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Fallecidos por covid y neumonía atípica son embolsados antes del ataúd

Cada cadáver de fallecidos por coronavirus puede llegar al féretro hasta cuatro bolsas sépticas, según la asociación nacional de directores de funerarias

Escrito en NACIÓN el

El coronavirus y la neumonía atípica impiden que sus víctimas, tras perder la vida, puedan ser vistas e incluso tocadas por sus familias por última vez. Por disposición oficial, cada una de las 194 defunciones registradas hasta esta noche por la autoridad federal a causa del covid-19, es manejada bajo un estricto protocolo en el que cada cadáver debe: uno, ser introducido en una bolsa séptica. Dos, ser depositado así dentro de un féretro; y tres, permanecer en ese ataúd que será sellado y el cual, no podrá ser tocado por la familia como una medida preventiva para evitar contagios.

Sin embargo, en la práctica, cada cadáver puede llegar al féretro con una, dos, tres y hasta cuatro bolsas sépticas. Roberto García, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias en México (ANDFM), explica las razones. “Muchos hospitales lo que están haciendo es poner el cuerpo en una bolsa doble; aparte nosotros como funeraria traemos una tercer bolsa y podemos poner hasta una cuarta. Y así entra el cuerpo al féretro pues las recomendaciones de la Secretaría de Salud, el gobierno federal, los profesionales en materia de embalsamado y expertos en químicos, señalan que ya no hay que manipular el cuerpo, ya no se le debe hacer nada”. Entonces, tras la velación, el cadáver se va directo a la cremación o entierro, según el caso, pues ambos están permitidos.

 

Los números no mienten y aunque no ha sido posible llevar un conteo escrupuloso en términos de defunciones por neumonía atípica (pues aquellas causadas por covid-19 son contabilizadas por la Secretaría de Salud), se estima que las cifras van al alza. “Estamos reuniendo la información para darle forma, pero platicando con nuestros socios estimamos que el aumento de fallecimientos creció casi en un veinte por ciento”, refiere García.

“Por ejemplo, antes teníamos cuatro o cinco servicios funerarios por día, ahora son casi siete. Cifras no tenemos porque muchas veces no está registrada; nosotros como asociación no concentramos el cien por ciento de las funerarias en el país, solo agrupamos 120. Pero los compañeros nos han comentado que han empezado a ver estos casos aunque han llegado a cuenta gotas. La concentración se ha dado principalmente en el Valle de México”. Hasta el 6 de abril, la #CDMX tenía contabilizadas 125 defunciones.

Fotos: Cortesía ANDFM

La asociación es parte del grupo de trabajo convocado por el CENAPRECE (Centro Nacional de Prevención de Enfermedades Epidemiológicas) por orden del gobierno federal, con el fin de diseñar manuales y guías de actuación en temas funerarios durante la contingencia.

“Ellos llevan el tema, no hay trato directo con el subsecretario López Gatell, sino con sus subalternos”, precisa García.

La página web oficial de este Centro indica que “es el órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud responsable de conducir e implementar a nivel nacional 18 programas sustantivos para la prevención y control de enfermedades en la población mexicana”. Si bien dentro del listado de estos 18 programas no hay ninguno relacionado con manejo de cadáveres, en México se le asignó esta función desde la perspectiva epidemiológica dado el tipo de pandemia por la que atraviesa el mundo. 

“A nivel estatal también las funerarias se están reuniendo con las agencias estatales de protección sanitaria, con el fin de homologar protocolos”, agrega.

Prohibido embalsamar

Esta es la recomendación más importante hecha en este momento a toda la industria funeraria “porque eso incluye la manipulación de líquidos corporales e implica un mayor riesgo para personal del embalsamado; de hecho, esta práctica solo debe realizarse en una funeraria y no en casa como a veces sucede. Pero en estos casos no se encuentra permitida”, precisa García, propietario de Olimpia agencia funeraria.

 En apego a las instrucciones recibidas durante la actual capacitación que reciben del gobierno federal, los integrantes de la ANDFM saben ya que en cada servicio funerario sea por neumonía atípica o covid-19, el personal debe seguir las siguientes reglas.

A) Usar equipo de protección personal: traje de seguridad completo, gafas, respiradores, guantes y fundas para zapatos; solo así podrán tocar el cadáver para colocar la bolsa séptica que, describe, es impermeable lo que impide la salida de cualquier tipo de líquido, en caso de haberlo. Además, esta cuenta con un cierre de seguridad.

