Tras pasar varios días hospitalizada, con un catéter implantado cerca del corazón y asimilar que su casa hogar fue cerrada, Rosa del Carmen Verduzco Verduzco ofreció la primera entrevista después de los hechos suscitados en las instalaciones de La Gran Familia.
"Volteé y vi como 135 gentes adentro de mi casa, muchos de ellos armados, en ese instante me dijeron: ¿se siente usted bien? y yo respondí que sí", dijo “Mamá Rosa” en entrevista para Univisión.
La mujer aseguró que desde ese momento ya no pudo ver a los menores que ella misma registró con sus apellidos.
Vestida con un suéter rojo y con las claras marcas de su avanzada edad, Mamá Rosa asegura que ha entregado lo mejor para cuidar a los niños del albergue que ella misma fundó.
"De una cosa sí estoy segura, que (a los niños) les he dado lo único que yo tengo: mi vida", le dijo al periodista León Krauze que la entrevistó mientras se encontraba en Guadalajara.
“Yo soy dura en la vida, pues me hice dura, yo se que sin disciplina no hay nada”.
Cuando se le cuestionó sobre la mala alimentación de los menores, dijo que “hay dos mundos diferentes, el mundo que come las tortillas frías, frijoles (…) y la gente que tiene un nivel de vida muy alta, piensan que tomar un refresco vencido es muy malo, pero yo llevo comiendo así 80 años”.
Sobre la cesión de las tutelas de los niños que llegaban a la casa hogar, ‘Mamá Rosa’ resaltó que La Gran Familia “no es un internado ni una guardería de que te llevo por la mañana y te recojo en la tarde. Es una familia, no vamos a estar rompiendo diario la vinculación con la familia”.
-Se ha dicho que la casa estaba muy sucia, que había chinches, había ratas.
-¿Nunca viste una rata en tu casa? , contestó Mamá Rosa.
-Sí.
-Entonces no era diferente a la vida de la ciudad, puntualizó la mujer.
glf