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Héctor murió esperando una ambulancia; tenía síntomas de covid-19

Durante siete horas, Héctor esperó una ambulancia en la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México

Escrito en NACIÓN el

Con 63 años y agonizando en la cama de su casa, Héctor falleció esperando una ambulancia y presentando todos los síntomas del coronavirus (covid-19).

De acuerdo con Milenio, los hechos ocurrieron el pasado 1 de abril en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México. 

Héctor presentaba problemas respiratorios y falla de los principales órganos, así como intensos dolores que le impedían ponerse de pie, con fiebre y apenas logrando respirar.

Las primeras horas de aquel miércoles, tras complicarse su estado de salud, sus familiares llamaron a los servicios de emergencia, pero nunca llegó.

Pasaron siete horas y la ambulancia no llegó, sólo este transporte podía llevarlo a un hospital con un protocolo especial.

Ni siquiera cuando ya había muerto y tenían que recoger su cuerpo, los servicios de emergencia llegaron.

El hombre de 63 años estaba dentro del grupo vulnerable ante el coronavirus, no sólo su edad, hipertensión y problemas en el corazón, así como tiroides.

Aunque presentaba todos los síntomas del covid-19 y tuvo contacto con gente infectada, Héctor nunca recibió el diagnóstico de si portaba o no el virus, no aparece en las estadísticas.  

Héctor trabajaba en una agencia de seguros, siguió laborando pese a la contingencia.

Cinco días antes de su muerte, el esposo de una clienta fue personalmente a informarle que su pareja había resultado positiva de covid-19 y, como seis días antes había tenido contacto con él, prefirió notificárselo para que tomara las medidas necesarias.

Héctor se aisló y de inmediato comenzaron los síntomas, sin embargo, los asumió como una simple gripa por el cambio de temperatura, por las lluvias, por el clima. 

El 31 de marzo su estado comenzó a empeorar de forma crítica. A las 17:00 horas, cuando Héctor se veía ya muy mal, sus familiares pidieron ayuda telefónica.  

La operadora del 911 fue clara: “no lo pueden mover, no lo toquen, no se acerquen, no intenten hacer nada por su propia cuenta porque se pueden contagiar y porque sería negligencia. Una ambulancia especializada debe ir por él para hospitalizarlo”. 

La ambulancia nunca llegó, las horas transcurrían y la familia realizó al menos 10 llamadas intentando presionar que llegaran por Héctor que de un momento a otro comenzó con fiebre, dolores y falta de aliento que le impedían moverse.

Tras dos horas de espera y al verlo sin reaccionar, sus familiares salieron a la calle a buscar ayuda. 

Una unidad de la Secretaría de seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (CDMX) pasó por ahí y le pidieron auxilio. Los uniformados  solicitaron una ambulancia que llegó en 30 minutos, les ayudó a darle oxígeno pero se declararon incompetentes para hacer más.

“Nada más lo ayudan con oxígeno para que se pueda reincorporar otra vez y se van, no dan un parte médico formal porque no tenían la autorización ni el carácter para decir si tenía coronavirus o no, pero sí comentan que todos los síntomas son de covid-19. Nos dicen que no tienen ni el equipo ni la capacitación para atender esos casos. Y otra vez lo mismo, esperar la ambulancia especializada, seguir el protocolo”. 

Como Héctor no tenía seguridad social, comenzaron a llamar a los hospitales del IMSS para garantizar que lo recibirían. Ninguno contestó. Hicieron lo mismo con las clínicas privadas y tampoco tuvieron éxito. 

Acudieron personalmente en clínicas y demás hospitales donde les fueron sinceros: “en ese estado ya no lo atendemos, nosotros solo hacemos pruebas pero no damos atención, sí lo recibimos pero ustedes deben traerlo o pedir una ambulancia especializada al 911”. Otra vez, seguir el protocolo.

Continuaron solicitando la ambulancia, primero les aseguraba que ya iba en camino, luego ya ni los contestaban. 

Entonces intentaron conseguir una ambulancia particular que aceptara trasladarlo a un hospital privado. Estas aceptaban llevarlo, pero sólo en traslados programados al día siguiente. 

Contactaron a su médico de cabecera, quien a su vez se contactó con un colega que tenía este servicio pero ella también le dio la opción de trasladarlo hasta el día siguiente.

Por el estado de Héctor esperar a que amaneciera no era opción, pero aceptaron para tener un plan B. 

Pasaron seis horas hasta que porfin llegó una buena noticia un amigo de la familia que trabaja en protección civil podía contactar una ambulancia con equipo especial que llegaría al menos en media hora.

La ambulancia llegó, comienza a hacer el protocolo para llevarse a Héctor, sin embargo, ya no había nada que hacer, había dejado de respirar por completo. Entonces, las autoridades llegaron a dar fue de lo sucedido, pero hasta cuatro horas después y sin ambulancia.

“Como falleció por covid-19 nadie se avienta la responsabilidad de ir a ver qué es lo que está pasando. No tienen ni la higiene, ni cubrebocas, ni guantes, no tienen absolutamente nada, pues por eso no se quieren acercar”.

Desde antes de que Héctor falleciera, personal de una funeraria ya estaba en la puerta ofreciendo sus servicios a la familia. 

Cuando las autoridades llegaron, los trabajadores de la funeraria a quien nadie llamó, ya estaban listos con uniforme especializado para mover el cuerpo con el virus mortal.

La Ciudad de México es la entidad del país con más casos de coronavirus y, por ende, defunciones por el virus.

Hasta el corte del 7 de abril, en la capital del país sumaban 32 defunciones por coronavirus.

 

Con información de Milenio

(Rodrigo Gutiérrez)