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“La Diva” y “El Capi”, los macacos que le mostraron al ser humano por qué pueden bailar

La investigación del Instituto de Neurobiología demuestra que los primates pueden seguir ritmos sencillos

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Los macacos pueden seguir ritmos sencillos y, además de hacerlo a través de su canal auditivo, estos primates también pueden hacerlo en otras regiones de su cerebro, reveló un estudio realizado por científicos del Instituto de Neurobiología (INb). “La Diva” y “El Capi” son los primates utilizados en la investigación encabezada por Hugo Merchant.

En el ser humano, que cuenta con un sistema más complejo de interconexiones y de procesamiento de información, dichas zonas del cerebro son las encargadas de brindar la capacidad de bailar.

El trabajo demuestra que en cualquier conducta compleja las cortezas sensoriales primarias -la visual, la táctil o las de asociación-, las de carácter multimodal, así como las motoras y premotoras cerebrales, interactúan a través de una sincronización rítmica.

La investigación del INb es de las pocas que se realizan en el mundo en cuanto al tema.

LAS PRUEBAS

De acuerdo con el líder de la investigación a “La Diva” y “El Capi”, dos Macaca Mulata, se les colocaron electrodos para realizar las mediciones de sus señales neuronales al ser expuestos a un ritmo sencillo pero persistente.

Registramos la actividad en las cortezas premotoras y encontramos una señal precisa muy fuerte… esto significa que pueden seguir un ritmo sencillo. Es un metrónomo isócrono que tiene un solo intervalo de tiempo, como una marcha de uno-dos, uno-dos”, expone Merchant.

“Primero, los monos hicieron la tarea con metrónomos auditivos y también con metrónomos visuales; de hecho, son mejores con los últimos en su conducta rítmica. En cambio los humanos son mucho mejores con metrónomos auditivos, lo cual indica que nuestro sistema audiomotor es mucho más eficiente y complejo que el de los macacos”, detalla.



Cabe destacar que las bases involucradas en este proceso aún son desconocidas, sin embargo el trabajo permite buscar un camino que evidencie la estrecha comunicación entre las cortezas auditiva y las premotoras.

El científico explica que dentro de los esquemas de medición el radio de la trayectoria neuronal aumenta en función del tempo del metrónomo, lo que dibuja pequeños círculos para un ritmo rápido y grandes para un ritmo lento. Sin embargo se mueven a la misma velocidad.

PLOS Biology es la revista en donde fue presentado el hallazgo -el pasado 8 de abril- de los científicos del Instituto de Neurobiología. La investigación ha llamado la atención de expertos en el mundo ya que sugiera la existencia de un reloj poblacional en la corteza cerebral que permite al ser humano captar un ritmo y seguirlo motoramente, al ritmo de la música que se toca con diferentes velocidades.




djh