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FBI pone la mira en “El Gato”, sanguinario jefe de los Beltrán Leyva

José Rodolfo Villarreal Hernández ingresó en la lista de los 10 más buscados del FBI, las autoridades estadounidenses ofrecen un millón de dólares por su caída

Escrito en NACIÓN el

Su nombre no es muy común en el argot del narcotráfico, sin embargo, es uno de los 10 más buscados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), por su cabeza las autoridades estadounidenses ofrecen un millón de dólares. 

Se trata de José Rodolfo Villarreal Hernández, apodado “El Gato”, uno de los jefes del cártel de los Beltrán Leyva.

Desde junio de 2018, las autoridades estadounidenses libraron una orden de aprehensión contra José Rodolfo, pero fue hasta hoy que ofrecieron una recompensa en su contra.

“El Gato”, según el gobierno de Estados Unidos, es el mandamás de los Beltrán Leyva en Nuevo León, controla las plazas de San Pedro García y Monterrey.

Desde la entidad regiomontana, Villarreal Hernández trafica principalmente cocaína y marihuana a Estados Unidos. 

“El Gato” comandaba a los Beltrán Leyva en Nuevo León junto a su hermano Ramón Villarreal Hernández, apodado “El Mon”. 

Ambos protagonizaron una disputa interna por el control del cártel en Nuevo León contra Héctor Huerta Ríos, “El HH”, otro jefe de los Beltrán Leyva. 

La disputa terminó con la victoria de los hermanos Villarreal Hernández en julio del 2019 cuando “El HH” fue asesinado en Zapopan, Jalisco. 

“El Mon”, por su parte, fue detenido por elementos de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en marzo del 2018 y extraditado a Estados Unidos en marzo de este año.

La caída de Ramón dejó a Rodolfo en soledad al frente del cártel de los Beltrán Leyva en Nuevo León.

LA VENGANZA DEL GATO Y MON CONTRA OSIEL CÁRDENAS

Una de las razones por las que “El Gato” es buscado por las autoridades estadounidenses es por el asesinato de un abogado. 

Se trató de una venganza de los Beltrán Leyva al Cártel del Golfo, particularmente a quien fuera su líder máximo líder: Osiel Cárdenas Guillén. 

Cárdenas Guillen había ordenado el asesinado del padre de los hermanos Villareal Hernández, crimen que llegó a manos de los capos a través de un video donde se veía la cabeza decapitada de la víctima.

El remitente de la grabación era la hermana de Juan Jesús Guerrero Chapa, abogado de Osiel.

Guerrero Chapa fue una pieza importante para Cárdenas Guillen tras su detención en 2003 y posterior extradición a Estados Unidos. Incluso fue considerado un líder provisional del cártel tras la caída de Osiel.

Es más, Juan Jesús intervino ante las autoridades estadounidenses por su cliente, a quien lo salvó de la cadena perpetua. Cárdenas Guillen se declaró culpable y fue sentenciado a 25 años de prisión.

Los beneficios que Guerrero Chapa consiguió para Osiel le generaron muchos enemigos dentro del cártel, quien en ese momento vivía una fractura interna, donde “Los Zetas”, su brazo armado, se independizaría. Más los enemigos con los que ya contaba.

Por temor a ser asesinado, el abogado huyó a Texas, Estados Unidos, donde vivió una vida de lujos. En 2011, un año después de que se consolidara el acuerdo de Cárdenas Guillén, Juan Jesús se mudó a una casa de la ciudad texana de Southlake con un valor de un millón de dólares.

El cártel del Golfo, demasiado ocupado con sus problemas internos, no siguió los pasos de Guerrero Chapa. Pero quienes no lo olvidaron fueron los hermanos Villarreal Hernández.

“El Gato” y “El Mon” contrataron a Jesús Gerardo Ledezma Cepeda, a su hijo Jesús Gerardo Ledezma Campano y a su primo José Luis Cepeda Cortés, para asesinar a Guerrero Chapa.

Juan Jesús Guerrero Chapa (Foto: KUVN Noticias 23 Dallas)

Durante más de 800 días, los Ledezma siguieron al abogado de Osiel Cárdenas durante sus andanzas tanto en Estados Unidos, como en México, lugar al que regresaba eventualmente.

Jesús Gerardo Ledezma Campano modificó dispositivos electrónicos para ayudar en la búsqueda del abogado y creó cuentas de correo electrónico para comunicarse con los hermanos Villarreal Hernández.

Así, los Ledezma y los Villarreal Hernández intercambiaron información sobre Chapa Guerrero: su ubicación, datos personales de él y su familia, así como fotografías de sus vehículos y de la casa millonaria del abogado.

Los Ledezma también compraron cámaras de vigilancia que colocaron cerca de la vivienda de Chapa Guerrero, así como por todo el barrio, alquilaron vehículos para vigilar al abogado y su familia, colocaron dispositivos de rastreo a los automóviles de Juan Jesús.

Los Ledezma (Foto: Dallas News)

Tras un largo hostigamiento contra el abogado de Cárdenas Guillen, la familia Ledezma contactó a dos sicarios identificados como “Clorox” y “Capitan”, quienes se encargarían personalmente de asesinar a Juan Jesús Guerrero Chapa.

El 22 de mayo de 2013, los Ledezma siguieron a Guerrero Chapa y a su esposa, quienes viajaban en un vehículo Range Rover, el cual tenía un aparato de rastreó.

El abogado llegó con su esposa al estacionamiento de Southlake Town Square, un lujoso centro comercial en Texas. Los Ledezma se estacionaron frente de ellos, manteniendo comunicación contante con “El Gato” y “El Mon”.

Los Ledezma vieron pasar a “Clorox” y “Capitán” en una camioneta Toyota Sequoia. Los sicarios se acercaron al Range Rover y dispararon en contra de Guerrero Chapa, para luego huir del lugar.

El Range Rover de Guerrero Chapa (Foto: Dallas News)

Los Ledezma esperaron varios minutos mientras la policía llegaba antes de abandonar la escena del crimen.

"El Gato" les dijo que dejaran de usar el dispositivo de rastreo. A la mañana siguiente, los Ledezma devolvieron el automóvil alquilado y condujeron a México, destruyendo los teléfonos que habían usado.

Tras el asesinato de Guerrero Chapa, el gobierno estadounidense comenzó la búsqueda de los culpables, pues el abogado había sido pieza clave para que éstos obtuvieran información sensible del cártel del Golfo y “Los Zetas”.

Todos los Ledezma involucrados fueron detenidos, encontrados culpables y sentenciados.

En mayo del 2016, José Luis Cepeda Cortés, de 60 años, fue sentenciado a cumplir dos cadenas perpetuas y 240 meses. En agosto del mismo año, Jesús Gerardo Ledezma Campano, de 33 años, fue sentenciado a 240 meses de prisión. Finalmente, en diciembre del 2016, Jesús Gerardo Ledezma Cepeda fue sentenciado a dos cadenas perpetuas.

Actualmente, “El Gato” es el único libre relacionado con el asesinado de Guerrero Chapa. Ahora el FBI intensifica su búsqueda y lo pone en la mira ofreciendo un millón de dólares en recompensa.

rgg