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¿Hubo conflicto de interés de Alfonso Romo en la banca de desarrollo?

Carlos Urzúa habría tenido diferencias con Alfonso Romo por la supuesta "imposición" de la directora del SAT y los directores de la banca de desarrollo

Escrito en NACIÓN el

Carlos Urzúa renunció este martes a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público argumentando, entre otras cosas, que le resultó inaceptable “la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública, motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

Tras su salida, queda la duda de a qué “funcionarios y personajes influyentes” se refería.

El presidente esbozó una respuesta en la conferencia de prensa matutina. Dijo que una de las discrepancias con Urzúa fue el manejo de la banca de desarrollo, la cual estaba a cargo de Alfonso Romo, jefe de la oficina de presidencia.

Había diferencias entre ellos (Urzúa y Romo), notorias. Eso era algo evidente que tenían diferencias y con otras áreas”, dijo López Obrador en Palacio Nacional.

Sin entrar en más detalles, el presidente solo dijo que Urzúa tenía también diferencias con la directora del SAT, Margarita Ríos Farjat.

Hernán Gómez Bruera, analista político, en una columna publicada en el diario El Universal, asegura que con su crítica Urzúa “le da un fuerte golpe a Alfonso Romo”.

Esto debido a que él fue el responsable del nombramiento de Ríos Farjat al frente del SAT y de Eugenio Nájera en Nafinsa y Bancomext.

El periodista Raymundo Riva Palacio menciona en su columna publicada en El Financiero que la “imposición” de Ríos Farjat, “no fue la única cabeza de playa que sembró (Romo) en el territorio de Urzúa. Todos los directores de los bancos de desarrollo fueron propuestos por Romo.”

Urzúa se iba incomodando cada vez más, porque aparte de Romo, estaba a disgusto con otras acciones, expresado con claridad en su carta, al afirmar que ‘se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento’, refiriéndose al nuevo aeropuerto en Santa Lucía y a la refinería de Dos Bocas, y exteriorizando su molestia por el último choque intramuros, con Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, que quiso anular contratos con transnacionales del gas, generando incertidumbre jurídica en el exterior”, se puede leer en la columna de Riva Palacio.

El exsecretario estaba molesto principalmente, continúa el texto, por “cómo lo había reducido el presidente, al convertir al secretario de Hacienda en un jefe de compras gubernamentales y no en el funcionario que debería de estar atendiendo y cuidando a los mercados”.

Su papel de guardián de la disciplina fiscal lo cumplió con creces, pero su papel dentro del gran concierto estratégico interno estaba disminuido”, agrega.

De acuerdo con Riva Palacio, la salida de Urzúa no es perjudicial “al ser resultado de una lucha interna donde predominó aquel que ha insistido al presidente en la necesidad de cuidar a los mercados y al sector privado (Romo)”.

La renuncia de Urzúa regresa cohesión al equipo económico de López Obrador, que había vivido una ambivalencia por la guerra interna del exsecretario de Hacienda con Romo”.

Gómez Bruera señala que derivado de la renuncia de Urzúa para la administración de López Obrador deben surgir dos escenarios:

Que el presidente vea esto como un punto de inflexión a partir del cual inicie una necesaria rectificación o que se fortalezcan las voces que le dicen al mandatario lo que quiere escuchar, aunque no siempre le hablen con la verdad”.
cmo