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Los cabos sueltos en la muerte del comisionado del INAI

Pese a versiones oficiales contradictorias y la intención de concluir “fast track” la investigación sobre la causa por la cual el funcionario cayó de un quinto piso, hay preguntas sin respuesta

Escrito en NACIÓN el

La muerte del comisionado del INAI, Carlos Alberto Bonnin Erales, se encuentra envuelta en contradicciones y cabos sueltos a partir de la información de autoridades capitalinas y la que inicialmente difundió el organismo autónomo.

En un informe de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX), elaborado tras el inicio de la carpeta FMC/MC-2/UI-1C/D/1265/11-2018,  agentes de Investigación que acudieron a las instalaciones del INAI asentaron que el comisionado tropezó con unos cables tendidos en la terraza del sexto piso.

Después, el propio INAI aclaró que fue en el quinto y no en el sexto piso donde sucedieron los hechos. En un principio dijo que Bonnin murió por un infarto y posteriormente tuvo que aceptar que enviaron ese comunicado sin información suficiente sobre lo sucedido.

“Esta mañana, el comisionado sufrió un infarto al corazón en las instalaciones del instituto y fue trasladado de emergencia a un hospital al sur de Ciudad de México, donde poco tiempo después perdió la vida”, se lee en el comunicado del INAI.

La pregunta es ¿por qué y quién tomó la decisión de enviarlo pese a no contar con datos certeros?

Bonnin, de 38 años de edad y quien recibió nombramiento en abril pasado, cayó al patio de un auditorio interno en las oficinas del INAI de Insurgentes Sur y murió más tarde en el Hospital Ángeles del Pedregal.

Varias fuentes de la Procuraduría admitieron que surgió la versión de que el funcionario se arrojó desde la terraza, pero que será difícil comprobar eso técnicamente, pues aunque hay varios videos del incidente no cuentan con uno donde se observe el preciso momento en que Bonnin supuestamente se suicidó.

La PGJ dio a conocer que no hubo ninguna fuerza externa, es decir, que nadie aventó al servidor público, pero de manera oficial se limitó a tratar el caso como una muerte por precipitación.

“Las primeras diligencias indican que no hubo fuerza que provocara su precipitación. (…) Tras las primeras diligencias efectuadas porpolicías de Investigación, peritos en criminalística y a partir de la entrevista con diversos testigos, se estableció que la víctima cayó del quinto piso del edificio”, informó la PGJ.

Según la indagatoria, Bonnin salió a la terraza del quinto piso a las 8:30 horas del lunes y brincó unos arbustos para llegar a una zona con barandal, donde aparentemente fumó un cigarro mientras hablaba por teléfono celular.

La única persona que ha admitido haber hablado con Bonnin minutos antes de su muerte es su esposa, con quien iba a tener su segundo hijo.

El chofer expuso a agentes investigadores que lo veía nervioso durante el trayecto de su casa al INAI, pero no sabe por qué ni tiene manera de comprobar que efectivamente lo estaba.

Hasta ahora no hay una causa clara de por qué, en todo caso, Bonnin pudo haber decidido quitarse la vida.

Tampoco hay elementos técnicos y científicos que lo confirmen que el funcionario saltó de la terraza.

Otro cabo suelto es el hecho de que Bonnin no murió tras la caída. Testigos manifestaron a la Procuraduría que todavía respiraba y parecía semiconsciente.

Pero no fue trasladado inmediatamente al hospital; pasaron cerca de 45 minutos para que el comisionado fuera internado en el Hospital Ángeles.

Se solicitaron ambulancias, pero tardaron más de lo usual pese a la relevancia de los hechos. Tampoco fue llevado al nosocomio en algún vehículo particular, a pesar de que su esposa y hermano ya estaban en el lugar y pudieron tomar esa decisión debido a que cada minuto que pasaba, había más peligro de que Bonnin falleciera.

Peritos de la PGJ han realizado numerosas diligencias en el INAI, pero sus conclusiones aún no se basan en un indicio concreto, como un video o un testigo que señalara que Bonnin se aventó.

AJ