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Identidad digital, el proyecto ambicioso de México

Con un sistema de datos digital es posible incorporar al sistema financiero un mayor número de personas, además de brindarles servicios de salud y educación.

Escrito en NACIÓN el

Hace poco, México comenzó con una serie de iniciativas para desarrollar una base de datos sustentadas en sistemas biométricos, dependencias gubernamentales como el Seguro Popular y la Secretaria de Relaciones Exteriores e instituciones financieras como las afores y algunos bancos, ya cuentan con este sistema.

 

La implementación de este sistema trabaja bajo un objetivo, se trata de la necesidad real, ya que se pretende crear una base de datos con identidades digitales que contenga el 100% de la población mexicana, lo que garantizaría el derecho a la identidad en el país  y daría paso a una cobertura global en salud y educación.

 

La necesidad de contar con esta base de datos es indispensable en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) , pues México es el único país que no cuenta con el registro de sus ciudadanos. La falta refleja  que sus ciudadanos aun se encuentran en el umbral de la economía digital. Por un lado están las personas incorporadas al sistema financiero a los servicios de salud y educación  y por otro aquellos que ni siquiera tienen una identidad asignada.

 

Hay mucho por hacer en cuanto al tema de registro, muestra de ello es el porcentaje (7%) de niños mexicanos que no tienen una acta de nacimiento, según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef),.

 

El proyecto es bastante ambicioso y ya está encaminado, sin embargo, hace falta voluntad política para completar las listas de quienes cuentan con el registro y quien no tienen como identificarse.

 

Para comenzar con este nuevo esquema de registro se necesita hacer uso de un sistema biométrico avalado, capaz de generar una identidad única, estable y permanente y tenga validez en el tiempo. Además de garantizar un sistema seguro, de lo contrario los resultados serian fáltales por la vulnerabilidad ante robo de identidades y fraudes.

Después de que se tengan las biometrías capturadas, viene un proceso de certificación de la identidad con datos biográficos que ya se tienen  trabajados, posteriormente se asigna una identidad, con una sucesión electrónica que puede ser usada como un tipo de credencial, ya sea física, a través de un chip, o con un numero que será entregado en un puesto de autenticación  donde se podrá validar si la identidad pertenece al ciudadano que solicita el servicio.

 

Cada institución contara con su base de datos ya que serán diseñadas con objetivos específicos, aunque, será la autoridad nacional la encargada de generar la unicidad de la identidad.

 

Actualmente la captura de biométricos se realiza bajo estándares internacionales como el WSQ (Cuantificación Escalar Wavelet),  sistema que permite un intercambio de huellas para validar la identidad sin importar el proveedor que esté dando el servicio; y el JPEG 2000, que cuenta con lectores de calidad de imagen muy alta con los que se obtienen huellas de infantes.  Además de la existencia de estándares para el rostro e iris.

Ante este panorama, surgen reflexiones por las condiciones de desigualdad en que vive el país.

 

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Con informacón de Alto Nivel

vva