Después de un desastre natural que deje inmuebles colapsados, escombros y deslaves, las 48 horas siguientes son vitales para rescatar víctimas con vida. Después, la oportunidad de sobrevivientes se reduce.
Sigue aquí la cobertura completa del sismo de 7.1 grados
Según Fernando Román, experto en manejos de desastres y actualmente operador en el C5 estas son parte de la línea crítica que nos comparte:
1- Desgraciadamente eventualmente se tendrá que utilizar maquinaria pesada.
2- Tiempos:
El tiempo para determinar el cese de búsqueda y rescate de sobrevivientes depende de VARIOS FACTORES:
a) La temperatura (a mayor temperatura menor probabilidad de sobrevivir)
b) Humedad (si hay presencia de lluvia hay mayor posibilidad de que las personas atrapadas puedan beber un poco de agua y eso incrementa la probabilidad de sobrevivencia)
c) Edad: lactantes y niños son más resistentes. Adultos son menos resistentes que niños y lactantes pero más resistentes que adultos mayores.
d) Ubicación: si hablamos de un deslave de arena las probabilidades de sobrevivencia son casi nulas (ejemplo: socavón del paso express, nadie puede respirar entre arena). Tratándose de edificios colapsados las probabilidades aumentan.
Pero en términos generales a partir de las 48 primeras horas (que son vitales) las probabilidades disminuyen drásticamente. Sí hay casos donde incluso semanas después se han encontrado sobrevivientes. Sin embargo esos casos son literalmente milagros.
La demolición
La razón de suspender las labores de rescate y comenzar con la recuperación de cuerpos y demolición de edificios en riesgo de colapso obedece a dos factores:
1- La seguridad de la población que rodea los sitios siniestrados (esto es amargo pero NO SE PUEDE NI DEBE arriesgar 50, 70, o 100 vidas sólo por la esperanza de que quede uno o dos sobrevivientes en un edificio que está a punto de caer).
2- No se debe perpetuar por incluso décadas la amenaza real de un colapso (en este caso, desde el sismo del 85 hubo edificios con daño estructural que la población civil no permitió evacuar ni demoler. Hoy esas estructuras son parte de los sitios colapsados).
Y finalmente la triada macabra que nos hunde como nación: Corrupción-ignorancia-vanidad.
La corrupción de permitir construcciones modernas que no cumplen con los materiales ni las especificaciones mínimas, la vanidad de querer ser el protagonista del rescate y no aceptar que muchas veces lo mejor es dejar a la gente que sí sabe lo que se tiene que hacer y querer meter las manos ignorando todo lo anterior.