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La historia del choque entre la CNDH y AMLO

Desde que llegó a Palacio Nacional, AMLO ha golpeado severamente a los órganos autónomos, particularmente a la CNDH

Escrito en NACIÓN el

Luis Raúl González Pérez anunció que no buscará la reelección en la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señalando a su vez que este órgano autónomo se encuentra desautorización moral extrema dictada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es un órgano autónomo que incomoda al presidente Andrés Manuel López Obrador, por eso la ha desautorizado, dijeron a La Silla Rota José Fernández Santillán, académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey y Alfonso Zárate, presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario.

Pero para la académica en ciencia política de la Universidad Iberoamericana, Ivonne Acuña, los cuestionamientos del presidente a la CNDH forman parte de su promesa de desmontar el antiguo régimen político y también como un reproche por no haber cumplido con su tarea de defender a la ciudadanía de los abusos del Estado y del Gobierno Federal durante anteriores administraciones.

Los tres politólogos fueron consultados luego de que el presidente de la comisión, Luis Raúl González Pérez, anunció su intención de ya no buscar la reelección y admitió que hay tensiones entre el gobierno federal y el organismo.

Fernández Santillán y Zárate previeron que lo que sigue ahora es que, con el poder de Morena en el Senado se podría elegir a un ombudsperson a modo, que ya no resulte incómodo ni un contrapeso al presidente.

Acuña por su parte consideró que se abre una oportunidad para fortalecer a la comisión y darle más facultades para que de verdad pueda sancionar a autoridades que cometen abusos y no se quede solo en recomendaciones. 

ES GRAVE: FERNÁNDEZ SANTILLÁN

El doctor en Historia de las Ideas Políticas de la Universidad de Turín, José Fernández Santillán calificó de “muy grave” la desautorización que el presidente López Obrador ha hecho del trabajo de la Comisión, tal como aseguró Luis Raúl González Pérez.

“No dejó ningún resquicio de duda de que se va porque al presidente de la república no le parece la actuación, no de él en lo personal sino lo que presenta la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entonces a nivel internacional es un escándalo que debe conocer la prensa extranjera y darse a conocer en todo el mundo, porque es una falta grave contra la constitucionalidad y legalidad democrática”, dijo a La Silla Rota.

“Es una voz de alerta esta negación a reelegirse, ya lo había dicho pero las condiciones en que anuncia su no reelección muestra este talante autoritario, antidemocrático y contrario a los derechos humanos del presidente Andrés Manuel López Obrador”, agregó.

El autor del libro El despertar de la sociedad civil, recordó que algunas de las observaciones que hizo la CNDH durante los primeros meses de este gobierno fueron rechazadas o simplemente “se burló de ellas el tabasqueño”.

“Eso es peligrosísimo porque la democracia está hecha de pesos y contrapesos. Entonces se ve que le molesta (al presidente) que le digan institucionalmente ‘esto está mal y se debe de corregir’. Todo mundo sabemos que es un hombre que no admite que le digan que no, por eso ha subordinado al Poder Legislativo, tiene la mayoría en las cámaras de diputados y senadores. La renuncia de Medina Mora independientemente de las acusaciones que pesan sobre él es un intento de apoderarse del Poder Judicial. Lo va a hacer, ya lo hizo en los estados de la República a partir de los superdelegados y ahora los órganos autónomos son su blanco de ataque”.

“González Pérez había desarrollado una labor encomiable en la CNDH y había señalado las violaciones de derechos humanos en el sexenio pasado y este. Entonces no es que la traiga solo contra él, el ombudsperson actuó institucionalmente y de acuerdo con las atribuciones que le da la ley a la CNDH”, dijo el maestro en Ciencia Política.

Rememoró que construir la CNDH fue muy difícil, que ocurrió en las épocas de Carlos Salinas de Gortari en la presidencia, por iniciativa de Jorge Carpizo y fue por presiones de la sociedad civil. “No solo fue una concesión graciosa del poder sino que obedeció a manifestaciones, movilizaciones para que se frenase el abuso del poder en México”, recordó.

- ¿Quedará debilitada?

- Va a subsistir pero López Obrador es propicio a nombrar a incondicionales que trabajen para él y tapen los hoyos que encuentren y lo protejan, esa es la gravedad del asunto. Además hay organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa de los derechos humanos. Se había trabajado en todos los periodos de la CNDH con esas organizaciones civiles, otro de los blancos contra los que se ha lanzado López Obrador y una de las columnas fundamentales son las organizaciones dedicadas a la defensa de derechos humanos, entonces no creo que les vaya muy bien con un personaje designado por López Obrador con todas las formalidades cubiertas.

PRONUNCIAMIENTO VALIENTE: ZÁRATE

Zárate, quien es autor del libro “Los usos del poder”, concordó con el presidente de la CNDH de que el trabajo de la comisión ha sido desautorizado por el presidente López Obrador.

“Es cierto lo que dice, en realidad está comprobado por distintos pronunciamientos del jefe del Ejecutivo y no solo eso, sino también por la manera, con un simbolismo importante que ha expresado su desagrado al no acudir por primera vez a la rendición de un informe de la CNDH”.

