Main logo

Lozoya robó, huyó y lo pescaron

La suerte del exdirector de Pemex fue echada en diciembre de 2016 por una investigación del Departamento de Justicia de EU; luego de su huida, este miércoles fue detenido en Málaga, España

Escrito en NACIÓN el

El 21 de diciembre de 2016 la suerte de Emilio Ricardo Lozoya Austin, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) fue echada al aire. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) dio a conocer los sobornos que entregó la empresa brasileña Odebrecht en 12 países para obtener contratos de obra pública.

Una de esos países fue México. La investigación revelaba sobornos a diferentes empleados, entre ellos, a un “alto funcionario" de una paraestatal mexicana.

"Entre 2010 y 2014, Odebrecht realizó (...) sobornos por alrededor de 10.5 mdd a funcionarios del gobierno en México para asegurar contratos de obras públicas. Odebrecht logró beneficios por más de 39 millones como resultado", menciona el documento del DOJ.

Las filiales del corporativo Odebrecht obtuvieron licitaciones para construcción del gasoducto Los Ramones Fase II Norte, que va de Nuevo León a San Luis Potosí. La planta petroquímica Etileno XXI, en Veracruz; así como un proyecto de acondicionamiento en la refinería de Tula, en Hidalgo

El escándalo fue escalando en México a través de notas periodísticas que revelaban que, el “alto funcionario”, era Emilio Lozoya. Sin embargo, fue hasta el 1 marzo de 2017 que el caso comenzó a tener un vuelco al darse a conocer el inició de una investigación de Pemex relacionada con la gestión de Lozoya.

Los señalamientos marcaron el destino de Austin, quien “desapareció” y evitó cualquier aparición pública. El único contacto con el exdirectivo de Pemex, era a través de su abogado Javier Coello Trejo.

Un mes después, Hilberto Mascarenhas, entonces director del Sector de Finanzas Estructuradas de Odebrecht declaró que Lozoya le solicitó cinco millones de dólares, dinero que, supuestamente fue utilizado para financiar la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

Medios nacionales destaparon la adquisición de una casa por 38 millones 175 mil pesos por parte de Lozoya, el 14 de noviembre de 2012, cuando era coordinador de Asuntos Internacionales del equipo de transición del presidente electo Enrique Peña Nieto, quien días después (1 de diciembre de 2012) lo nombró titular de Pemex.

Los señalamientos en contra de Lozoya, así como peticiones de políticos y sectores de la sociedad de iniciar una investigación contra el exdirectivo de Pemex tuvieron efectos hasta el mes de agosto de 2017, cuando la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR) informó que había abierto el expediente FED/SEIDF/CGI-CDMX/0000117/2017 por la adjudicación de cuatro contratos de obra pública que fueron asignados a las empresas Odebrecht S.A. y Braskem S.A. El expediente incluía las declaraciones de declaraciones 10 servidores públicos y 10 exfuncionarios de Pemex.

TE PUEDE INTERESAR: "Las dos residencias que "cavaron el fin" de Lozoya Austin".

Según la PGR, durante la gestión de Raúl Cervantes, las investigaciones no tuvieron avances, ya que el gobierno de Brasil no le facilitaba parte del expediente iniciado en ese país continuar con el desahogo de pruebas.

Sin embargo, ante las presiones, Lozoya fue citado a declarar en las instalaciones de la PGR el 17 de agosto. Ese mismo día, el exdirector de Pemex dio una conferencia de prensa en la que, además de asegurar que, la PGR le había notificado que no tenía ninguna prueba en su contra, se negaba los señalamientos en su contra el caso Obredecht.

Ante los cuestionamientos de la prensa, respondió: “a mí nunca me corrompieron”, “no existe un solo elemento de prueba que certifique que recibí dinero, ni de ellos ni de nadie. Desde el primer momento en que pretendieron involucrarme dolosamente en este caso, he desmentido estas falsas acusaciones”.

La conferencia culminó con la frase: “en momentos en que la verdad está bajo ataque…, sólo los hechos pueden ser creíbles”.

Lozoya daba a conocer su verdad y con ello lograba un respiro. Sin embargo, la bocanada de aire duró poco, cuando se diera a conocer una nueva investigación en su contra por parte de una persona clave que lo llevaría a ser capturado en Málaga, España dos años después: Santiago Nieto.

