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“Le pedí a Dios que salvara a mi nieta con covid y me escuchó”

Aitana, de sólo 5 meses, fue traslada a un hospital covid, hecho que preocupó a sus padres y a su abuelita, quienes pensaron que quizá no la volverían a ver

Escrito en NACIÓN el

“En ese momento lo único que hice fue pedir señor, ayúdame, a ella no, pedirle mucho a Dios, porque él es el único y creo que me escuchó”, afirmó Rosa María Rivera Galindo, quien sufrió al no saber si su nieta Aitana, de sólo cinco meses, se recuperaría del covid-19.

A finales de mayo, la pequeña Aitana tuvo fiebre y se le notaba decaída, un doctor les dijo que estaba bien, pero al buscar otra opinión les indicaron que fueran al hospital. La familia pensó que quizá estaba deshidratada, pero notaron que también su piel había cambiado y empezaba a notarse amoratada.

Cuando la llevaron a un hospital en la alcaldía Azcapotzalco, donde vive la familia, les informaron que posiblemente se trataba de coronavirus, que le harían la prueba y mientras tendría que quedarse hospitalizada.

Después de algunos días de permanecer internada, los especialistas les dijeron que tenían que trasladarla a un hospital covid, hecho que preocupó más a sus padres y a su abuelita, quienes pensaron que quizá no volverían a ver a Aitana.

“Te imaginas que te digan eso, fue bien difícil, así como que ya te vas a los extremos y dices se la llevan y ya no la vamos a ver. Fue algo impresionante, nos estábamos comunicando con mi nuera para ver cómo iba”, relató Rosa María.

“El recordarlo todavía me hace daño, te bloqueas tanto que te piden una ambulancia, un médico para llevarla a una clínica y tu impotencia es que en ese momento no tienes el dinero, ver a mi hijo que me decía ‘mamá, qué hago, se van a llevar a mi hija y no la voy a volver a ver’. Tú quieres hacer hasta lo imposible también para que tu familia no sufra y no puedes”, enfatizó.

Tras muchos esfuerzos, una doctora les dijo que Aitana ya estaba mejorando, sus síntomas ya habían disminuido y que podían llevársela a su casa, siempre y cuando permanecieran en aislamiento.

La batalla de Aitana contra el covid

“Si los hijos se adoran, los nietos más y yo quiero a todos mis nietos, a unos los he criado yo, pero esta bebé, no sé, como que vino a cambiar muchas cosas, fue un embarazo de alto riesgo, no le daban muchas esperanzas a mi nuera de que naciera, gracias a Dios está aquí”, expresó Rosa.

Actualmente Aitana tiene siete meses, logró ganarle la batalla al covid-19 y la única secuela que le quedó fue sarpullido. Rosa María dijo que no saben en dónde se pudo contagiar, porque nadie más de la familia se enfermó, pero creen que quizá Aurora, la mamá de la bebé, fue asintomática.

Aun estando en casa, la situación fue muy complicada para Rosa, porque sólo podía ver a su nieta por videollamada, ya que debido a su edad y que tiene algunas enfermedades entra en el rango de persona vulnerable y no podía estar cerca.

“En ese momento, al menos de mi parte es algo que no se me olvida, porque mi niña estaba ya en su casa bien y no poder ir, es una impotencia, pensar no puedo ir a verla, no puedo abrazarla, todo por videollamada, así estuvimos más de un mes”, indicó.

Sin embargo, el mejor momento para Rosa María fue el volver a tener a Aitana en sus brazos “me agarraba mi cara, me acariciaba, fue algo maravilloso”.

“Disminuyó mucho mi trabajo por la pandemia”

Rosa María y la familia de Aitana viven en Azcapotzalco, donde han recibido el apoyo de Sandra Cuevas, presidenta de la Fundación por un México Bonito, quien sanitizó la casa de la menor para eliminar cualquier rastro de covid y también ayuda a su abuelita con medicamentos.

La pandemia de covid-19 también ha afectado económicamente a esta familia. A sus 62 años, Rosa se dedica a la planchaduría, pero en estos meses ha bajado el trabajo y tiene que salir a buscar más clientes.

“Mi trabajo es de planchadora, aunque esos lugares no los cerraron, la gente no llevaba su ropa, entonces disminuyo mucho, yo tengo que buscarle aquí y allá, porque ese es mi trabajo y también por mi edad, no represento la que tengo, pero no me ayuda mucho”, indicó.

(María José Pardo)