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“Los Plebes”, reflejo del lado humano extraviado en el narco

A través del filme “Los Plebes”, se deja a un lado lo morboso del crimen organizado y muestran el lado humano de jóvenes que están inmersos en el narco

Escrito en NACIÓN el

El narcotráfico y el crimen organizado tienen múltiples rostros de morbo que nos han hecho olvidar que esta actividad ilícita que ha prevalecido en México desde 1910, tiene como esencia la desigualdad, pobreza y una juventud en abandono fácil de cooptar.

Los directores de cine Eduardo Giralt Brun y Emmanuel Massu muestran ese rostro, la cara oculta del crimen organizado en Culiacán, Sinaloa, uno de los estados más afectados por la histórica presencia de organizaciones criminales y narcotraficantes que tienen como sustento a cientos de jóvenes que no tuvieron la oportunidad de elegir una vida mejor.

A través del filme “Los Plebes”, el cual se estrenará el próximo 21 de marzo en el Festival Internacional de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México (FICUNAM), ambos cineastas dejan a un lado lo morboso del crimen organizado y tratan de mostrar el lado humano de jóvenes que están inmersos en el narco.

Falta de dinero, familias disfuncionales, abandono de los padres, carencias sociales, drogas, deserción escolar, falta de apoyo, así como el abandono del gobierno en jóvenes que dejaron o quisieran retomar sus estudios, son ejemplificados en personajes como “El Vagancia”, uno de los miles de jóvenes que trabaja para los narcos en Sinaloa, así como en diferentes estados del país. Esta es la entrevista que concedieron a La Silla Rota ambos directores.

- ¿Qué fue lo que quisieron mostrar al filmar esta película?

Más allá de poner atención en el crimen organizado, nuestra intención está en los jóvenes, en mostrar las circunstancias que ellos tienen y viven cuando deciden formar parte de estos grupos. Lo que buscamos fue mostrar otras realidades a las mostradas anteriormente.

- Algunos espectadores lo pueden catalogar como un filme bélico que busca enaltecer al crimen organizado. ¿Cuál es su opinión?

Nosotros nunca buscamos hacer una película sobre lo que es el narcotráfico, nosotros no queríamos que los espectadores vieran el lado morboso del narco, lo que queríamos y decidimos fue mostrar un lado humano. No teníamos la intención de mostrar el lado bélico, sólo el lado humano que hemos dejado de ver por la cotidianidad que violencia que vivimos hoy.

- ¿Cuáles son las situaciones de vulnerabilidad que ustedes tratan de mostrar en el filme?

Mostramos diferentes realidades sobre los jóvenes que están dentro del crimen organizado. Mostramos diferentes ángulos y factores sociales en los personajes que entrevistamos. Tenemos una situación económica vulnerable, ausencia paterna, problemas con drogas, salud mental, tenemos presencia del catolicismo, así como desacatamiento social. Buscamos complejizar en lo audiovisual.

- ¿Entre las personas que entrevistaron, vieron a alguno que quisiera salir de ese mundo?

Sí. Entre las personas que entrevistamos, hay una que quiere ser veterinario. Ahí podemos ver que hay una lucidez de oportunidad, ver una oportunidad al final del túnel, de que pudiera suceder, eso es una ventana para ver una nueva oportunidad y vida, algo que ellos quieren, pero no pueden acceder a ese otro camino.

- Hay varios personajes en la película, pero ¿por qué enfocarse en uno al que apodan “Vagancia”?

Nosotros pensamos que íbamos a tener muchos personajes, pero en realidad la persona a la que apodan “Vagancia”, era el más histriónico, con más carisma, con lucidez, con reflexiones existencialistas que nos dejaron asombrados. Nosotros le mostramos una primera parte de la película y nos comentó: sin mí no tienen película. Quisimos tener más historias, pero las personas no eran muy abiertas al diálogo, por lo que preferimos enfocarnos en una sola persona.

- ¿Cuánto tiempo se tardaron en filmarla? y ¿se puede esperar una segunda parte?

La película fue filmada con dos celulares. Nos tardamos dos meses en una primera etapa, luego de forma intermitente cuatro meses. En total fueron 50 horas de grabación entre 2018 y 2019. Nosotros quisiéramos hacer más películas relacionadas con otros aspectos del crimen organizado. Hay otro tipo de ángulos que tienen ver cosas más cotidianas, historias que se deben de contar, realidades que se viven al interior del narcotráfico...