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Hacinamiento de migrantes, una “bomba de tiempo” para AMLO

El INM ofreció tarjetas de estancia temporal, a partir de visas humanitarias, pero el programa cerró el 28 de enero, lo que generó inconformidad

Escrito en NACIÓN el

Migrantes centroamericanos y de otros países se encuentran varados en la frontera sur de México. La mayoría espera una visa humanitaria que les permita permanecer en el país durante un año, pero ya se han registrado hechos violentos. Especialistas consideran que la situación es una bomba de tiempo.

Llegaron desde hace varias semanas a la frontera entre Ciudad Hidalgo, Chiapas, y Tecún Umán, Guatemala. Son parte de la más reciente caravana de personas que salió de Honduras el pasado 15 de enero.

Se encuentran en campamentos improvisados en la frontera e incluso cientos de ellos duermen en el puente que cruza el río Suchiate y que une a los dos países.

Existen, además, condiciones de hacinamiento en algunos casos, afirman organizaciones civiles como el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.

Pero el problema puede agravarse aún más. Los activistas de la organización fueron informados que a mediados de febrero partirá una nueva caravana desde San Pedro Sula, Honduras.

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LOS ATACARON CON GASES

El Instituto Nacional de Migración (INM) registró en Ciudad Hidalgo a 12,574 migrantes. De éstos poco más de 2,000 emprendió una caravana hacia Ciudad de México.

De los registrados la mayoría, 9,069, son de Honduras. Otra gran parte proviene de El Salvador y Guatemala. En este grupo también hay personas de Belice, Cuba, Haití, Nicaragua y Angola.

La mayoría llegó con la caravana más reciente, pero a diferencia de las realizadas en octubre y noviembre ahora la reacción de las autoridades fue distinta.

El año pasado el gobierno del entonces presidente Enrique Peña Nieto desplegó a cientos de policías federales para tratar de controlar el flujo de migrantes.

Esa vez hubo enfrentamientos, inclusive se utilizaron gases lacrimógenos. Decenas de niños y mujeres resultaron afectados.

Ahora el INM ofreció gestionar tarjetas de estancia temporal, a partir de visas humanitarias, siempre y cuando los solicitantes accedieran a registrarse y mostrar documentos de identificación.

El programa cerró el pasado 28 de enero, pero la medida, que organizaciones civiles consideran positiva, provocó algunos problemas.

Se quedaron varadas en Tecún Umán miles de personas a la espera de gestionar el trámite”, le dijo a BBC Mundo Salva Lacruz, del centro Fray Matías de Córdova.

Eran muchas más personas de las que se podían atender, además el trámite no se resuelve pronto, lo solicitas y esperas varios días”.

Eso generó aglomeraciones en ambos lados de la frontera, y también incidentes de violencia.

El 27 de enero en Tecún Umán cientos de personas hicieron una marcha que terminó en agresiones a los migrantes que permanecían en la plaza central.

Más de dos mil centroamericanos se refugiaron en el albergue municipal para escapar de la violencia, dice Lacruz. Cientos más cruzaron el río Suchiate hacia México.

La situación es como una bomba de tiempo que puede derivar en mayores problemas, coinciden especialistas.

Ha generado muchos problemas como esta concentración que terminó en violencia xenófoba”, explica el activista. “Es una situación muy compleja que se ha ido alargando al paso de los días”.

TARJETAS INCENTIVAN A MÁS MIGRANTES

La decisión de entregar tarjetas de estancia temporal y visas humanitarias a la caravana más reciente fue como un impulso para otros migrantes centroamericanos, dicen especialistas.

Según el INM no está contemplado repetir de nuevo la estrategia, pero a cambio, el Instituto pidió a los migrantes que realicen el trámite en los consulados mexicanos en sus países de origen. Es lo que debe hacer la caravana que se espera para mediados de febrero, insiste el INM.

A pesar de todo, esta ruta legal no ha funcionado, insiste Lacruz. Las oficinas consulares en Centroamérica no tienen capacidad de atender una mayor demanda de visas humanitarias.

De hecho los viajeros del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) suelen tener dificultades para obtener una visa mexicana, según denuncian organizaciones civiles.

En este escenario, los migrantes centroamericanos se verán obligados a utilizar alguno de los 700 sitios de cruce irregular que existen en la frontera sur de México.

Se han quedado en la peor de las situaciones”, dice el activista. “realmente no pueden acogerse a un ingreso con este procedimiento”.

Un elemento adicional es la razón por la que decidieron emigrar. La oficina en México de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) realizó una encuesta entre los migrantes varados en Ciudad Hidalgo.

De los entrevistados el 63% dijo que habían sido víctima de la violencia. El 70%, además, confesó que volver a sus países era un riesgo para su vida.

Según la ACNUR ésta es la misma condición que enfrentan los migrantes que todos los días llegan a la frontera sur mexicana.

El presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en buscar una migración ordenada. “Ya lo hemos planteado. En nuestro país ahora hay oferta de empleos”.

Estamos entregando, inclusive, visas de trabajo a centroamericanos. De esa manera estamos resolviendo el problema, al mismo tiempo que se está dando protección humanitaria a los migrantes”, aseguró el mandatario.

mlmt