Main logo

Inicia el cruce de migrantes hacia EU; coyotes “afilan colmillos”

Este viernes, EU dio la bienvenida al primer grupo de 25 migrantes que, como decenas de miles más, quedó varado durante meses en la frontera mexicana

Escrito en NACIÓN el

Impotente, "Fernando" evita llorar frente a sus dos hijas (de 5 y 10 años respectivamente) porque en estos momentos no puede darles una mejor vida de la que tenían en su país de origen. "¿Cuándo vamos a llegar a Estados Unidos papá?", le preguntaron ayer, la semana pasada, el año pasado y hoy también. Esta familia huyó de Venezuela, dice, por las mismas razones que muchos otros; pero al llegar a México su vida pasó de ser independiente a dependiente y se convirtió en parte de las 70 mil personas que esperan un sí oficial de la nueva administración Biden para recibir el estatus de asilo y poder continuar su vida en Norteamérica.

Este viernes, luego de que Joe Biden, presidente de EU anunciara el reinicio del proceso para que 25 mil solicitantes de asilo devueltos a territorio mexicano por el Protocolo de Protección de Migrantes (MPP, en inglés), el país norteamericano dio la bienvenida al primer grupo de 25 migrantes que, como decenas de miles más, quedó varado durante meses en la frontera mexicana.

Aunque se estima que la anterior Administración expulsó a México a cerca de 70 mil solicitantes de asilo desde que comenzó el programa en enero de 2019, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) precisó que en este momento en el programa son elegibles 25 mil.

DE VENEZUELA A COAHUILA

El último año no ha sido fácil para ellos ni para una comunidad de 400 venezolanos que bajo el programa “Quédate en México” cuentan los días para salir de Piedras Negras, Coahuila, entidad localizada al norte de México y que limita con el estado de Texas en Estados Unidos. Una tierra que hace una década fue territorio del crimen organizado con el cártel de Los Zetas.

"Creo que a Estados Unidos la pandemia le cayó como anillo al dedo porque frenó nuestros trámites de asilo”, dice. Tenían pocas semanas de haber llegado a México cuando recibieron el anuncio del ex presidente Donald Trump y se vieron obligados a permanecer aquí mientras las autoridades en EUA les resolvían la viabilidad o no, de su petición. Así que “Fernando” y su familia ha pasado más de doce meses encerrados en cuarto de 3 metros de largo por 4 de ancho, donde sólo caben dos colchones: uno para las niñas y otro para sus padres. Un espacio donde cabe un pequeño baño mientras que la cocina debe ser compartida con los vecinos de otros cuartos.

 

“Uno como pilar de la familia y como hombre llora en silencio; te da impotencia y es muy traumático pasar por esta situación. Los primeros meses fue más frustrante porque no tuvimos una oportunidad”, relata. “Recibimos ayuda de unas personas de la iglesia cristiana. Nos llevaban mandado y agradecemos la ayuda; pero no estábamos acostumbrados a que nos regalaran, así que uno llora por dentro para no demostrarle las lágrimas a los hijos porque si tú te desplomas, ellos se pondrían peor".

"Fernando" (cuyo nombre es ficticio por razones de seguridad) relata su historia en una entrevista telefónica a contrarreloj pues el "apagón eléctrico" en la zona norte del país afectó a Coahuila; por eso debe cuidar su batería y administrarla en caso de registrarse otra variación eléctrica de largo alcance.

"Llegamos aproximadamente hace un año y solicitamos el asilo con el enlace municipal de Piedras Negras. Llegamos a México con mucho temor aunque el "coyote" nos dijo que sería muy fácil ingresar a Estados Unidos; mi esposa y mis niñas estábamos muy atemorizados. Aquí no conocíamos nada y la verdad es que sí hay mucho peligro. Fue muy duro y traumático para nosotros por no estar acostumbrados a deambular en otro país".  

La primera vez intentaron ingresar a México por la CDMX, pero no lo lograron. Por avión les regresaron a Colombia. "A Venezuela no podíamos regresar, estábamos huyendo por presiones políticas; quienes cuestionamos al gobierno y su dictadura se nos tacha de activistas. Por alzar la voz y pensar distinto, eso nos puede costar la vida allá. Por esa razón me secuestraron, me golpearon, amenazaron y lamentablemente tuve que abandonar todo aquello que tenía y por lo que trabajaba", dice refiriéndose a su vida como profesionista.