 

Un viejo amigo

Siete días (21 de agosto de 2017) después de que Lozoya Austin se defendiera de los señalamientos en su contra, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), dirigida en ese entonces por Santiago Nieto, actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dio a conocer el inicio de una carpeta de investigación contra Emilio por el financiamiento de campañas a favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2012. El exdirector de Pemex sería citado a declarar.

El nuevo frente contra el exfuncionario y una de las personas más cercanas del entonces presidente Enrique Peña Nieto se agravó con la renuncia de Raúl Cervantes Andrade, quien al anunciar su salida, declaró que había terminado la investigación del caso Obredecht, por lo que la PGR estaba en posibilidades de judicializar la carpeta de investigación.

“El complejo esquema para corromper funcionarios, obtener contratos públicos de manera indebida y luego tratar de esconder el dinero mal habido en paraísos fiscales, puso a prueba nuestra determinación y a nuestras instituciones…uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y en México se hayan visto”, comentó el 16 de octubre de 2017.

Aunque el anuncio fue visto por especialistas y políticos como un avance en la impartición de justicia en el país, la promesa se quedó en el discurso y en el olvido, cuando el 20 de octubre Santiago Nieto fue destituido de la Fepade, por “violar la secrecía del caso” contra Emilio Ricardo Lozoya Austin. El verdugo de Santiago Nieto fue Alberto Elías Beltrán, encargado de Despacho de la PGR.  

La principal amenaza de Lozoya estaba fuera del camino, pero para evitar riesgos, en las siguientes semanas tramitó siete amparos contra cualquier orden de captura, lo que le dio resultado. Sin embargo, los recursos legales no evitaron que la prensa siguiera investigando sobre el caso.

En diciembre de 2017 Quinto Elemento Lab y la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas dieron a conocer un video en el que Luis Alberto de Meneses, exdirector de Odebrecht México, declaró en 2016 ante fiscales de Brasil que él ofreció dinero a Emilio Lozoya durante se gestión como director de Petróleos Mexicanos.

Durante 2018 Lozoya Austin no tuvo mayores sobresaltos, los amparos que había tramitado le dieron resultado. Incluso, la impunidad del exdirectivo tuvo el respaldo de la Secretaría de la Función Pública (SFP) cuando la institución anunció la inhabilitación por tres años del exdirector de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses Weyll, persona que denunció a Emilio Lozoya Austin de recibir sobornos.

La PGR que encabezaba de forma interina Alberto Elías Beltrán tampoco avanzó en el caso, al asegurar que las autoridades de Brasil no colaboraban con las autoridades mexicanas, o que, ante la secrecía del caso, no podía dar mayores datos.

El 31 de octubre de 2018 Elías Beltrán dijo ante la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados afirmó que la PGR no tenía pruebas sólidas en la investigación contra Odebrecht, por lo que la institución perdería el caso al tratar de judicializarlo.

Si no mal recuerdo se firmó la declaración de Brasilia de las investigaciones, pero seguimos en espera de las 11 asistencias jurídicas...sin esa información difícilmente vamos a tener elementos en una audiencia de vinculación. No podemos judicializar porque no tenemos toda la información para poder tener una vinculación robusta

El sexenio culminaba y con ello, la protección de la que Lozoya gozó durante todo el mandato de Enrique Peña Nieto, el funcionario que le abrió la puerta a la administración pública federal y a Petróleos Mexicanos.

La huida, nueves meses prófugo de la justicia

La suerte de Emilio Lozoya que fue echada al aire el 21 de diciembre de 2016, a través de la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, comenzó a tener efectos en la vida del exdirectivo y su familia el 22 mayo de 2019 cuando la SFP informó sobre su inhabilitación por 10 años en el servicio público.

Seis días después, la Unidad de Inteligencia Financiera dirigida por Santiago Nieto dio a conocer el congelamiento de las cuentas del exfuncionario.

La Fiscalía General de la República lo citó a comparecer sobre el caso de Odecbrecht, petición que nunca fue atendida por Lozoya al asegurar que se trataba de una persecución política en su contra.

