendente, con el ritmo que llevamos, alcanzaría para acumular 65 mil defunciones para el 1 de septiembre, 79 mil para el 1 de octubre, 88 mil para el 1 de noviembre, 95 mil para el 1 de diciembre. Obviamente puede haber cambios en las estrategias que pueden mejorar o empeorar significativamente estos números".