"Nosotros no tenemos una historia de pobreza como los centroamericanos o los hondureños. Allá teníamos algunas comodidades en comparación a cómo vivimos hoy; y dejarlo todo para venir aquí a las calles, como un mendigo con dos niñas y mi esposa, es duro. Aunque se dice que Piedras Negras es la ciudad más segura de la frontera no es cierto. Aquí ya no hay Zetas, pero los Zetas son la policía. Y esto está gobernado por ellos: todo el tiempo te están atemorizando. Uno tiene que mantenerse oculto a pesar de tener papeles del gobierno mexicano con una forma migratoria; te dicen que puedes hacer tu vida normal, pero si te agarra la policía es como si no tuvieras papeles", describe.  

Para no exponerse a la vista de ellos, “Fernando” se vio en la necesidad de limitar la búsqueda de trabajo formal a cambio de "chambitas". Por eso ha sobrevivido de día como pintor de casas y de noche como guardia de seguridad en un bar; trabajos de paso y con bajos ingresos que le permiten pagar la renta del cuarto que habitan (por cuatro mil pesos mensuales) y destinar otra cantidad similar o menor en alimentos.

"Cuando yo salgo a trabajar por la noche mi esposa y mis niñas deben quedarse encerradas mirando televisión. De día también porque ellas no pueden ir a la escuela por nuestra circunstancia, independientemente de la pandemia. Para mí es difícil ver que crecen sin ningún tipo de educación”.

"Papá ¿Porque no podemos ir a la escuela?" es otra de las preguntas que "Fernando" escucha y no responde porque la realidad es que no sabe qué decirles; solo cruza los dedos para que en abril las autoridades Norteamericanas acepten otorgarles el estatus de asilo tras el anuncio del presidente Joe Biden para reiniciar los trámites que fueron congelados por su antecesor.  

LA CITA POSPUESTA

Ya en México las autoridades municipales permitieron a esta familia llegar al CVP (patrulla fronteriza) donde fueron llevados a la estación migratoria de Estados Unidos. En un día realizaron los trámites correspondientes, sus datos fueron ingresados al sistema norteamericano y se les asignó una fecha para asistir a la Corte de aquel país. Y aunque la cita que recibió fue para el 25 de marzo 2020, la pandemia por el coronavirus prorrogó su ejecución. "Ahora será el 8 de abril”, dice.

El anuncio del presidente Biden les causó emoción y esperanza para retomar el proceso legal que les permita, ahora sí, cambiar su vida radicalmente. "Dios hace las cosas por algo. Pero yo sé que tendré la oportunidad de llegar a Estados Unidos y darles un nuevo futuro a mis hijas, con una mejor calidad de vida y salir de esta pesadilla".

COYOTES AFILANDO EL COLMILLO

Daniel Berlín, subdirector de Asylum Access México, conoce de primera mano estas historias en la frontera norte pues ahí se localiza la oficina que tiene esta ONG en Tijuana, Baja California.

En el último año las anécdotas que puede relatar son muchas. Pero la primera y más importante es que a la fecha no hay una cifra exacta de cuántos migrantes esperan en México una respuesta de asilo en Estados Unidos. "El gobierno norteamericano dice que pudieran ser hasta 25 mil personas con casos abiertos en CVP. Pero la realidad es que muchos de ellos han sido devueltos a sus países, han regresado de manera voluntaria o se quedaron en otras partes de México. El presidente de México informó que era un promedio de 6 mil personas. Realmente no sabemos cuántos de todos ellos sean elegibles para quedarse en Estados Unidos".

El 29 de enero La Silla Rota publicó un reportaje sobre las condiciones en que viven un promedio de 70 mil personas que esperan en México el aval de las autoridades migratorias norteamericanas para vivir en ese país en calidad de asilados.

Hace unos meses el informe “En la boca del lobo” -en el que participaron diversas organizaciones- documentó cómo sobrevive este sector de la población migrante en la zona norte de México: tolerando por necesidad vejaciones sexuales, violencia física, verbal, desempleo, discriminación, violaciones a sus derechos humanos y sin derecho a una vida digna.

