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“La educación mexicana tiene una deuda pendiente con afromexicanos”: Nadia López

Autora de primera tesis sobre educación afromexicana en la UNAM lamenta haberse ofendido cuando la llamaron “africana”

Escrito en NACIÓN el

Cuando Nadia viajó a España, como parte de sus estudios en la UNAM, alguien le dijo “tú eres africana”, la frase la ofendió en ese momento. Proveniente de la mixteca, la hoy autora de la primera tesis sobre la enseñanza de la tercera raíz en el sistema educativo mexicano admite que ese fue un impulso para escudriñar sobre una parte de ella que desconocía o, mejor dicho, había ignorado.  

“En el imaginario colectivo, a la población con rasgos africanos se le mira muy mal. Cuando esa niña me dijo esto, me sentí muy mal, pero tiempo después pensé que sentí eso desde una parte de racismo. El racismo en nuestro país está muy internalizado, tanto, que no nos damos cuenta. Yo decía ‘yo pertenezco a un pueblo originario, yo no puedo ser racista’, pero lo cierto es que sí, lo fui conmigo misma”. 

Nadia López García es autora de la primera tesis, en Universidad Nacional Autónoma de México, que explora la forma en que la tercera raíz del mestizaje mexicano ha sido ignorada por el sistema educativo mexicano, uno en el que, hasta hace poco, también se ignoraba a las comunidades indígenas.

En entrevista con La Silla Rota, la también poeta mixteca asegura que la educación en México siempre ha buscado legitimar el discurso del gobierno. “La educación se usó como un discurso que legitimaba un pensamiento que veía de otra cosa más grade, que tenía que ver con la idea de estado-nación”, asegura. 

En su tesis, Nadia identificó tres factores que, en conjunto y sistemáticamente, lograron invisibilizar la raíz africana que vive en muchos mexicanos. El primero, asegura, fue el intento del gobierno por generar una idea de nación a través de factores que no fueran religiosos, sino que apelaran al “nacionalismo de la raza mexicana”. 

“La idea del estado-nación mexicano se inició antes que (José) Vasconcelos llegara a la SEP, pero cobra fuerza cuando esta se institucionaliza. Hubo una idea muy remarcada que tiene que ver con una sola idea de lo que es el mexicano, una sola idea de identidad […] la educación nacionalista tendía, entonces, hacia la construcción de un mexicano ideal”.

Como en la construcción de ese “mexicano ideal” no se contemplaba la raíz afroascendente, la información sobre ésta es escaza, así como la información que se brinda a los docentes del nivel básico sobre ella; esos son los otros dos factores que la hoy pedagoga identificó como la causa de que la tercera raíz haya sido ocultada en el sistema. 

“Todas las instituciones que hoy elaboran planes de estudio, libros de texto, hemos crecido en ese desconocimiento. Muchas personas que crearon libros de texto, cuando las entrevisté me dijeron que no se abordaba de manera profunda el tema porque no había mucha información al respecto”. 

LA NECEDAD DEL ORIGEN

Aunque Nadia nació en la mixteca oaxaqueña, vivió una parte importante de su niñez en el Valle de San Quintín, en Baja California, una zona conocida por ser núcleo de migración de comunidades mixtecas, triquis y mepas y donde ella adquirió el español como primera lengua. Con la lengua venida de Europa aprendió a nombrar, a leer y a escribir.

A los ocho años, Nadia volvió a Oaxaca a su pequeña comunidad mixteca.

“Yo no aprendí la lengua mixteca desde bebé, fue ya grandecita, la hablé bien hasta los 15 años. Cuando me preguntan cuál es mi lengua materna, tendría que decir, por teoría, que es el español; pero la lengua de mi madre es el mixteco, ella me cantaba en mixteco desde que estaba en su pancita, por eso digo que mi lengua materna es el mixteco”.

El pasado 22 de septiembre, Nadia escribió un tuit donde presumía su título como pedagoga y dedicaba unas palabras a su madre, quien tuvo que dejar la escuela primaria en la sierra oaxaqueña por no saber hablar español de manera fluida. Su madre, incluso, tiene marcas físicas y emocionales de la discriminación y el maltrato que vivió.

“Mi mamá, desde niña, quería ser enfermera. En el pueblo no había médico, pero iban las enfermeras a poner la vacunación y ella decía que quería ser de esas muchachas que iban a poner las gotitas. La idea de mi mamá era que, si ella no lo logró, por no saber hablar español, por lo menos yo lo lograra, y ella no me hablaba en mixteco”.

Nadia tiene tres libros publicados, además de su tesis, entre ellos, uno de poemas que se redactaron junto con niños migrantes de la mixteca oaxaqueña, titulado Tikuxi Kaa. El tren. Cuando ella comenzó a escribir poesía en mixteco, su madre le preguntó cuál era “la necedad” de seguir con una lengua que a ella le causó tantos problemas. 

LA TERCERA RAÍZ OCULTA

El padre de Nadia y sus hermanos, alguna vez en la vida, como cientos de mexicanos, sufrieron burlas por el aspecto de su nariz, a veces por su color. Nadia misma tiene el cabello rizado, pero su abuela paterna vivió violencia al lado de quien fue su marido y nuca quiso hablar de él, de cómo era, de sus orígenes en Veracruz, hasta ahora.

Cuando a Nadia le dijeron “africana”, ella pensó que, viniendo de una historia de migración y de un pueblo originario, de la sobrevivencia a la discriminación por la lengua que se habla, debía investigar sobre esa tercera raíz que, evidentemente, existe en su familia. 

“Inicialmente, yo iba a hacer una tesis que tuviera que ver con migración, pero, por parte de mi línea paterna, mucho tiempo no supimos mucho de mi abuelo paterno. Mi abuela cuenta que la golpeaba, era un mujeriego. Nunca nos habló de él”.

Con su tesis, Nadia no solo reivindicó el sueño de su madre por la educación, sino a su raíz africana que permaneció en el olvido. Nadia es un nombre común entre los migrantes africanos en el mundo, afirma.