Jorge Castañeda, político y columnista de El Financiero, propuso a los partidos de oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador que realicen una conferencia de réplica a la conferencia mañanera del presidente.
De esta forma, el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), podrían dar respuesta “ante alguna de las barbaridades que dice cada mañana y exigirle a los medios cobertura”.
Esta propuesta reviviría a las conferencias matutinas que realizaba Rubén Aguilar, vocero de presidencia, durante el gobierno de Vicente Fox.
Estas conferencias con la prensa, que popularizaron la frase “lo que el Presidente quiso decir”, que era la más utilizada por Aguilar para justificar a Fox, surgieron como respuesta a las conferencias de prensa que realizaba el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal y precandidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador.
Las conferencias de Aguilar Valenzuela comenzaron el 18 de abril del 2005, a las 7:30 de la mañana, cuando el gobierno federal vivía uno de sus procesos más difíciles: el desafuero de López Obrador.
Sin embargo, para el vocero, este no era el motivo principal de las conferencias, sino el responder a los cuestionamientos de la prensa y para posicionar los temas de la Presidencia.
Además de coordinar la comunicación del gobierno federal y contar con una estrategia de manejo de crisis.
Las contradicciones
Pero los objetivos que buscaban las conferencias de Presidencia frecuentemente se veían obstaculizados por las contradicciones.
Una de las más polémicas estuvo protagonizada por la entonces subsecretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Olamendi, quien tuvo que renunciar luego de un “malentendido” con el gobierno federal.
El 17 de mayo, la secretaria ofreció una disculpa pública a nombre del gobierno federal por la expresión que utilizó el presidente de que los mexicanos en Estados Unidos hacen trabajos que ni los negros quieren hacer.
Un día después, Rubén Aguilar declaró que esta declaración fue “a título personal”.
Objeto de parodias
El vocero presidencial adquirió tal relevancia en aquel entonces, que fue objeto de burlas y parodias, en particular por la sátira política El Privilegio de Mandar.
El comediante Jorge Arvizu “El Tata” interpretaba el papel del vocero, que en ocasiones interrumpía al presidente, a veces acompañado de la primera dama, para explicar “lo que el presidente quiso decir”.
cmo