En aquella ocasión Alejandra Macías, titular de Asylum Acces México, fue tajante al señalar que el gobierno del presidente López Obrador tenía que poner fin a ese infierno toda vez que cuando el gobierno de la 4T aceptó la propuesta del ex presidente Trump para que este sector de la población esperara en México, el titular del Ejecutivo se comprometió a garantizar el acceso a sus derechos, situación que no sucedió.

Berlín afirmó que a pesar de que hay comunicación constante con las autoridades norteamericanas, al final del día la información es imprecisa porque no se ha determinado de manera concreta y específica cómo funcionará el programa que el presidente Biden anunció, reiniciará el 19 de febrero.

"Hay muchos rumores por todas partes, nosotros sólo podemos decir a nuestros usuarios espera, espera, espera hasta tener más información concreta.

"Mientras que los ‘coyotes’ (traficantes de personas en la frontera) nos rebaten diciéndoles cosas muy concretas basadas en información falsa para que no esperen y crucen con ellos a Estados Unidos. Saben que la población refugiada y solicitante de asilo a EUA está en una situación muy dura, en medio de la desesperación por no tener respuestas concretas. Entonces al final del día ellos ya no saben a quién escuchar".

Lo que es un hecho, afirma, es que Estados Unidos solo revisará las solicitudes de quienes tienen ya un proceso abierto; y precisa que quienes no lo tienen, no serán elegibles en este momento. Y a ellos los ‘coyotes’ les invitan a cruzar ya la frontera vendiéndoles la ilusión de una falsa amnistía. "Es otro rumor”, subraya Berlín, “a quienes ingresaron ya de manera ilegal la frontera con Estados Unidos también hemos escuchado rumores de que los invitan a regresar de manera irregular a México para que puedan regresar a Estados Unidos con la nueva política de Biden. Obviamente eso no tiene ningún sentido para nadie, pero lo hacen”.

LA ÚNICA CERTEZA

Por ahora solo se sabe que el gobierno norteamericano reactivará el 19 de febrero este programa en tres puertas limítrofes con la frontera mexicana: Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros. Y estimó que, numéricamente, será poca la población que en este momento resuelva su situación jurídica de asilo en Estados Unidos.

"Habrá muchas personas que no califiquen para la protección en Estados Unidos; pero México sigue siendo una opción para quienes necesitan protección eficaz en ciertos lugares. La ley mexicana es más abierta que la estadounidense en cuanto a protección y asilo para quienes huyen de la violencia generalizada. A diferencia de Estados Unidos donde deben probar una persecución particular", explicó.

Mientras tanto miles de migrantes esperan en la frontera del norte de México, sea en campamentos, cuartos o departamentos; otros, continúan acercándose geográficamente hacia el sur de EUA aunque no deban hacerlo. Berlín explica por qué; “tenemos entendido que habrá un programa de instituciones internacionales con el gobierno de México para facilitarles transporte seguro a quienes califiquen su trámite se asilo. Pero como no todos tienen la información completa, están tomando decisiones por su propia cuenta; y tiene sentido”, dice. “Si fuera yo, también tomaría la decisión con la información que tengo".

LOS PRIMEROS EN PASAR

El grupo fue elegido por su alta vulnerabilidad por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), dijo a Efe el dirigente Alex Mensing, de la organización Pueblo Sin Fronteras.

Los migrantes, quienes pasaron por las pruebas médicas para detectar la covid-19, uno de los requisitos establecidos, cruzaron aproximadamente a las 8:00 hora local por el puerto de entrada de San Ysidro a bordo de un autobús de la Organización Internacional de Migrantes (OIM), también dependencia de la ONU, agregó por su parte Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos, en San Diego.

Tras cruzar la frontera, los 25 solicitantes de asilo fueron llevados a la salida estadounidense de la garita Peatonal Oeste (PedWest), que, aunque fue cerrada por la pandemia, en esta ocasión abrió la sección de oficinas para tramitar el ingreso de los migrantes.

En Estados Unidos les aguardó una red de por lo menos un centenar de organizaciones llamada The California Welcoming Task Force.

Esa coalición proporciona al cruzar a California todo tipo de asistencia a los migrantes que estaban en MPP, desde alojamiento temporal y revisiones de salud a representación legal y pago de pasajes a los lugares donde los migrantes tienen familiares y conocidos que les puedan ayudar en su estancia en Estados Unidos.