Incluso, en su defensa, Emilio difundió una carta a través de la red social Twitter en la que anunciaba que comparecerá ante la justicia mexicana argumentando que “no existen las condiciones ni garantías legales para hacerlo”.

El 5 de julio de 2019, la Fiscalía General de la República obtuvo una orden de aprehensión contra Emilio Lozoya Austin, su esposa, su madre y su hermana por Caso Odebrecht. El 24 de julio es detenida Hilda Margarita Austin y Solís, madre de Emilio Lozoya Austin en Alemania.

Para ese entonces Emilio Ricardo llevaba dos meses fuera de territorio nacional. Las autoridades desconocían su paradero. Incluso, la ficha roja para su localización y captura que fue presentada en la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en ingles) en 190 países no tuvo resultados.

La única pista que tenían las autoridades era su ingreso a Alemania, Rusia y España, este último país donde fue detenido la tarde ayer por el Grupo de Localización de Fugitivos Internacionales de la Comisaría General de Policía Judicial, y de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría Provincial de Málaga.  

“Desde ese momento las autoridades mexicanas iniciaron una búsqueda internacional para detener al prófugo, gracias a la excelente colaboración existente entre la Fiscalía Mexicana y la Policía Nacional española se obtuvieron indicios que situaban al fugitivo en diferentes localidades españolas. Si bien el alto poder adquisitivo y sus lazos internacionales complicaban su localización”, informó el gobierno español.

Emilio Ricardo Lozoya Austin fue detenido por una investigación relacionada por recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa, cohecho y defraudación fiscal. Además, aún quedan dos casos sin judicializar. Uno de ellos por un monto de 50 millones de pesos y otro por 83 millones de pesos.

Los cuatro delitos por los que tiene orden de captura, así como los dos que continúan en investigación fueron integrados por la unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP dependencia dirigida por un viejo amigo: Santiago Nieto.

Un pasado turbio

Aunque es requerido por investigaciones del caso Obredecht, Emilio Lozoya Austin ya se había visto envuelto en un escándalo de corrupción internacional a través de los “Panama Papers”, cuando se dio a conocer que su pasaporte estaba entre los documentos filtrados.

En abril del 2016 el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés) reveló una lista de empresarios, políticos, jefes de estado, personas del medio artístico y deportivo, que crearon empresas ‘offshore’, para evadir impuestos y ocultar dinero en empresas fantasma.

En las filtraciones aparecieron personas cercanas al presidente de Rusia, Vladimir Putin, el mandatario argentino Mauricio Macri, el cineasta Pedro Almodóvar, el jugador de fútbol Lionel Messi, entre otros.

En México, los principales nombres que surgieron fueron el de Juan Armando Hinojosa Cantú, presidente de Grupo Higa; Omar Yunes Márquez, hijo del gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes y Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas.

También se encontró una copia del pasaporte del entonces director de Pemex (2012 – 2016), Emilio Lozoya, quien había tenido acercamiento con el despacho Mossak Fonseca, los encargados de crear estas empresas offshore.

De acuerdo con los documentos, su intención era adquirir una empresa en Dubai. Sin embargo, los documentos filtrados a los más de 80 periodistas, miembros del ICIJ, no detallaban si se concretó alguna transacción por parte del exdirector de Pemex.

Lozoya Austin se deslindó de los “Panama Papers” al mencionar que antes de fungir como director de Pemex, era empresario financiero internacional.

“Niego categóricamente haber registrado o creado alguna empresa en Panamá, o que haya tenido o tenga cuentas bancarias en ese país. Es posible que en alguna transacción antes de ser funcionario público, cierta contraparte empresarial con la que haya tratado a nivel internacional, intentó crear esta estructura, la cual, de ser el caso, nunca se concretó”, dijo en un comunicado.

Sin embargo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) inició una investigación contra 33 empresarios y exfuncionarios, entre ellos, él.

En diciembre del 2016, se reveló también una investigación contra la empresa brasileña Odebrecht, la cual pagó sobornos millonarios a altos funcionarios en todo el mundo, para obtener contratos de obra pública.

Una parte de los involucrados en Panama Papers habían recibido estos sobornos por Odebrecht y para guardar el dinero utilizaron el despacho Mossak Fonseca.

(María José Pardo)