El exdirector del departamento de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Políticas (CIDE), reconoció el pronunciamiento de González Pérez.

“Se trata de un pronunciamiento severo, inusualmente, valiente y sin eufemismos. Hace una caracterización de lo que ha sido esta gestión de Luis Raúl González al frente de la Comisión”.

El analista político consideró que la actual gestión de la comisión recuperó brillantez y reafirmó su autonomía porque las gestiones anteriores habían sido cuestionadas.

“Ha recibido una desautorización a su trabajo, ha habido negación de las investigaciones y recomendaciones, entonces es meritorio que no recurra a eufemismos y que apunte al difícil momento del país con el desbordamiento de la violencia delincuencial y con los niveles altísimos de impunidad. Lamentablemente no podemos hablar de Estado de derecho en un país donde hay una impunidad superior al 90 por ciento”.

- ¿Esto puede ser una señal de que la CNDH podría quedar débil?

- Ese es el riesgo que se advierte desde diversas instancias de la sociedad civil. Hay una línea de comportamiento de parte del gobierno para tratar de alinear a todas las fuerzas políticas. El resultado electoral de la elección general le entregó un poder con una alta legitimidad al jefe del Ejecutivo y al poco tiempo le entregó una presencia sustantiva en el Congreso de la Unión de los estados y algunas gubernaturas, pero como este gobierno esta con un proyecto que asume como histórico que es el de llevar a México a una cuarta transformación, no está dispuesto a que haya obstáculos institucionales o sociales. Lo que hemos visto es una manera de poner de lado, de neutralizar a las fuerzas políticas o sociales que van en sentido distinto.

“El ombudsperson lo señala al hablar de dificultades de los órganos autónomos, eso se ha estado viendo y es el propio jefe del Ejecutivo el que se ha encargado de impugnar y criticar a estos organismos de creación incipiente. Son productos de los últimos años y de una lucha democrática como el INE y el INAI, entonces hay que estar atento al proceso por el cual se va a elegir al próximo presidente nacional. Lo percibo con pesimismo, difícilmente llegará alguien que no esté en esa línea. Eso es una mala noticia para los derechos humanos”.

FALLÓ LA CNDH: ACUÑA

Para la doctora en ciencias sociales, Ivonne Acuña, las críticas que ha vertido el presidente Andrés Manuel López Obrador contra la CNDH es porque el organismo defensor de derechos humanos le falló a la ciudadanía.

A ello se suma que forma parte del antiguo régimen, que él ha prometido desmontar.

“Hay la intención del presidente por desmontar un sistema, no por algo ofreció un cambio de régimen con grupos de la sociedad civil, organismos autónomos, con ciertos procesos de la sociedad, los partidos, los políticos, de desmontar lo que había, va en ese sentido”.

Al preguntarle sobre si los cuestionamientos no pondrían en riesgo el trabajo de la CNDH, respondió que en realidad la comisión no ha cumplido el papel que debería hacer.

“El problema es que la comisión en sentido estricto tiene la obligación de proteger a la ciudadanía en contra de los abusos del Estado pero lo que vimos desde su nacimiento fue más bien lo contrario. El otro problema es su naturaleza, no tienen instrumentos para sancionar a gobernantes que violan derechos humanos, por ahí va el cuestionamiento, que en sexenios pasados ha habido muchas violaciones de derechos humanos y no ha habido una postura del ombudsmperson.

“Eso no quiere decir que no se pueda modificar a esa institución y que no sea necesaria. El fin último de su existencia tiene que ver con la ciudadanía y los abusos que sufre por parte del Estado y del gobierno. El presidente prometió y hasta el momento ha cumplido que en su gobierno no ha habido esos abusos y él no va a estar en los siguientes sexenios, hay que preservar la función de la CNDH”, dijo la experta en sistema político mexicano.

- ¿Se corre el riesgo de que quede debilitada?

- Haría bien el presidente en fortalecerla. Entiendo que haya cuestionamientos y él desde el inicio avisó que iba a usar su derecho de réplica cuando hubiera critica de los medios de comunicación y diversos actores, pero es una oportunidad para que se busquen los mecanismos para fortalecerla, que el Poder Legislativo revise sus funciones, que tengan más fuerzas sus recomendaciones y no quede solamente como eso. Que las autoridades digan qué atiende o no. Debe fortalecerse y no desaparecerse en ninguna forma, concluyó.

HISTORIA DE DESENCUENTROS

Desde que llegó a Palacio Nacional, López Obrador ha golpeado severamente a los órganos autónomos particularmente a la CNDH, desde materia presupuestal hasta en el discurso.

El primer gran choque vino luego que Andrés Manuel cancelara los recursos para las estancias infantiles, argumentando corrupción en el programa y la existencia de “niños fantasma”. Entonces, la CNDH envió una recomendación al gobierno de México, donde calificó asta decisión como violatoria los derechos humanos de madres trabajadoras y padres solos, así como de los menores.

