Main logo

Grupos insurgentes ofrecieron apoyo a padres de los 43; no aceptaron: Rosales

La reacción de los padres fue decirles no, precisamente para no dar pie a decir que en la escuela se formaban guerrilleros, dijo el abogado de los padres

Escrito en NACIÓN el

Durante los primeros meses después de la desaparición de los 43 estudiantes de la normal Raúl Isidro Burgos, ocurrida la noche del 26 de septiembre de 2014, hubo algunos grupos insurgentes que se acercaron al movimiento, y se ofrecieron a ayudar a ejercer otras medidas de presión para su búsqueda, recordó el abogado de la organización Tlachinollan, Vidulfo Rosales, que ha acompañado de manera jurídica a los padres de los normalistas.

Pero la reacción de los padres fue decirles no, precisamente para no dar pie a decir que en la escuela se formaban guerrilleros, dijo Rosales, durante el relanzamiento del libro “La travesía de las tortugas”, editado por Proceso y autoría del colectivo Marchando con Letras, que cuenta la vida de los estudiantes antes de aquella noche que conmocionó a México.

“Cuando se dieron los primeros días de la movilización, grandísima, se acercaron los grupos insurgentes y ¿qué es lo que hizo el comité, el movimiento? Cerrar el paso, esto es un movimiento de los pueblos, de la sociedad, y no se permitió, porque no se forma a guerrilleros, sí a estudiantes con visión crítica que sirve para defender a la escuela”, rememoró Rosales.

El abogado también reconoció que con la entrada del nuevo gobierno federal hay una esperanza, pero mientras las estructuras criminales permanezcan asentadas en la región, la situación seguirá mal.

Reprochó que el gobierno anterior se empeñara en presentar a la Normal relacionada con el crimen organizado. También criticó que se estigmatizara a los estudiantes, como a Bernardo Flores Alcaraz, apodado El Cochiloco, un apelativo que reciben todos los estudiantes en la normal. Pero por eso se le estigmatizó e incluso la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos manejó como infiltrado, agregó.

Afirmó que la mayoría de los estudiantes eran campesinos sin recursos económicos y por ello la única opción que tenían era Ayotzinapa para salir adelante.

“Lo único que quieren es salir de la pobreza de no tener lo básico para vivir”, dijo, durante su participación en el Congreso de la ciudad de México.

Luego de la desaparición, primero hubo indiferencia de parte del gobierno estatal, entonces encabezado por Ángel Aguirre Rivero, pero cuando al cuarto día vio la movilización estudiantil que exigía la reaparición de los 43 estudiantes, entonces debió comenzar a actuar.

En su caso, explicó que los primeros días casi no dormía ni veía a los padres de los normalistas, ya que se enfocó en la búsqueda, en exigir la averiguación, y aseguró que esos primeros días la colaboración del gobierno federal siempre fue escasa.

Notaron que no se resguardó la escena del crimen como debía ser, que de manera deliberada se tergiversó la investigación y eso derivó en impunidad.

El entonces comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, les dijo que iría a la zona e incluso alardeó de que sabía dónde estaban, pero lo que ocurrió es que la búsqueda se hizo sin investigación ni apoyo de cuerpos de inteligencia, con datos que aportaban poco y que eso derivó en la llamada “verdad histórica” del en aquel tiempo procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.

Criticó que de 107 pruebas, 77 se obtuvieron por declaraciones bajo tortura, y pidió retomar las 11 líneas de investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) “y que el anterior gobierno se negó a hacer”.

En la presentación también estuvo presente Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, quien dijo que la búsqueda de su hijo durante cinco años es lo más difícil que ha atravesado como madre.

“Se nos ha ofrecido dinero, eso es el peor insulto. Un hijo no tiene precio. Es indignante no tener una pista”.

Criticó que el anterior gobierno diera pistas falsas sobre el paradero de los 43, y que la versión de que habían sido incinerados en el basurero de Cocula hizo mucho daño a los padres. Recordó que el expresidente Enrique Peña Nieto declaró “ya supérenlo”, pero ella se preguntó cómo se supera la pérdida de un hijo.

“Es difícil llegar a casa y ver sus recuerdos”.

Al Congreso capitalino también acudió María Martínez, madre de Miguel Ángel Hernández Martínez, quien expresó sentir una tristeza adicional porque cuando su hijo fue desaparecido, apenas habían pasado tres días del cumpleaños del estudiante, el 23 de septiembre, y por eso la fecha le duele más.

“El delito de nuestros hijos es querer superarse, y el de nosotros sus padres es ser humildes y no darles otra escuela”.

Como en el caso de la mayoría de los padres, ella dejó prácticamente su vida anterior para volcarse a buscar a su hijo, desde hace cinco años, con movilizaciones y manifestaciones y reuniones con autoridades. En el camino han encontrado a más gente que también tiene a familiares desaparecidos.

“Faltan miles más”, concluyó. 

lrc