El citado grupo de bienvenida a California envió este viernes a personas para repartir volantes entre los migrantes que se congregaron al lado mexicano de la frontera con información que incluye la dirección de internet en la que Acnur recibirá su solicitud de pasar a EE.UU. (https://conecta.acnur.org/).

El procedimiento establecido es que los migrantes deben ingresar a la página en línea, llenar un cuestionario, y posteriormente funcionarios de Acnur les contactarán de acuerdo con los requisitos de casos abiertos en MPP y su situación de vulnerabilidad.

Esta es la primera vez desde que comenzó MPP en enero del 2019 en la que los migrantes que solicitan asilo y pasan a Estados Unidos no son enviados a centros de detención, tampoco tendrán que pagar fianzas para lograr la libertad condicional ni tendrán que usar grilletes electrónicos.





DUERMEN A LA INTEMPERIE PARA RETOMAR TRÁMITES

Decenas de migrantes nacionales y extranjeros, entre los que hay menores de edad, durmieron a la intemperie, frente a la garita El Chaparral en Tijuana, con la esperanza de que este viernes puedan reiniciar y, en otros casos, retomar sus trámites de asilo político en Estados Unidos.

Con mochilas, maletas y sus documentos, los migrantes de México, Centromérica, África, Haiti y cubanos comenzaron a llegar a la garita desde la mañana del jueves.

Acudieron motivados por el anuncio de que este viernes Estados Unidos comenzará a recibirlos de nuevo; algunos tenían cita en la Corte, otros fueron para obtener respuestas a sus dudas sobre el reinicio de actividades y algunos más, recién llegados a esta frontera, no sabían ni siquiera por dónde empezar.

Por la madrugada la temperatura descendió a menos de 10 grados centígrados, pero el grupo de migrantes no se movió y siguió aumentando. 

El director de Atención al Migrante del municipio de Tijuana, José Luis Pérez Canchola dijo que la espera en la garita El Chaparral no tiene ningún sentido: "van a sufrir el frío de estos días, pero no hay ninguna garantía. La única garantía es el registro electrónico", comentó en entrevista.

Añadió que ese enlace electrónico ya lo tienen los albergues pero desgraciadamente la información no ha llegado a todos los solicitantes de asilo y priva el desconocimiento del proceso ahora que reinició en medio de la pandemia. 

Además en Tijuana solo está contemplada la atención de 25 casos diarios de los 300 que serán recibidos a largo de toda la frontera norte, cuando hay aproximadamente 25 mil personas bajo el Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), que son quienes podrán reiniciar su trámite de solicitud de asilo.

Cruzarán la frontera únicamente las personas que ya tienen cita ante los tribunales migratorios de Estados Unidos.

ESPERA INFRUCTUOSA 

Yaddiel Alvarez Fleitas, cubano de 23 años de edad tiene más de un año en Tijuana esperando ser recibido por las autoridades migratorias norteamericanas.

“Dicen que una representante de migración del gobierno mexicano está del lado de allá y es la que va a traer respuestas”, comentó

Yaddiel no se registró en la lista que los migrantes organizaron y funcionó antes de la pandemia para tener un turno de atención y presentarse de manera organizada conforme hubieran llegado a esta ciudad, pero no cree necesitarla.

Y quizá tenga razón porque al menos eso le dijeron a otros migrantes, como al hondureño Melvin García, quien busca reabrir su caso, cerrado porque perdió una cita en la Corte a causa de una confusión con el horario en el que debía presentarse, 

Otras familias llegaron a la garita desde el miércoles por la noche y confundidas por la falta de información hablan de que permanecerán en el cruce fronterizo hasta tener respuestas.

Mientras tanto, niños y niñas juegan en la explanada frente a las enormes letras que forman el nombre de esta ciudad, casi ajenos a la travesía migratoria que no parece tener fin.

Apenas se acerca alguna autoridad al portón,  los migrantes se arremolinan para saber si hay alguna novedad, se alejan cuando les dicen que nadie será atendido sino hasta este viernes a partir de las 7:00 a.m. pero nadie se mueve de allí.

“Tenemos que esperar. Si antes no teníamos esa oportunidad, esa esperanza, ahora la tenemos. Hay que ser pacientes”, comentó Yaddiel.



(djh)