Al respecto, la administración Lopezobradorista rechazó la recomendación llamándola una “aberración inaceptable”, asegurando que la cancelación de las estancias infantiles no significa una violación a los derechos humanos y acusando a la CNDH de ser “un instrumento de simulación para mantener la impunidad del régimen de injusticia, corrupción y privilegios”.

Por si fuera poco, el gobierno de México –a través de la Secretaría del Bienestar– señaló a la CNDH de no exigir justicia en casos como el de Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, en el sexenio de Enrique Peña Nieto; y en el caso de la Guardería ABC en el de Felipe Calderón.

Entonces, la CNDH repudió el rechazo a la recomendación detallando que esta “revictimiza” a los afectados y lamentó que dicha negativa está “basada en elementos ideológicos o políticos”. Además, este órgano autónomo emitió recomendaciones en cada uno de los casos de violaciones de Derechos Humanos citados por la 4T.

Luego, cuando el presidente propuso la creación de la Guardia Nacional como una fuerza del orden para parar la violencia en el país, la CNDH calificó la propuesta como una respuesta “parcial, incompleta y sesgada”, que “genera el riesgo de que se vulneren derechos humanos, no garantiza terminar con la impunidad, debilita nuestra institucionalidad civil y democrática”.

La CNDH, además, promovió acciones de inconstitucionalidad contra la Guardia Nacional, hecho que fue calificado por el presidente como un acto de hipocresía: “no tiene mucha autoridad moral porque guardaron silencio cuando el Estado era el principal violador de derechos humanos”.

González Pérez respondió que el objetivo de la CNDH no es confrontarse, sino ser un contrapeso sano, señalando las palabras de Andrés Manuel López Obrador como preocupantes.

Otro enfrentamiento vino cuando el presidente firmó un memorándum dirigidos a las Secretarías de Gobernación (Segob), de Educación Pública (SEP), de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para dejar sin efecto las medidas de la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, esto antes de que pudiera cancelarla.

En consecuencia, la CNDH llamó al presidente a cumplir la Constitución y rectificar dicho memorándum y llamado a sus miembros del gabinete, pues pone en riesgo los derechos de niñas, niños y adolescentes.

El presidente no rectificó, el tema pasó cuando el Congreso, en efecto, canceló dicha reforma.

Una polémica más sucedió cuando Andrés Manuel no asistió a la presentación del informe anual de actividades de la CNDH ante la Presidencia de la República, en lo que este órgano autónomo llamó un “hecho inédito”, y en su lugar se presentó la titular de la Segob, Olga Sánchez Cordero.

Antes las críticas, golpeteos y desaires del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la CNDH, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respaldaron a este órgano autónomo.

“Es preocupante que a través de declaraciones públicas, el titular del poder ejecutivo federal desacredite la independencia de una institución nacional de derechos humanos”.

La ONU, además, se dijo preocupada por el impacto que las declaraciones pueden tener en la sociedad y en las personas defensoras de derechos humanos. Asimismo, le recordaron López Obrador que todo servidor público está obligado a responder a las recomendaciones de la CNDH.

El origen de la CNDH y el coqueteo con el poder

 

La CNDH como la conocemos nació en 1992, luego del asesinado de Norma Corona Sapién, defensora de los derechos humanos en Sinaloa. La mujer investigaba una serie de asesinatos en dicho estado entre miembros del crimen organizado y la colusión de las autoridades.  

Norma descubrió que esta disputa era entre Héctor “El Güero” Palma y el venezolano Eduardo Clavel, a la vez que la Policía Judicial Federal estaba involucrada directamente en estos crímenes. Esto derivó que Corona Sapién fuera asesinada por un grupo de policías judiciales en la nómina del narcotráfico.

Así, en palabras del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, la CNDH “surgía con la intención fundamental de esclarecer la muerte de Norma Corona y, al mismo tiempo, con el proyecto de acabar con las violaciones a los derechos humanos en el país”.

Norma Corona

Esto debido a que, como refiere la revista Nexos, “no se podía utilizar el Poder Judicial de la Federación como ancla para la protección de los derechos humanos pues los jueces federales y locales respondían a los incentivos de un régimen autoritario y estaban, en muchas ocasiones, coludidos con quienes perpetraban estas violaciones”.

Jorge Carpizo McGregor fue el primer presidente de la CNDH, lideró la organización autónoma luego de ser rector de la UNAM, sin embargo, tras tres años al frente de esta ocupó espacios en el gabinete de Salinas de Gortari, primero como procurador general de la República, luego como secretario de Gobernación.

El sucesor de Carpizo McGregor fue Jorge Madrazo Cuellar, quien tuvo un paso similar. Luego de estar al frente de la CNDH por tres años, fue titular de la Procuraduría General de la República (PGR) durante el sexenio de Ernesto Zedillo.

Otro de los polémicos presidentes de la CNDH fue José Luis Soberanes, quien encabezó este órgano autónomo de 1999 a 2009. Fue criticado por Human Right Watch, calificando como “lamentable” y “pobre” su defensa de derechos humanos.

En tanto, Luis Raúl González Pérez ha jugado un papel de contrapeso desde la CNDH, quizá el más visible desde la creación del organismo.


rgg