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¿La economía se maneja desde Palacio Nacional?

En 1973, Hugo Margáin renunció a la SHCP y entonces la economía se manejó desde Los Pinos, lo que provocó crisis, afirma un columnista

Escrito en NACIÓN el

En mayo de 1973, Hugo Margáin renunció a la SHCP por sus discrepancias con el gobierno de Luis Echeverría, quien declaró que la economía se maneja desde Los Pinos.

La razón oficiosa de su salida fue que se “cayó de un caballo”; sin embargo, el motivo fue en realidad que a Margain “se le ocurrió proponer una reforma fiscal para reequilibrar las alicaídas finanzas públicas”, cosa que contravenía al dicho el entonces mandatario mexicano, recuerda Enrique Campos Suárez en una columna.

Ronald Reagan y Hugo Margáin (Especial)

Fue entonces que Echeverría decidió nombrar José López Portillo, su amigo de la infancia, como nuevo secretario de Hacienda, “y sabemos muy bien el desastre que armaron esos dos personajes con la economía y la estabilidad de este país”, señala la columna publicada en El Economista. 

José López Portillo y Luis Echeverría (Especial)

Campos Suárez recuerda que en las décadas de los 70 y 80, la economía mexicana se manejaba desde Palacio Nacional. Sin embargo, el manejo financiero por políticos “con escasa idea” acabó por provocar graves crisis económicas que hasta la fecha se siguen pagando.

Mucho ha avanzado la institucionalización del manejo fiscal y monetario del país desde esos tiempos. Hay un servicio profesional de carrera, hay autonomía del Banco de México. Pero siempre habrá espacio para las tentaciones absolutistas que quieran regresar el control del manejo económico a los intereses personalísimos de un gobernante que no sepa”, dice la columna de Campos Suárez, quien reconoció que, en los últimos cuatro sexenios los mandatarios han dado espacio a sus titulares de Hacienda.

Ernesto Zedillo le dio un espacio tal a su primer secretario de Hacienda que cometió el error de diciembre. Sin embargo, a este presidente “se le debe la autonomía del Banco de México entre muchas otras mejoras económico-financieras en el país”.

Vicente Fox hizo lo mismo con Francisco Gil Díaz, “quien tuvo que hacerse de su lugar portando su carta de renuncia bajo el brazo todo el día”, y que “logró tanta independencia que se le consideraba como una especie de vicepresidente”.

Mientras que Felipe Calderón al nombrar a Agustín Carstens como secretario de Hacienda dio “un mensaje de enorme solidez, porque este reputado personaje no se iba a dejar presionar con fines político-electorales”.

Por su lado, Enrique Peña Nieto nombró a Luis Videgaray, un hombre cercano a él, como secretario de Hacienda. “Ciertamente se notó un manejo, digamos, holgado de las finanzas públicas que acabó por descomponer los equilibrios”.

Pero su siguiente secretario, José Antonio Meade, “rebalanceó rápidamente las finanzas”.

En su columna, Campos afirma que no se puede perder la autonomía en el manejo fiscal, pues de no ser así se tendrán respuestas negativas de los mercados.

Quien quiera que llegue a la Secretaría de Hacienda deberá tener la autoestima suficiente como para no aceptar malos consejos desde la Presidencia. De lo contrario, los mercados los castigarán literalmente en segundos y con consecuencias nefastas para todos”, lanzó.

LA RENUNCIA DE URZÚA EN TIEMPOS DE LA 4T

Este martes, Carlos Urzúa renunció a su cargo en la secretaría de Hacienda y Crédito Público por medio de una carta publicada en sus redes sociales donde acusa de “imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

“Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o izquierda”, dice su carta.

cmo