Por sus características, el costo de cada bolsa oscila entre mil a mil 500 pesos. Mientras que cada equipo de seguridad individual vale en promedio dos mil pesos y es desechable, por lo que no se envía al depósito de basura; puede incinerarse o bien, entregar al servicio semanal de Residuos Peligrosos Biológico-Infeccioso cuyo costo mensual asciende a tres mil pesos. Lo único que no se tira es la careta de seguridad pues solo debe desinfectarse con alcohol antes de volver a usar.

Fotos: Cortesía ANDFM

B) Sabiendo que el cuerpo ya no representa un foco de infección, se procede a la velación. “Les recomendamos a los deudos que éstas sean muy cortas, de entre tres y cuatro horas en lugar de las 24 a 48 horas que normalmente se practican”, refiere.

“Hemos pedido también evitar una concentración importante de personas para acatar las reglas de sana distancia y cortar la cadena de transmisión del virus; es real que si la familia directa tuvo contacto con el difunto esto puede significar una mayor propagación de la infección. Desafortunadamente son pocas las familias que siguen esta recomendación y es ahí donde podemos tener más problemas o resistencia de ellos porque en la sala de velación de la funeraria sí podemos controlar esto; pero no si esta se realiza en el domicilio familiar, pues sale de nuestro control aunque haya un probable foco de infección”.

 

C) Si el velorio se realiza en la funeraria, las reglas a seguir ya las conocemos: uso de gel antibacterial, permitir el acceso controlado de gente; y adicionalmente limpiar el lugar con soluciones a base de cloro. “De unos días a la fecha recurrimos también a sistemas de sanitización a base de vapor u otros métodos más importantes, por seguridad de todos”, advierte García. “Su costo, por área o edificio es en promedio de entre mil 500 y dos mil 500 pesos”. Así que en estos casos en particular, morir será más caro: entre un 20 y 30 por ciento más del costo promedio. 

D) El duelo. “Se vuelve emocionalmente más complicado”, describe. “Un familiar fallecido que se encuentra dentro de una bolsa y al que no puedes volver a ver ni tocar, ni acercarte, requiere apoyo de un profesional en tanatología. Por eso es que las personas se rehúsan a ser pocas en el velatorio y desean ampliar el tiempo en el lugar; porque es muy difícil romper en un momento, todos los lazos emocionales que hay con la persona fallecida. Y aún con el cuerpo presente, emocionalmente necesitan tocarlo, despedirse de él, pero en este momento de emergencia no se podrá hacer. Sin embargo, hasta ahora no hemos tenido casos en los que algún familiar desee abrir la bolsa en que se encuentra el cuerpo. Lo han respetado”.

Una pandemia para crecer 

En todas las experiencias hay un aprendizaje y esta no es la excepción. La razón es que en los últimos años ha sido difícil regularizar al mercado funerario informal (surgido durante el crecimiento exponencial de muertes resultado de la guerra contra el narcotráfico, durante el sexenio Calderonista) para integrarlo al mercado formal. Y todo parece indicar que el coronavirus podría contribuir a tal fin.

 “Hay una nueva etapa de organización” expone García, “si bien nuestra asociación es la más organizada a nivel nacional y es la única con la que está trabajando el gobierno federal, hay funerarias que aún se rehusar a estar organizados o capacitados. Se niegan a hacerlo. Y en este momento hay quienes nos han contactado para que los guiemos y capacitemos en la preparación y manejo de cadáveres que son resultado de la pandemia. Están buscando la profesionalización y eso es bueno”.

 La ANDFM, por iniciativa propia, se relacionó con institutos cuya especialidad es entrenar, profesionalizar y capacitar a los embalsamadores en temas como manejo de biología, química y anatomía. Pero además se están actualizando con literatura extranjera relacionada en manejo de cadáveres con covid-19.

Entablamos contacto con algunos países que se encuentran en la misma situación. Aunque la información fluye lento, hemos organizado video conferencias con nuestros socios. Ayer se nos unió gente de Chile y Perú para compartir sus experiencias, aunque cabe mencionar que casi están igual que nosotros. Hasta hoy no hemos tenido contagios en el personal de nuestros asociados; pero dependemos en gran medida de que la familia de los deudos comprenda que ésta es una fase de emergencia; y que atiendan nuestras indicaciones en los velorios para mantener la sana distancia, con velaciones cortas y con pocos asistentes”.