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La pugna detrás del nuevo etiquetado de alimentos

Legisladores acusan que empresas buscan cabildear en contra del nuevo etiquetado en comida chatarra y bebidas con alto contenido de azúcar

Escrito en NACIÓN el

La pugna por el nuevo etiquetado para productos de comida chatarra y las bebidas elaboradas con altos contenidos de azúcar, la cual fue aprobada en comisiones de la Cámara de Diputados en julio pasado, tiene como reto que los legisladores resistan las presiones que imprimen los productores de dichos alimentos procesados.

De acuerdo al diario La Jornada, los empresarios buscan influir en la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para que ayude a tirar dicha iniciativa. Ayer miércoles se realizó una reunión de la titular de Segob sobre este tema con funcionarios federales, integrantes de la iniciativa privada y legisladores.


¿Qué plantea la reforma?


La iniciativa busca advertir a los consumidores de los riesgos inminentes a la salud por el consumo de productos chatarra y altos en azúcar. Todo esto como medida preventiva para la salud pública.


¿Quiénes cabildean contra la nueva ley?


Jaime Zabludovsky, dirigente del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico); así como representantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y empresas como Femsa.

El cabildeo fue denunciado por diputados de Morena, PRI y PAN, integrantes de la Comisión de Salud, quienes afirmaron luego de la reunión con Sánchez Cordero, que existe un gran despliegue de despachos con el objetivo de convencerlos de no apoyar la iniciativa del nuevo etiquetado.

La postura de los empresarios plantea que con la etiquetación preventiva, la Comisión de Hacienda aplicará en la Ley de Ingresos 2020 un incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los alimentos procesados como el pan, papas fritas, pastelillos, agua, jugos, yogures, entre otros.

En la reunión con Sánchez Cordero, estuvo presente también el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.


¿En qué consiste el nuevo modelo de etiquetado?


El nuevo modelo busca cambiar el etiquetado frontal de los productos alimentarios para que sea de advertencia y no sólo informativo o pseudoinformativo, como lo considera el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en la actualidad.

En el grupo que elabora el nuevo etiquetado frontal participan el Instituto Nacional de Salud Pública, el doctor Simón Barquera, y organizaciones sociales como El Poder del Consumidor y Contrapeso.

En México actualmente se utiliza el sistema de Guías Diarias de Alimentación (GDA), que se caracteriza por estar basado en una dieta de 2 mil calorías y por brindar información específica sobre los nutrientes que contiene el producto. Este fue creado por la industria alimentaria de Reino Unido y se usa en varios países de la Unión Europea y Tailandia.

Sin embargo, varios estudios han demostrado que éste etiquetado es difícil de comprender para la mayoría de la población, porque la mayoría no conoce los niveles máximos y mínimos que se recomiendan de cada nutriente.

El subsecretario de Salud ha mencionado en varias ocasiones que el nuevo etiquetado será de advertencia, en este caso resalta el caso del que se utiliza en Chile en el que se indica al comprador si el producto que va a consumir tiene alto contenido de azúcar, grasas saturadas, sodio y calorías.

Este modelo está conformado por cuatro octágonos que tienen las leyendas “alto en azúcar”, “alto en grasa”, “alto en calorías” y “alto en sodio”, y el cual ha demostrado en Chile que tiene buenos resultados y genera cambios en la alimentación de las personas.


¿Qué opina la ONU?


Las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) piden que se cambie en México a un etiquetado más sencillo que sea claro respecto a los azúcares, con el fin de disminuir los índices de obesidad y diabetes.

En medio de esta transición, la ONU exhortó a México a hacer cambios en el etiquetado como medida para disminuir los índices de sobrepeso, obesidad y diabetes que hay en el país, principalmente en los niños.

Las agencias de la ONU recordaron que un aspecto clave del etiquetado es el de las azúcares, y que por eso es fundamental detallar la cantidad de azúcares “añadidos” o “libres”, porque éstas están asociadas a un mayor riesgo de enfermedades crónico degenerativas.

Alertaron que respecto a los azúcares, el actual etiquetado se basa en el valor de referencia de 18% de la energía total requerida (360 kilocalorías), que es diferente a las recomendaciones de la ONU para combatir la obesidad y el sobrepeso, diabetes, caries dentales y otros problemas de salud asociados.

Para las agencias de la ONU esta presentación de los datos mal informa a los consumidores, ya que les hace creer que en su ingesta diaria el consumo recomendado de azúcares podría llegar hasta un 18%, cuando la ingesta de azúcares libres debe ser menor a 10%.


Las ONG también opinan

 

Con el objetivo de contrarrestar las epidemias de obesidad y diabetes que hay en México, la Alianza por la Salud Alimentaria lanzó una campaña para exigir que se implemente en México un etiquetado frontal de advertencia en los alimentos procesados, pero destaca que existe oposición de la industria para que se haga este cambio.

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, alerta que “las políticas públicas dirigidas a combatir esta epidemia de obesidad y diabetes en México, declaradas emergencias epidemiológicas en 2016, han sido capturadas por la industria, por lo menos hasta la administración anterior. Un buen ejemplo de eso fue y es el etiquetado frontal que tenemos actualmente en los productos,  un etiquetado diseñado por la industria”.

Por esa razón las organizaciones que integran la Alianza por la Salud Alimentaria lanzaron la campaña “exijamos etiquetados claros para cuidar la salud de nuestros hijos”, en la que solicitan que se modifique el etiquetado frontal de los productos procesados por uno de advertencia, como el que se usa en Chile.

“Los resultados que se están teniendo en Chile son los únicos resultados que demuestran que es una de las políticas más efectivas, se habla de reducciones de 20% en el consumo de bebidas azucaradas, de más de 10% en cereales azucarados y reformulación de hasta 30% en varias categorías de alimentos”, explica Calvillo.

Ana Larrañaga, coordinadora de la Coalición ContraPESO, destaca que para realizar este cambio en el etiquetado están enfrentando una fuerte oposición de la industria de alimentos y bebidas, ya que no están de acuerdo en que se modifique.

Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria, detalla que entre mayor sea el mayor grado de procesamiento de los productos, mayor es el riesgo que tienen para la  para la salud, ya que la industria usa aditivos, diversos tipos de endulzantes, azúcares sales, grasas trans y otras sustancias que afectan el sistema inmunológico, y provocan diabetes tipo 2, hígado graso, hipertensión,  colesterol y triglicéridos.

Los representantes de la Alianza por la Salud Alimentaria resaltan que la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y  el Fondo de Naciones Unidas por la Infancia, el Instituto Nacional de Salud Pública han recomendado reducir el consumo de alimentos altos en azúcares agregados, grasas saturadas, sal y calorías.

 

Con información de Mariluz Roldán

 

lrc