El veredicto contra Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, tendrá que esperar un poco más, luego que unas peticiones del jurado retrasaran el final del juicio contra el líder del Cártel de Sinaloa.
Se esperaba que este martes se diera a conocer el dictamen contra Guzmán Loera, pero todo indica que no será así.
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En el segundo día de deliberación, el jurado hizo cinco peticiones antes de definir el destino de “El Chapo”, todas ellas relacionadas con el suministro de efedrina y el tráfico de metanfetamina a Estados Unidos.
El primero, la grabación de una breve llamada entre Guzmán Loera y una mujer no identificada, en la cual se discute cómo conseguir clientes de estas drogas sintéticas.
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El segundo es sobre “El Chespiro”, un hombre señalado por Jesús “El Rey” Zambada de contactar al cártel entre 2004 y 2005 para traficar de 15 a 20 toneladas de efedrina a Asia.
Dos peticiones más son conocer los testimonios completos de los hermanos Alex y Jorge Cifuentes, capos colombianos muy cercanos a Guzmán Loera.
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Ambos hablaron sobre el suministro de efedrina para la producción de metanfetamina.
La última petición es el testimonio de un testigo llamado Juan Aguayo, un agente fronterizo que arrestó a tres personas por contrabandear marihuana en California en barco.
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Esto significaría que el veredicto final del caso se retrasaría entre tres y cinco días, según detalló Alan Feuer, reportero de The New York Times, siempre y cuando se dé de nuevo ambos testimonios.
Sin embargo, el juez Brian Cogan optaría simplemente por dar las páginas impresas de los testimonios para ahorrarse tiempo.
"Esto está tomando demasiado tiempo. No estoy seguro de por qué esto está tomando tanto tiempo”, dijo Cogan sobre las peticiones del jurado.
El retraso del juicio le conviene sólo a Guzmán Loera, hecho que se vio evidenciado por los fiscales que llevan el caso, quienes se mostraron nerviosos.
La falsa alarma
Keegan Hamilton, periodista de Vice, relató un hecho curioso que se dio en la sala de prensa del juicio.
A media mañana un periodista irrumpió el lugar gritando “¡Tenemos un veredicto!”, hecho que enloqueció, según mencionó Hamilton, a los periodistas presentes.
Tras el griterío, abogados y funcionarios del gobierno quedaron confundidos, mientras reporteros comenzaron a presionar en la corte. “Fue una locura”, mencionó Keegan.
Los reporteros se agitaron como si se tratara de una estampida, según contó Hamilton, como si alguien hubiera gritado "¡Fuego!".
Sin embargo, todo se trató de una falsa alarma. Alguien en la sala de prensa leyó mal un correo electrónico de un portavoz de la corte.