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EU ve expansión del CJNG y del Cártel de Sinaloa… aún en pandemia

Las condiciones actuales fomentan una competencia intensificada entre los grupos criminales, favoreciendo el control y la expansión de los cárteles, afirman en EU

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Desde el inicio de la pandemia por covid-19, el rango de criminalidad de los cárteles en México se ha expandido, porque han encontrado nuevas oportunidades de explotación. Como resultado, los delitos de agresión y homicidio se han mantenido elevados, incluso cuando otros como el robo parecen haber disminuido.

Las condiciones actuales parecen haber fomentado una competencia intensificada entre los grupos criminales, favoreciendo el control y la expansión territorial de los cárteles más grandes –específicamente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa–.

Estas conclusiones son parte del informe Mexican Drug Trafficking and Cartel Operations amid covid-19 (Operaciones de cárteles mexicanos del narcotráfico en medio de covid-19), elaborado por el Congressional Research Service (CRS) –servicio de investigación del Congreso de Estados Unidos–, el cual también refiere que ni el riesgo de infección ni las restricciones de movilidad impuestas por el gobierno disuadieron significativamente la actividad del narcotráfico; al contrario, los cárteles explotaron la crisis sanitaria para obtener ganancias económicas y territoriales.

El órgano de inteligencia señala que algunos analistas postulan que la pandemia ha motivado a los cárteles a diversificar y expandir su uso de embarcaciones sumergibles, drones ultraligeros, túneles y criptomonedas.

“La pandemia no parece haber disminuido el extenso poder criminal y político de los cárteles en México”, dice el informe, el cual recuerda que en 2020 el entonces presidente Donald Trump exhortó al gobierno mexicano a hacer más para contener los cárteles, que describió como una “clara amenaza para México y la capacidad del gobierno mexicano para ejercer un control efectivo sobre partes de su país”. No obstante, sugiere que esto no sucedió.

Ejemplifica que durante la pandemia los grupos criminales distribuyeron paquetes de ayuda a la población local y los marcaron con sus insignias.

“Tales actividades, amplificadas en las redes sociales, parecen tener la intención de ganar el apoyo de la comunidad para sus empresas delictivas y atraer reclutas. Los paquetes de ayuda reforzaron la percepción de un gobierno mexicano débil, incapaz de ejercer control territorial, en medio de una contracción económica prevista de alrededor del 9 por ciento en 2020”, afirmó.

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El CRS advierte que por su capacidad para controlar el territorio y las rutas de tráfico a lo largo del suroeste de los Estados Unidos y para cooptar a funcionarios en varios niveles de gobierno, los carteles de México siguen siendo la principal fuente de tráfico de heroína y fentanilo hacia los Estados Unidos y que según el Servicio de Control de Drogas, el Cártel de Sinaloa y Cártel Jalisco Nueva Generación en particular “muestran señales de expansión en México” y han incrementado su papel en la producción y prensado de píldoras.

Añade que, según varios informes de prensa, grupos de expertos, del gobierno de los Estados Unidos y de las Naciones Unidas, el efecto sobre la producción y el tráfico de drogas en México durante la pandemia ha sido mixto.

Por una parte, la desaceleración del comercio de contenedores y la actividad portuaria, particularmente en China e India, “parecen haber causado escasez de precursores químicos utilizados para sintetizar metanfetamina y fentanilo, lo que resulta en escasez temporal de productos y aumentos de precios”.

Además, señala que varias incautaciones de alto perfil en 2020 sugieren posibles errores de cálculo de los traficantes, aún no adaptados al entorno operativo durante la pandemia de covid-19.

Sin embargo, precisó que esas incautaciones “también indican que las drogas y el dinero continúan fluyendo por los corredores de tráfico entre Estados Unidos y México”.

Asimismo, especifica que el opio mexicano, el cultivo de amapola y la producción de heroína no se han visto afectados en gran medida por covid-19, al tiempo que alerta que la pandemia puede motivar a los productores de drogas con sede en el país a encontrar un precursor alternativo y a desarrollar aún más la capacidad de producción nacional.

Por lo tanto, considera que estos informes son consistentes con las predicciones iniciales de que, aunque la movilidad global asociada a la pandemia tendría restricciones y con ello interrumpiría las cadenas de suministro de drogas por la vía habitual, cualquier interrupción en la producción y el tráfico de estupefacientes sólo sería temporal.

El informe elaborado por June S. Beittel, analista en asuntos latinoamericanos, y Liana W. Rosen, especialista en crimen internacional y narcóticos, refiere que la tasa de homicidios de México permanece "estancada" en niveles históricamente altos, con 27 asesinatos por cada 100 mil habitantes, en 2020.

Durante el año anterior, añade, la mayoría de los homicidios se reportaron en Guanajuato y en Baja California, donde grupos rivales compitieron por rutas de drogas, extorsión y control de otros mercados ilícitos.

“La violencia relacionada con el crimen organizado incluso invadió la capital mexicana. Allí fue un fuerte aumento en los asesinatos de funcionarios y candidatos para las elecciones de mitad de período en México, programadas para junio de 2021”.

Además, expone que “aunque el presidente mexicano Andrés López Obrador mantiene altos niveles de aprobación (por encima del 60 por ciento a principios de 2021), su manejo de los grupos criminales mexicanos y su incapacidad para reducir la violencia son criticados con frecuencia”.

Los analistas, que reiteran que los cárteles mexicanos, al ser los principales productores de drogas que ingresan a sus ciudades, son una amenaza a la seguridad nacional de su país, también advierten que los suministros de drogas ilícitas con destino a Estados Unidos “parecen estar volviendo a los niveles previos a la pandemia”, a pesar de las interrupciones a la cadena de suministros.

De acuerdo con Beittel y Rosen, la colaboración entre Estados Unidos y México en materia de drogas sigue siendo una preocupación para muchos, y sugiere al Congreso revisar si México puede dedicar suficientes recursos a las prioridades conjuntas de lucha contra el narcotráfico.

“Una pregunta clave es cómo la Iniciativa Mérida, una asociación conjunta de seguridad y gobernanza respaldada por la ayuda exterior de Estados Unidos a México, puede ser modificado por la administración (de Joe) Biden, para atacar el crimen transnacional”, plantean.

También advierten: “los observadores también están mirando estrechamente, ya que la cooperación antidrogas entre Estados Unidos y México se vio severamente golpeada a fines de 2020 por la sorpresa del arresto (por parte de la DEA) y posterior liberación (por parte del gobierno de López Obrador) del exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos”, por cargos de protección a cárteles de las drogas y lavado de dinero.

El informe añade que en marzo de 2021 el Departamento de Estado informó que, a pesar de algunos éxitos, el volumen de drogas peligrosas de México y los delitos violentos de su vecino país siguen siendo alarmante e inaceptablemente altos.

“México debe, junto con Estados Unidos, definir objetivos compartidos para reducir la impunidad de los cárteles del narcotráfico y medir los resultados en apoyo de estos esfuerzos ", demandó entonces.